La violencia en la familia y el niño

La violencia en la familia y el niño

¿Sabemos realmente las consecuencias que ciertas dinámicas tienen en los niños? ¿Cómo afecta la violencia familiar a los niños?

La violencia en la familia y el niño

Última actualización: 06 de febrero de 2022

Más allá de las situaciones conflictivas entre los cónyuges, numerosos temores y dudas pueden afectar a la unidad familiar con repercusiones directas e indirectas en los hijos. Pero, ¿sabemos realmente las consecuencias que esta situación puede tener en los niños? ¿Cómo afecta la violencia familiar a los niños?



Abuso infantil

La violencia en la familia, psicológica o física, a veces se disfraza bajo el disfraz de la educación, con el objetivo de socavar la voluntad del niño y convertirlo en un ser obediente y dócil.

En estos casos, los niños son incapaces de reaccionar, estando debajo la dictadura del silencio por la autoridad de los adultos.

El maltrato psicológico dirigido a los niños se manifiesta a través de la violencia verbal, el comportamiento despectivo, el rechazo emocional, la educación intransigente y las exigencias desproporcionadas para la edad del niño.

Esta forma de violencia familiar, que nunca es inofensiva, puede ejercerse indirecta o directamente.

Las sombras de la violencia familiar indirecta

La violencia familiar afecta a los niños incluso cuando ocurre entre los padres. El progenitor agresor utiliza medios de comunicación verbales (desprecio, descalificación total, insultos, mentiras, etc.) y no verbales (muecas, gestos, etc.), así como destrucción física de objetos, conductas violentas como palizas, magnificación de hechos pasados, etc

Los niños también se convierten en víctimas, porque están presentes y porque de alguna manera se niegan a distanciarse del progenitor agredido.

Son testigos del conflicto, reciben todo el mal que viene de la situación.. Los hijos empiezan así a aislarse, perdiendo la capacidad de identificarse, a lo que se suma la figura del progenitor agredido incapaz de reaccionar ante la agresión, y el reproche de uno sobre el otro.



aislamiento en la infancia

El aislamiento puede tener graves consecuencias para el niño, porque si no encuentra la forma de afrontarlo por sí mismo, se comportará sobre los hombros una carga de sufrimiento que jugará en otros lugares, con otras personas y en otras situaciones.

Con el tiempo, el progenitor agresor transmite odio hacia la pareja incluso hacia los hijos, comportamiento completamente inaceptable por cualquier motivo.

Situaciones ambiguas vividas por el niño pueden llevar a su autodestrucción por la incertidumbre y los momentos de confusión. El comportamiento malicioso, lleno de odio y malas intenciones del progenitor agresor, lo introduce en una espiral sin salida en la que busca y desea el reconocimiento del progenitor que lo rechaza.

Es poco probable que esto suceda, por lo tanto, el niño interioriza una autoimagen negativa aceptándolo como merecido. Así, el progenitor agresor tiene en sus manos un sujeto vivo y manipulable, que puede sufrir un gran número de humillaciones.

Cómo prevenir la violencia indirecta en la familia

Para un padre que ejerce violencia psicológica, es inaceptable ver a sus hijos felices o exitosos. Manipular a los niños es fácil a través del chantaje emocional, como toleran sin límites, disculpan a las personas que aman y siempre están dispuestos a perdonar a sus padres, asumir la culpa y tratar de comprenderlos.


Para los niños hay violencia en la familia es una situación muy difícil, ya que están bajo las órdenes de uno solo de los padres, mientras que el otro, el que es atacado perpetuamente, rara vez puede ayudarlos sino con una escucha llena de sufrimiento.


La situación también puede empeorar cuando el padre que no agrede se aleja y deja al niño solo para enfrentar el desprecio del otro. Quizás esta situación la vemos alejada de la realidad, lo cierto es que es más frecuente de lo que pensamos.

Ante esto, es recomendable revisar hábitos y comportamientos de vez en cuando, con el objetivo de cambiarlos si es necesario. La violencia no es sólo la que se ejerce a través de bofetadas, pero también a través de la humillación, la crítica y el desprecio.

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