Voluntariado, un bálsamo para las emociones

Voluntariado, un bálsamo para las emociones

Voluntariado, un bálsamo para las emociones

Última actualización: 21 septiembre, 2019

¿Por qué hacer trabajo no remunerado para el que necesitamos invertir tiempo y energía? Quizás muchas personas se han hecho esta pregunta antes de iniciar unaexperiencia de voluntariado. Y es probable que muchos finalmente decidieran no hacerlo porque no encontraban razones válidas.

Sin embargo, si le gusta ayudar a los demás y está motivado para hacerlo, el voluntariado es definitivamente una buena manera de desarrollar esa motivación. Además de ser una actividad que en sí misma produce una recompensa, el voluntariado es un bálsamo para nuestras emociones, porque aporta grandes beneficios a nivel personal, afectivo, afectivo, profesional y social.



Los beneficios del voluntariado

Descubre nuevas realidades

Para poder integrarse en la sociedad hay que levantar la vista de uno mismo. Si nos quedamos absortos en compadecernos de nuestros problemas, quizás nunca seremos capaces de apreciar y valorar lo que tenemos a nuestro alrededor. Por ahí, y no necesariamente muy lejos, hay personas que han caído en el ostracismo social.

Son niños, adolescentes o adultos que padecen uno enfermedad estigmatizada o adicciones múltiples. Familias niños disfuncionales, indigentes o huérfanos. Todos ellos necesitan de nuestra solidaridad.

Ayudar a los demás, en términos de generosidad, es una de las conductas más valiosas, tanto para los demás como para nosotros mismos. A veces, sin embargo, se necesita un esfuerzo extremo para dejar de lado otros intereses y dedicarse a los demás. Hay gente necesitada en todas partes, por eso contribuir al bien común no sólo es posible, también es posible urgente e inevitable.

Efectos positivos para la salud

Estar satisfecho con uno mismo es gratificante. Por ello, los beneficios que el voluntariado aporta a la salud pueden en muchos casos ser equiparables a la actividad física o al descanso. Muchos voluntarios que trabajan en grupos sienten que son parte de algo mucho más grande. Las tareas o actividades asignadas fortalecen laestima, ya que sirven para mejorar la vida y el día a día de otras personas o grupos de personas.



Estos sentimientos fortalecen nuestro sistema emocional. Por lo tanto, será más difícil estar deprimido o sufrir estrés. Asimismo, es más difícil sufrir esa soledad no solicitada que tantos estragos está causando hoy.

Conocete a ti mismo

El aburrimiento es una gran oportunidad para explorar nuestro lado más creativo. En muchas ocasiones, fatiga, causada por la rutina, nos lleva a explorar nuevos caminos, contrariamente a esa ley de la economía cognitiva por la que se acostumbra ceñirse a los propios planes.

En este sentido, las personas que realizan una actividad de voluntariado han descubierto una forma de trabajar no remunerada que les hace felices. Ser solidario con otras personas les hace felices y esto les anima a invertir tiempo en esta actividad por el bien común.

Aumentar las posibilidades profesionales

Normalmente Los voluntarios tienen varias preocupaciones que van más allá de lo inmediato. En otras palabras, se preocupan por el bienestar colectivo y, en general, muestran iniciativa, pensamientos e intenciones encaminadas a mejorar algún aspecto del ámbito social o cultural.

Es por eso que son tan populares entre los headhunters. Estos headhunters tratan de incorporar a sus filas a personas que sepan trabajar en equipo y que no teman aceptar retos. Trabajadores emprendedores, comprometidos, serios e implicados. Además, si el voluntariado es parte de tu campo de formación académica, puede aumentar su valor.


Adquirir nuevas habilidades

Tener nuevas responsabilidades te permite ganar experiencia y desarrollar nuevas habilidades emocionales, sociales e intelectuales. Incluso hay ONG que ofrecen la posibilidad de realizar cursos o cursos de formación.

Por ejemplo, una persona tímida puede aprender a comunicarse con los demás de manera gradual y efectiva. Un adolescente impaciente comprenderá que a veces saber esperar es la mejor estrategia. Alguien lleno de sí mismo podría experimentar una verdadera lección de humildad o, de nuevo, alguien muy sensible entenderá que la empatía también se puede racionar.


Como vemos, los beneficios del voluntariado son variados y tangibles. E siempre falta lo mejor: ¡el efecto contagio! Ver que las personas que nos rodean están involucradas en una causa aumenta su valor subjetivo. Por regla general, los voluntarios confiesan que reciben mucho más de lo que dan porque es una experiencia única que les hace crecer a su gente. ¿Así que por qué no intentarlo?

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