Última actualización: 25 de marzo de 2016
Saber que eres amado es uno de los mejores sentimientos que puedes experimentar. es reconfortante Energizante, casi. Saber que quieren verte y hablar contigo, que les importa saber cómo estás, que tienen un interés sincero que se basa en un aprecio genuino. Es un sentimiento maravilloso.
A veces, cuando parece que hemos tocado fondo, esa persona llega y nos salva con una llamada, una caricia o una mirada. Otras veces, para mantenernos a flote, basta un mensaje rápido o un saludo afectuoso para recordarnos que somos amados.
Saber que estamos presentes en la mente de alguien, que se preocupa por nosotros y que somos capaces de despertar emociones y sentimientos en otras personas es el mejor flotador, un salvavidas que, sin duda, siempre nos hace sonreÃr.
El amor a los demás es un salvavidas
En la novela El palacio de la luna de Paul Auster hay un pasaje que explica perfectamente lo que sentimos cuando el amor de los demás nos saca de ese pozo profundo en el que hemos caÃdo y del que no podemos salir:
No lo sabÃa entonces, por supuesto, pero sabiendo lo que sé ahora, ciertamente no puedo ignorar esos dÃas sin sentir una ola de nostalgia por mis amigos. En cierta medida, esto altera la realidad de lo que experimenté.
HabÃa saltado de un precipicio y, justo cuando estaba a punto de estrellarme contra el fondo, sucedió algo extraordinario: me di cuenta de que habÃa personas que me amaban. Ser amado asà lo cambia todo.
No hay menos miedo a caer, pero te da una nueva perspectiva para entender lo que significa ese miedo. HabÃa saltado y fue entonces, en el último momento, que algo me agarró en el aire. Ese algo es lo que yo llamo amor.
Es lo único que puede evitar que un hombre se caiga, lo único lo suficientemente poderoso como para romper las leyes de la gravedad.
Como se puede ver en esta espléndida descripción, el amor de los que nos rodean es nuestro flotador, el salvavidas que nos mantiene a salvo incluso cuando nos estamos ahogando y parece que no hay nada más que hacer.
El amor sincero no conoce el egoÃsmo y se mantiene alejado de los intereses.
El interés genuino de quien nos ama no conoce el egoÃsmo. Es una caracterÃstica que notamos en los pequeños detalles, que nos encanta y nos permite mantener un vÃnculo con nuestro mundo emocional y relacional.
Un mundo en el que, a veces, nos sentimos extraños, tan alejados de la realidad que olvidamos, como decÃa Maslow, que es imposible responder a las necesidades o expectativas si una parte de la base no la constituye el amor, la fraternidad. y ese cariño que nos une a los que nos rodean.
No importa cuáles sean los pilares que nos sostienen, siempre estaremos cojos si no sentimos que alguien se preocupa por nosotros. De esta forma, cuando no percibimos la presencia de alguien que despierte emociones en nosotros, nos sentimos tristes y abandonados.
Nuestros puntos de referencia, las personas que nos importan
Para seguir creciendo, necesitamos vincularnos y nutrir nuestras raÃces., para lograr que de nuestras ramas nazcan hermosas hojas que representan amor, salud y prosperidad. Para nuestra autoestima y para el equilibrio de nuestra alma, es fundamental tener puntos de referencia, pilares sobre los que apoyarse en los momentos difÃciles o con los que lucir nuestro mejor vestido y bailar sin paraguas bajo la lluvia de felicidad.
Pilares que nos aman aun cuando cometemos errores, que ahuyentan la oscuridad por más que parezca imposible, que conocen la versión más imperfecta de nosotros y aun asà nos mantienen a su lado, que nos custodian, que nos cuidan, que danos un suspiro.
Porque construir una relación que enriquezca y dé calidez sólo es posible en buena medida si las alas de los demás quieren volar a nuestro lado y si quieren alimentar la complicidad de un amor puro y sincero que no conoce el egoÃsmo.