¿Tienes una taza favorita? Las razones de este vínculo emocional

¿Tienes una taza favorita? Las razones de este vínculo emocionalTienes una taza favorita que solo tu usas? ¿Crees que tu taza es insustituible? ¿Se pone nervioso o enojado si alguien usa su taza? Si eres de esas personas a las que le gusta su taza personal, debes saber que no estás solo, según una encuesta realizada por la empresa Heinz Cup Soup, el 60% de las personas tiene una conexión emocional con su taza favorita. El 40% dijo que su taza era insustituible y alrededor de un tercio confesó que se volvería loco con la idea de romperla. Es extraño cómo nos sentimos conectados irracionalmente con algunos objetos cuyo valor emocional supera con creces el valor económico.

¿Por qué nos gusta nuestra copa?

1. Nos pertenece. Si ha usado accidentalmente la taza de otra persona, probablemente haya notado cuán posesivas pueden llegar a ser algunas personas con su taza. De hecho, la encuesta encontró que una sexta parte de las personas encuestadas admitieron estar enojadas si alguien usaba su taza. Esto se debe, al menos en parte, a lo que se conoce como "Efecto propietario". En la práctica, una vez comprados tenemos una tendencia a sobreestimar los objetos que poseemos, muy por encima de su valor real.
2. Activar memorias. Pero la obsesión por las tazas no puede explicarse simplemente por el efecto propietario, ya que no somos tan posesivos con otros elementos como un tenedor o un plato favorito. El problema es que las tazas son un regalo muy habitual que suele asociarse a determinadas personas o recuerdos. Las emociones que evoca una taza pueden ser muy fuertes, aunque no siempre seamos conscientes de ellas. De hecho, muchas veces la copa no solo nos recuerda el pasado, sino que también genera una sensación de seguridad y tranquilidad que nos hace sentir bien.
3. Te representa a ti. Una de las características más distintivas de las tazas, frente a cualquier otro objeto, es que suelen tener logotipos, frases o imágenes con las que nos sentimos particularmente identificados. Las tazas son uno de esos objetos altamente personalizables con los que nos podemos identificar, porque en ellas encontramos un mensaje que hace eco de nuestra identidad. Nuestra taza refleja una parte de nuestra personalidad, por eso hemos desarrollado un vínculo tan fuerte con ella.
4. Es parte de la rutina. Somos personas de hábitos, repetir las mismas cosas nos hace sentir seguros. Y es probable que su taza sea parte de algunas de las rutinas que ama. Tal vez te despiertes y desayunes con ella y luego la filmes mientras te relajas, para disfrutar de un buen chocolate caliente o té. De hecho, cuando lo piensas bien, nuestra taza suele estar presente en muchas de estas relajantes rutinas. También nos acompaña incluso cuando tenemos que trabajar hasta altas horas de la noche o cuando nos sentimos mal, por lo que es normal que acabe convirtiéndose en un objeto "leal".
5. Te consuela. Las tazas también nos ganan nuestro cariño porque normalmente las usamos para tomar bebidas calientes. De hecho, una investigación realizada en las universidades de Yale y Colorado reveló que sostener una taza caliente genera sentimientos positivos hacia los demás y nos hace confiar y acercarnos a ellos. También se ha descubierto que tomar un baño caliente nos hace sentir mejor y aliviar la soledad, de la misma manera que sostener un recipiente con agua caliente. Por tanto, es normal que acabemos asociando nuestra taza con sensaciones agradables que nos hagan sentir bien.
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