Vínculo de pareja a pesar del pasado

Vínculo de pareja a pesar del pasado

A pesar de las penas, desilusiones, recuerdos, rutinas y cambios que jalonan el presente, seguimos buscando el vínculo de una pareja. ¿Pero por qué? ¿Hay acaso algo en nosotros que nos lleve a buscarlo? ¿Es genético, social o ambos?

Vínculo de pareja a pesar del pasado

Última actualización: 08 de diciembre de 2022

A pesar de las relaciones fallidas y las decepciones que podamos haber experimentado en el pasado, los seres humanos siempre tendemos a reformar un vínculo de pareja como si esto fuera parte de un plan predeterminado por nuestra biología y cultura social. ¿Alguna vez has pensado en ello?



En el curso de la historia humana ha habido muchos, si no innumerables, cambios en el modelo de pareja. Bien sabemos que hoy en día la dinámica de pareja no es la misma que hace cincuenta o incluso cien años.

Sin embargo, los cambios no se dieron de manera radical. Puede decirse que las mutaciones evolutivas del vínculo de pareja no son tan lejanas en cuanto a estructura y rutina.

¿La relación de pareja actual es realmente diferente a la de hace 50 años?

En comparación con la tierra firme de hace cincuenta años, la posmodernidad ha provocado cierta inestabilidad e inseguridad emocional que han sacudido la estructura de la pareja y de la familia. Todo ello, dentro del paradigma lineal positivista.

La era actual está experimentando un cambio de paradigma. Es por ello que se cuestionan cada vez más las ideologías, las normas sociales y familiares, las creencias, la organización de la vida, los criterios de verdad, objetividad, racionalidad y realidad.

La posmodernidad no solo ha llevado a un cambio teórico, sino también a cambios en las formulaciones prácticas. Todo ello, a su vez, tuvo un gran impacto en la estructura de la familia y de la pareja.



Cuando se piensa en la familia o en la pareja, pueden surgir preguntas como: ¿qué camino están tomando estas estructuras? ¿En qué dirección van? ¿Qué patrón tendemos a establecer cuando formamos un vínculo de pareja? ¿Cuáles son los caminos y las múltiples formas para llegar a un modelo posmoderno de la pareja, Etc.

La respuesta a todas estas preguntas nunca puede ser unívoca ya que los patrones vinculados a la constitución de la pareja y la familia están en constante cambio.

Actualmente existen diferentes modelos de parejas e incluso familias

En los últimos cincuenta años, el concepto de pareja ha cambiado considerablemente.. La institución del divorcio ha dado como resultado dos o tres avances en el amor de pareja, así como nuevos tipos de familias.

Actualmente existen nuevos modelos de pareja y familia con características igualmente diferentes. Por ejemplo, hay parejas que no comparten el mismo dormitorio; otros imponen restricciones sobre el número de hijos a tener; finalmente hay solteros que han tenido hijos gracias a la biotecnología.

La separación en la sociedad moderna entre el sexo con fines reproductivos y el sexo por placer, gracias a los métodos anticonceptivos, muestra una sexualidad ajena al embarazo. Esto inevitablemente implica dioses cambios en la concepción filosófica de la pareja.

Hoy en día, hay muchas personas que quieren casarse y ser felices, sin necesariamente tener hijos, sino sólo por amor y por una sexualidad satisfactoria.

Así, el deseo de amor y el deseo sexual adquieren un significado importante en las relaciones. Y como era de esperar, todos estos factores producen cambios estructurales considerables en la pareja.


Pasan los años... ¿Y qué? El apocalipsis o el reencuentro

Durante el transcurso de la vida, el ser humano pasa por diferentes experiencias. En una pareja, los miembros pasan años juntos y acumulan recuerdos.


El cerebro almacena una gran cantidad de información y selecciona experiencias que luego recordará; y ese material se aloja en la memoria (bajo la responsabilidad del hipocampo, que nos permite asociar y dar sentido a distintas situaciones). Por esta razón, siempre tendemos a recordar las cosas buenas y separarlas de las malas.

Vivir en pareja es un proceso complejo que requiere paciencia, generosidad, tolerancia y adaptabilidad, además de amor. Por supuesto, el amor coincide con la satisfacción de numerosas fantasías, pero la convivencia implica compromiso, aprender a apoyarse mutuamente, encontrar un compromiso entre dos personalidades diferentes para vivir juntas y, si se acuerda, procrear juntas.

Mientras tanto, pasan los años y llega la madurez, las obligaciones domésticas, los problemas en el trabajo, la educación de los hijos... Todos aspectos que introducen elementos de separación entre los miembros de la pareja. La rutina y el cansancio apagan el fuego de la pasión temprana, reduciendo los encuentros sexuales.

Sumado a esto, el vigor de los años jóvenes decae y muchos otros pensamientos agolpan la mente y, progresivamente, casi sin darnos cuenta, el deseo hacia la pareja decrece.


Hay muchas parejas que viven una sexualidad limitada y sin vínculo con el resto de actividades. Viven resignados y aburridos, al menos en lo que se refiere a la vida conyugal, y se refugian en las salidas con los nietos u otras parejas, haciendo más activa la vida social, pero a costa de la intimidad. Otros, sin embargo, optan por separarse.

Después de tantos años, experiencias y recuerdos, ¿sigue vivo el deseo de formar un vínculo de pareja o de vivir juntos?

Parejas que han estado juntas durante muchos años, al menos una vez al año. deberian sentarse a hablar de como volver a ver a la pareja: ya no eres lo que eras y tienes que aceptarlo.


Si la pareja decide separarse, ambos deben ser conscientes de que la separación es una experiencia compleja en la que se desarrollan diversas complicaciones en la relación, como alianzas, coaliciones, agresiones, etc. Las parejas acumulan diversas secuelas relacionales que estallan en el momento posterior a la separación, dificultando el acuerdo.

Mientras se mantiene abierto el camino de la separación o el divorcio, debe tenerse en cuenta que alrededor del 80% de las personas separadas se vuelven a casar y el 60% de las nuevas parejas incluyen un hijo que vive con uno de los cónyuges.

Estos porcentajes indican que, en cierto sentido, las secuelas del pasado, muchas de ellas traumáticas, no desalientan el intento de formar un nuevo vínculo de pareja. Esto también sugiere que sigamos apostando por el amor en pareja, que las expectativas de un nuevo amor triunfen sobre las experiencias fallidas. Entonces… no todo está perdido. El pasado no impide en absoluto formar una nueva pareja.

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