Todo lo que luchamos, lo cultivamos (negación emocional)

Todo lo que luchamos, lo cultivamos (negación emocional)

Todo lo que luchamos, lo cultivamos (negación emocional)

Última actualización: 18 septiembre, 2015

Todas las emociones que escondes u opones persisten. ¿Alguna vez has escuchado esto antes?

A veces, en psicología, se dice que el dolor es la mejor cura. Esta afirmación puede sorprenderte e incluso puede que no quieras aceptarla. Sin embargo, no hay realidad más evidente que el hecho de que todas las emociones que experimentamos implican algo que aprender.



El sufrimiento, por ejemplo, es el cincel que moldea nuestro saber vital, que dibuja caminos y senderos a partir del aprendizaje que proviene de las pérdidas, de derrotas y decepciones. Si bien hay personas que prefieren no verlo, incluso hay quienes optan por esconder ese dolor en lo más profundo de su ser y luego simplemente tiran la llave de su cerradura emocional.

¿Qué pasa después? El dolor se vuelve aún más fuerte, pero cambia de forma. Así comienza a surgir la ira, el resentimiento... la ira. Todo lo que nos oponemos, lo cultivamos. Hablamos de ello hoy en nuestro artículo. Hablemos de la negación emocional.

La negación emocional y su obsesión

Vemos un ejemplo. Compartes una relación amorosa con alguien. Lo amas, tienes una vida sólida que has construido juntos como pareja. Sin embargo, algo dentro de ti te dice que las cosas ya no son las mismas. Sientes que esa persona ya no te quiere. ¿Cómo lo aceptas? lo niegas Además, por la razón que sea, la otra persona no quiere dar evidencia de lo que está pasando.

Pasa el tiempo y aunque sabes que esa relación ya no es auténtica, sigues negándolo, te niegas a ver la verdad. Las personas que te rodean incluso te dan pistas de lo que está pasando, pero los ignoras. La negación emocional persiste y resiste día tras día.



Lo que sucederá es que, por mucho que quieras ocultar la verdad, saldrá a la superficie más evidente que nunca. Seguirá surgiendo. En lugar de dejarlo de lado y evitar pensar en ello, se convertirá en un pensamiento constante y destructivo. Porque la mente adopta un mecanismo terrible al lidiar con las emociones negativas, llegando incluso a convertirlas en pensamientos casi obsesivos.

Si nos repetimos a nosotros mismos que no estaremos tristes cuando, por ejemplo, padezcamos una ansiedad aguda, ocurrirá exactamente lo contrario. La cuestión no es decírselo a uno mismo. "No estaré triste". La verdad sale a la luz cuando nos preguntamos: "¿porque estoy triste?"

Puede parecer una tontería, pero lo es. Evitamos el problema, pero en realidad el problema es tan grande que no podemos dejar de pensar en el.

Las emociones y su función adaptativa

Las emociones como la tristeza, la ira o el miedo son una buena medicina. Vale la pena repetir este concepto nuevamente. Son las emociones más difíciles de afrontar, lo sabemos bien, pero realizar una función adaptativa. El miedo nos obliga a correr y escapar, y así a sobrevivir. Es algo instintivo que hemos aprendido como especie.


Sin embargo, dentro de esta transformación que hemos vivido, también hemos aprendido que, a veces, la solución no es correr o escapar, sino detenernos y conocer al enemigo que nos quiere hacer daño. Negarlo no ayuda. La tristeza, por otro lado, debe ser reconocida, aceptada, llorada y luego enfrentada. Las emociones negativas nos permiten sobrevivir porque, en ocasiones, nos obligan a tomar el camino contrario. El camino opuesto donde reside la auténtica verdad.

La negación emocional que quiere resistir persistirá hasta nuestra propia destrucción. Hasta que no pudimos más. ¿Por qué oponerse? Déjalo ir. Como suele decirse, oponerse a un enemigo solo le da más fuerza. Así que lo mejor es no resistirse: aceptar la evidencia, el dolor, el error. Acepta la existencia de estas emociones y, día tras día, se irán desmoronando hasta desvanecerse. liberándote


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