Sin tener miedo a nada

    Sin tener miedo a nada

    Sin tener miedo a nada

    Última actualización: 04 de enero de 2016

    soy vulnerable Una ráfaga de viento puede derribar la rama de un árbol y acabar con mi vida. Un auto podría atropellarme mientras cruzo la calle y llevarme para siempre. Mientras escribo estas palabras, mi corazón puede dejar de latir.

    Esto o mucho más te puede pasar a ti también. Eres vulnerable, como yo. y como la gente que amas: la tuya Madre, tu hijo, un amigo.



    Y con eso no quiero asustarte. Reconocer que en última instancia nuestra vida no está en nuestras manos solo nos hace más conscientes, porque es la verdad.

    Pero ¿por qué hablar de eso? Porque tengo la sensación de que cada vez más personas están perdiendo la conciencia de lo frágil que es nuestra existencia. Puede parecer sin importancia, pero sus consecuencias son: vivimos en una realidad que no existe, es una invitación a una cena envenenada.

    Trazamos una línea en los días del calendario como cuando nos aburríamos de contar cuántos días de escuela quedaban antes de las vacaciones. Nos quedamos dormidos en autobuses y vagones de tren, abrimos y cerramos la puerta principal una y otra vez. Somos como locomotoras que recorren el mismo camino una y otra vez.

    Perdemos el tiempo posando, protegiendo, atacando, chismeando sobre los demás. En la tienda de la vida, actuamos como el hombre rico que entra y compra todo lo que quiere como si su dinero fuera infinito. como si nuestro tiempo fuera infinito.

    Hacer inventario. Pon todo lo que haces por placer en un plato y todos tus compromisos y actividades en el otro. ¿Hay algo mal?


    Sin embargo, no somos solo nosotros los que estamos equivocados, es toda la sociedad. El tiempo que cada persona tiene que pasar en el trabajo para sobrevivir es enorme.


    Nos permitimos el lujo de decirles a los niños que si estudian y se capacitan, entonces pueden hacer el trabajo de sus sueños. ¿Cómo podemos mentir tan descaradamente? ¿Los trabajos que ofrece la empresa de hoy respetan los sueños de todos? Cada uno imagina lo que prefiere.

    Otra triste consecuencia de la falta de conciencia de nuestra vulnerabilidad y de nuestro andar por las vías es que el sufrimiento nos es ajeno. Pensamos que si hacemos las cosas bien, si tomamos el camino correcto y ponemos en práctica las virtudes del esfuerzo y el sacrificio, todo irá bien.


    Entonces, ¿por qué deberíamos ayudar a alguien que ha elegido libremente no seguir la receta del éxito? Aceptamos que la miseria existe porque pensamos que es consecuencia de las acciones de quienes la padecen, porque pensamos que nunca nos tocará.

    Y así, nuestra percepción de ser invulnerables y la falta de un sufrimiento similar en nuestra vida nos separa, mentalmente, de las personas que están peor que nosotros.


    Sólo cuando sucede algo que nos hace sentir que la barrera que nos separa se ha derrumbado, levantamos la vista del libro que estamos leyendo, recuperamos nuestra naturaleza humana. Para que esto suceda, tenemos que vivir esa experiencia más de cerca, y antes de que el tren llegue a su destino.

    Imagen cortesía de Annette Shaf

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