Soledad en el amor: estás ahí, pero te ignoro

Soledad en el amor: estás ahí, pero te ignoro

Sabemos que el amor no es la cura para la soledad, de hecho no hay peor sufrimiento que haber encontrado el amor de nuestra vida y de repente sentir la soledad de la indiferencia, la lejanía y la frialdad emocional.

Soledad en el amor: estás ahí, pero te ignoro

Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.

Última actualización: 15 2022 noviembre

Estás a mi lado, pero no te escucho. La soledad en el amor puede ser devastadora; es casi como percibir la presencia de una ventana abierta por donde entra el frío. Al mismo tiempo, se desvanece la pasión, el interés y la complicidad que encendían las caricias y las sonrisas.



Casi sin saber cómo, a esta indiferencia siguen repentinas hostilidades, reproches y esas miradas que, lejos de buscarse, comienzan a evitarse. Seguro que a todos nos gustaría que todo el amor que le profesamos a alguien nos es devuelto con la misma intensidad (Tanto doy, tanto recibo).

Nos gustaría que siempre hubiera un perfecto y absoluto equilibrio en las relaciones afectivas. Ama y sé amado por igual, con la misma energía, forma y pasión. Sin embargo, cada uno lo hace a su manera, con su propio lenguaje, con mejores y peores capacidades.

Desde este punto de vista, pocas experiencias causan tanto sufrimiento como experimentar la progresiva indiferencia de la pareja. Por sorprendente que nos pueda parecer, la razón de ello no siempre se encuentra en el desamor.

A veces, esta realidad es propia de personas emocionalmente inaccesibles, así como de alexitímicos y de aquellos que simplemente no entienden que el amor es más que una presencia física. El amor genuino requiere acción, emoción, conexión y reciprocidad.


“La soledad es admirada y deseada cuando no se sufre, pero es evidente la necesidad humana de compartir las cosas”.


-Carmen Martín Gaite-

La soledad en el amor, una realidad muy común

El simple hecho de tener una pareja no ofrece protección contra la soledad.. Este hecho lo demuestran los datos obtenidos en los estudios sobre la soledad que se publican cada año.

Sabemos, por ejemplo, que la soledad ya es una epidemia entre la población de la tercera edad; sin embargo, en los últimos años hemos ido descubriendo cómo incluso el colectivo más joven destaca significativamente esta realidad.

Por eso es importante hablar de lo que entendemos por “soledad percibida”. Es decir, lo que aparece a pesar de que la persona tiene pareja, familia o tiene una gran red social. Como nos enseñó Robert Weiss, psicólogo social y experto en este campo, “la soledad es lo que experimentamos cuando echamos de menos algo que necesitamos”.

De igual forma, es este autor quien ha establecido la diferencia entre la soledad social y la emocional. Esta última es la que surge especialmente a nivel de pareja, donde falta el apego, el compromiso y esos nutrientes afectivos que conforman un vínculo feliz y saludable.

Asimismo, hasta no hace mucho tiempo, no se prestó especial atención a este tipo de soledad; sin embargo, desde el punto de vista clínico sabemos que estas situaciones generan altos niveles de angustia. Las implicaciones para la salud mental y física son enormes.

La soledad en el amor tiene muchas caras

María Teresa Bazo, socióloga y experta en bienestar social y calidad de vida, señala que "Es muy posible que la peor soledad sea la que se vive en compañía" (Base, 1989).


Lo cierto es que la soledad en el amor se puede sentir durante años, e incluso décadas, sin remediar este grave hecho. Sin embargo, es importante saber reconocer los factores mediadores, ya que pueden ser tan diversos como sorprendentes.


  • En primer lugar, hay que recalcar que algunas personas inician una relación precisamente para extinguir su soledad, sus miedos y sus vacíos. Este es el caso de aquellos con trauma o baja autoestima. Rara vez se sentirán felices o apoyados por la relación. Siempre sentirán que les falta “algo”, el sentimiento de soledad nunca se alivia.
  • Hay, por otra parte, incluso perfiles con serias dificultades para compartir, hablar de sus sentimientos o para validar emocionalmente a la pareja. No entienden el lenguaje del afecto; porque no lo saben, no pueden o no quieren.
  • La soledad en el amor también puede aparecer por el agobio de la rutina. Nos dejamos llevar por la vida cotidiana, las presiones, los trabajos y ocupaciones, olvidándonos de asistir y nutrir lo más importante: la relación afectiva.
  • Por último, pero no menos importante, está el elemento más común: desafección.

Efectos de la distancia emocional

Cuando aparece la soledad en el amor y la distancia emocional, experimentamos una serie de realidades psicológicas muy comunes. El estrés surge ante la incertidumbre, la angustia, el miedo a no ser amado y, en ocasiones, incluso la hostilidad.


No recibir explicaciones o estar suspendido en ese limbo donde ni romper ni intentar resolver la situación genera frustración.

Pueden aparecer reproches, discusiones y otras distancias. Todo ello repercute en el trabajo y en el resto de nuestras relaciones. Sin duda son situaciones muy delicadas.

¿Qué debemos hacer cuando experimentamos la soledad en el amor?

La soledad saludable siempre es preferible a estar al lado de otra persona. Sabemos que la soledad social o física es dolorosa, pero la soledad emocional es más profunda y particular precisamente porque devalúa la dignidad y la autoestima.


Mantener una relación que alarga el abismo de la frialdad emocional y la indiferencia no tiene sentido. Ante estas realidades, solo hay dos opciones: solucionar el problema o acabar con la relación.

En estos casos un psicólogo de pareja puede ser de gran ayuda para poder trabajar sobre las dificultades y encontrar la respuesta a la solución.

En cualquier caso, está claro que la soledad en el amor es más común de lo que piensas. Y el costo es lamentablemente inmenso.

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