Un cortometraje sobre el resentimiento y los celos.

Un cortometraje sobre el resentimiento y los celos.

Un cortometraje sobre el resentimiento y los celos.

Última actualización: 24 marzo, 2022

Pensar que cada uno de nosotros puede llegar a ser perfecto es una ilusión que nunca se hará realidad. Todos estamos ansiosos por hacer las cosas bien y estar a gusto con lo que hacemos, pero en este camino podemos perdernos en la idea de ser superiores a los demás, introduciéndonos en la espiral del resentimiento y los celos.


Compararnos con los demás no sirve de nada. Cada uno de nosotros ha vivido y experimentado diferentes situaciones, sentimientos y pensamientos. Precisamente por eso, cualquier comparación es inútil.


¿Hasta dónde serías capaz de llegar para no sentirte inferior a los demás? ¿Cómo enfrentas los cambios en tu vida? ¿Cultivas la flexibilidad o, por el contrario, la rigidez domina tus días?

Cuando ocurren cambios en nuestra vida, ya sea en el ámbito laboral, social o personal, debemos ser lo suficientemente flexibles para poder adaptarnos, sin olvidarnos de nosotros mismos. De lo contrario, las consecuencias pueden ser terribles, como le sucede al protagonista de nuestro cortometraje.

Cuando la inferioridad hace su aparición en nuestra vida

Puede ocurrir que en algún momento de nuestra vida nos sintamos “inferiores” a las personas que nos rodean. Quizás porque se ha producido un huracán de cambios o simplemente porque nos damos cuenta de que alguien más tiene una gran destreza en ciertas actividades en las que nos considerábamos "buenos".

Esto es lo que le sucede al pequeño robot protagonista de nuestro cortometraje, que cumple su misión acostumbrado a una rutina diaria, en la que se siente a gusto y feliz. Sin embargo, de repente, esta situación se ve interrumpida por la llegada de un nuevo colega, mucho más rápido. Como resultado, nuestro protagonista entra en una espiral de celos y rencor… ¿Qué le pasó?



"Nadie puede hacernos sentir inferiores sin nuestro consentimiento".

-Eleanor Roosevelt-

Cuando nos comparamos con los demás y nos consideramos "inferiores" o "peores", empezamos a perder la fe en nuestras habilidades y capacidades., generando así una completa desconfianza hacia nosotros mismos, lo que afecta nuestra autoestima.

Ante esta situación, vivida como una amenaza, las consecuencias pueden variar. Podemos llegar a tal estado de vulnerabilidad que ya no nos sentimos capaces de hacer nada, lo que conduce a la inmovilidad y al autodesprecio.

Sin embargo, también podemos desear superarnos a nosotros mismos, seguir evolucionando para no caer. El problema viene cuando no usamos nuestra energía para sacar lo mejor de nosotros mismos, sino que la dirigimos hacia la destrucción. de lo que han logrado las personas que nos rodean boicoteando su trabajo, sus actitudes o sus relaciones.

Movidos por la envidia, el resentimiento y los celos, en lugar de buscar formas de mejorarnos, nos enfocamos en destruir lo que los demás tienen o hacen, para sentirnos superiores. Definitivamente, dirigimos nuestro compromiso hacia el exterior, en lugar de mirar dentro de nosotros mismos.

En serio, responsabilizamos a otros de nuestra infelicidad o de nuestro sentimiento de inferioridad, cuando en realidad son solo percepciones que nos hemos construido nosotros mismos, tal como le sucede al pequeño robot.

Evite romper tratando de ser flexible

Atrapado o no en la miseria, junto con el resentimiento y los celos, la única opción que queda es aprender a ser flexible para adaptarse. Aceptar una nueva situación o que otras personas tengan mejores habilidades que las nuestras es el comienzo del cambio.


La alternativa es hacerte responsable de lo que sientes., con la conciencia de que somos nosotros los que nos consideramos "inferiores", "mejores" o "peores". Creamos el filtro nosotros mismos y luego actuamos en consecuencia, afectando nuestro nivel de autoestima.



"Si decides ser flexible, te librarás de una enorme carga al ver que nada está predeterminado y que puedes ser el juez final de tu conducta".

-Walter Rice-

Sentir celos o rencor, pensar que pueden suplantarnos y superarnos es un constructo que surge de nuestra inseguridad. Somos nosotros quienes a veces nos acercamos a los demás como nuestros enemigos., iniciando una lucha hecha de sufrimiento y malestar por el deseo de reemplazarlos.

Esto es lo que le sucede al pequeño robot protagonista de nuestro cortometraje. Dominado por su inseguridad, transforma una situación de colaboración en una competencia, fruto de la rigidez y movido por el resentimiento y los celos, que lo llevarán a su propia destrucción.


Recuerda que eres inferior a los demás solo si te consideras a ti mismo o si permites que te consideren como tal. Competir para destruir no es un buen camino hacia la felicidad, mientras que la colaboración y la flexibilidad para mejorar son las opciones más seguras para no desmoronarse.

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