Sexología sustancial, una revolución necesaria

Sexología sustancial, una revolución necesaria

La unificación de los saberes sexológicos es fundamental para hacer más eficaz y comprensible la función de la sexología sustantiva.

Sexología sustancial, una revolución necesaria

Última actualización: 03 de marzo de 2022

La sexología sustancial es la ciencia que estudia los sexos. Hay un matiz en esta breve definición, ya que el término "sexos" se usa en plural y no en singular ("sexo"). Esta disciplina, de hecho, no aplica su campo de estudio a “cómo tener sexo”, no alude a las relaciones íntimas. Tampoco estudia sólo el "sexo" que se posee, en referencia a la fisiología y problemas de los genitales. Esta asignatura trata de los sexos como un hecho intrínseco de la propia condición humana.



El plural de este conocido sustantivo se usa porque la sexología sustantiva se ocupa y trata tanto de hombres como de mujeres. Además, aunque los sexos sean fisiológicamente dos, las formas de sentir y vivir la propia sexualidad como hombre o como mujer son infinitas. Ésta, por tanto, es una disciplina que considera el sexo (los sexos) como un hecho diversificador.

Pero, ¿cómo nace la sexología sustancial? ¿Cómo funciona realmente y, sobre todo, cómo interviene en nuestra vida cotidiana? Hemos dedicado este artículo a explicar mejor las principales características de este tema que, al mismo tiempo, incluye investigaciones en los campos biológico, psicológico y antropológico.

¿Por qué se habla de sexología sustantiva?

Desde que Iwan Bloch acuñó por primera vez el término "sexología" en 1907, se ha desarrollado una gran literatura sobre el tema. Tenemos una epistemología muy rica que describe y presenta la sexología como una disciplina y no como una rama o especialización de otras (biología, antropología, filosofía, psicología, sociología, etnología…). Sin embargo, gran parte del conocimiento sexológico fue recogido de forma decididamente fragmentada y poco homogénea.


La fragmentación se percibe en toda disciplina que estudia el sexo como parte de él, cuando no se considera un todo. Por ejemplo, podemos hablar de la llamada psicología sexual o incluso de medicina sexual, hasta llegar a la antropología sexual, etc. Este desmoronamiento inevitable produce una segmentación constante y profundamente desorganizada del conocimiento sexológico.

La sexología se asocia erróneamente con las relaciones íntimas y no con el problema sexual de la humanidad. Este discurso es mucho más amplio e incluye no solo las relaciones íntimas, sino todas aquellas dinámicas que tienen que ver con hombres y mujeres como seres sexuales.

La sexología sustancial recibe este nombre porque se erige como la sexología que engloba todos estos conocimientos, plenamente estructurado, armonioso y coherente en su disciplina.

De esta manera logra finalmente liberarse del mero carácter de lo "sexual", usado simplemente como adjetivo por muchas otras disciplinas, como se vio anteriormente. Ya no es una pequeña parte de ellos, sino que se vuelve sustancial, tomando el valor de una disciplina que estudia los sexos siguiendo un único hilo conductor, coherente, lógico, reconocible y creíble.

Las ventajas de la sexología sustantiva

Tener una identidad propia, con una episteme (lo que Platón llamó conocimiento cierto, adquirido y único capaz de oponerse a la opinión del individuo), una historia, una metodología y herramientas específicas permite a la sexología abordar las dificultades y los problemas de manera mucho más eficaz y completa.

Se trata de un punto de inflexión de época, con toda una serie de ventajas que derivan directamente de la nueva reformulación de la disciplina:

  • Profesionales mejor formados. La sexología sustantiva asegura que los profesionales tengan un conocimiento amplio del hecho sexual humano y no de un campo específico.
  • Promoción de la diversidad. El sexo debe ser visto y estudiado no sólo como factor de diferenciación, sino como fuente de diversidad, asegurando la comprensión de todas las dinámicas, tensiones y transformaciones de la diversidad sexual. A su vez, permite afrontar los problemas y dificultades de hombres y mujeres de una forma mucho más holística.
  • Prominencia académica. El discurso unificado de la sexología sustantiva probablemente conducirá al nacimiento de un título universitario propio. Combinar todos los conocimientos sexológicos y armonizarlos en una sola disciplina es en sí mismo una excelente motivación para lograr este objetivo tan meritorio.
  • Una disciplina al servicio de la sociedad. Este conjunto de conocimientos aclarará las dudas que acechan al hombre sobre su esfera sexual. Conceptos como virginidad, deseo, seducción o prácticas discretas estarán libres de estereotipos y prejuicios. Y esta “depuración” se perpetuará no de manera comercial, cínica o grotesca, sino gracias al trabajo de los profesionales de la sexología sustantivos, desarrollando una nueva y más consciente educación sexual.

Pensamientos finales

Esta nueva sexología es la que mejor describirá todos los hechos de la diversidad sexual. Además, tendrá la ventaja de integrar todos los discursos sobre el estudio de los sexos para comprender y tratar todo tipo de problemas con la potencia de discursos finalmente homogéneos y compartidos.


El término "sustancial" sirve como afirmación de lo que es y debería ser la sexología, y tiene un carácter transitorio. Cuando la Sexología adquiera la importancia y el espacio que le corresponde, será posible nombrarla sin adjetivo, porque ella misma será sinónimo de sustancialidad.

El aspecto más interesante, sin embargo, se refiere a las enormes ventajas que podrá disfrutar la humanidad, superando tabúes culturales y favoreciendo la normalización de una parte fundamental de la vida de todos nosotros.

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