Cuidar las relaciones: 5 reglas de oro

Cuidar las relaciones: 5 reglas de oro

Cuidar las relaciones: 5 reglas de oro

Última actualización: 24 marzo, 2022

Cuando cuidas algo, cuando prestas atención a los pequeños detalles y te fascinas día tras día, las relaciones se vuelven mejores, más plenas y profundas. Nuestro cuidado evita que algo se rompa con facilidad y que las cicatrices y heridas se presenten con demasiada frecuencia. Pero ¿Cómo cuidar las relaciones?  

Hay personas que llegan a nuestra vida para darnos luz, pero las mantendremos con nosotros solo si nuestras interacciones nos ayudan a vincularnos, a sostener ese vínculo de una manera noble, sincera y fuerte.



Fácilmente olvidamos que para mantener viva la llama de la amistad, el amor y cualquier otra relación, necesitamos tener en cuenta algunos principios básicos en nuestras acciones.

Es importante reflexionar sobre este por qué las siguientes reglas de oro van más allá de las habilidades relacionales que guían nuestra vida cotidiana y nuestro ser.

Reglas para cuidar las relaciones

1. La lengua es lo suficientemente fuerte como para romper un corazón

Las palabras no se las lleva el viento. Estos anidan en el corazón y son capaces de construir o destruir, calmar o alimentar, crecer o disminuir. Las malas palabras, los malos modales o las opiniones equivocadas pueden romper un corazón de forma permanente.

La forma en que nos comunicamos con los demás dice mucho sobre el respeto que les tenemos, no podemos pensar que todo es lícito sólo porque hay confianza. Por lo tanto, es fundamental cuidar las formas y los contenidos de lo que expresamos.

Debemos comunicar las noticias desagradables con delicadeza y eso quiere decir con cariño, preocupación o malestar. La mejor manera de hacer esto es insinuar comportamientos y evitar etiquetar a la persona en función de una mala acción.



Nuestras palabras deben superar los tres tamices de Sócrates: el de la verdad, la utilidad y la bondad. Si algo no es cierto, no sirve y no es bueno para quien lo dice, es mejor evitarlo.

2. Cuida las relaciones evitando la mentira y la falsedad

La verdad duele una vez, pero la mentira siempre duele. Nada socava una relación a la par con mentiras y falsedades. Ambos son capaces de destruir todo a su paso, arrasando los bosques más espesos y derribando las torres más altas.

La mentira nos lleva a cuestionar mil verdades, incluso las experiencias más francas. Hay diferentes tipos de mentiras, por supuesto, pero una relación sana no puede ser sostenida por ellos.

Recordemos que el la confianza es un articulo de lujo que no se le da a nadie, y cuando se rompe un sentimiento importante como la confianza, algo dentro de nosotros muere.

3. La mayor distancia entre dos personas se debe a un malentendido

La frase que mejor ilustra esta reflexión es la siguiente: “Entre lo que pensamos, lo que queremos decir, lo que pensamos que decimos, lo que decimos, lo que queremos oír, escuchar, pensar entender y entender, hay nueve posibilidades de no entendernos".

Querer entenderse no es el problema, el problema es saber encontrarse a pesar del estado emocional de cada uno, a pesar de las prioridades y aunque en muchas ocasiones cueste encontrar un punto en común.


La diferencia es que escuchamos para entender y no para responder., hablamos del malestar que provocan las actitudes o las palabras, nos comunicamos sin palabras que nos hagan comprender.

Esto es cierto no solo en los momentos de conversación, sino también después, cuando nos encontramos reflexionando solos. Es importante reflexionar sobre esto, porque muchas veces el calor del momento no nos permite pensar con claridad, lo que favorece conductas nocivas y soberbias.


Cometer errores es común y humano, pero también necesitamos saber dar un perdón sincero.

4. Menos preguntas a un par de ojos tristes y más abrazos.

Validar las emociones de los demás es fundamental para poder basar una relación en la aceptación. Comprender las emociones y transmitir comprensión marca la diferencia.


Con esta máxima pretendemos afirmar la importancia de no juzgar y no caer en “te lo advertí” o “no tienes por qué arrepentirte de todo”.

Cada persona libra su propia guerra y aunque la empatía cognitiva y emocional total es un tanto utópica, no podemos dejar de intentar hacer la mejor lectura emocional posible del otro.

Ser solidario en tiempos difíciles de la manera correcta sienta las bases para una relación sólida; es especialmente importante prestar atención a cómo manejamos las emociones negativas de los demás.

5. Tomarse el tiempo, el mejor regalo, para cuidar las relaciones

es igualmente importante estar al lado de las personas que amamos tanto en los momentos difíciles como en los buenos. El acompañamiento proporciona oxígeno psicológico y compartir es vivir.

Rodearse de personas que amamos y que nos aman, vivir con ellos los buenos momentos y tener sonrisas para recordar marca la diferencia. Por otra parte, rogar por atención no es una opción. Ni para nosotros ni para los demás.


No importa cuán ocupados estemos, siempre podemos tomar una breve llamada telefónica o enviar un mensaje de texto para que los demás sepan que están en nuestra mente. No hacerlo contribuye a generar una distancia que con el tiempo se vuelve muy difícil de salvar.

Conclusiones

Es importante construir estilos de comunicación y comportamiento que suman y no restan. Así que no perdamos la oportunidad de mejorar como compañeros, amigos, hijos, padres, hermanos, compañeros, etc.

Esforzarse en manejar adecuadamente estas 5 reglas de oro para el cuidado de las relaciones, sin duda, hará que el mundo sea más noble, sincero y constructivo.

Ilustración principal de Anne Soline

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