Simplemente, ¡gracias!

Simplemente, ¡gracias!

Simplemente, ¡gracias!

Última actualización: 17 marzo, 2015

"¿Qué dicen ellos?"

Es una de las frases que probablemente todos escuchamos repetidas más de una vez en la infancia y, por supuesto, teníamos que responder: "Gracias!". Al principio no entendíamos bien el significado de esta palabra, y solo la decíamos para complacer a nuestros padres. De este modo, obtuvimos el reconocimiento y la aprobación de alguien a quien queríamos hacer feliz, sin importar el motivo de agradecimiento.



El valor de una palabra

Poco a poco, dar gracias se ha convertido en un automatismo que utilizamos con frecuencia en la vida cotidiana, y que en ocasiones acaba perdiendo gran parte del sentido profundo que debería tener. Por eso es bueno detenerse y pensar de vez en cuando en el significado y el potencial de esta simple y maravillosa palabra.

Cuando decimos gracias a una persona, le estamos diciendo que reconocemos su valor y que nos sentimos agradecidos por el tiempo que nos ha dedicado. En solo seis cartas, le decimos que hizo algo bien y que estamos en deuda con ella. Reconocemos su esfuerzo y le demostramos que se ha ganado un poco más de nuestra confianza. Le mostramos nuestra gratitud, aprecio y cariño.

Al dar las gracias a alguien, le estamos expresando que estamos felices de habernos cruzado con él en nuestra vida, aunque solo sea por un momento. Simplemente estamos diciendo algo que no tiene precio, pero que al mismo tiempo tiene un valor infinito.

Un mundo lleno de "gracias"

Cuando das las gracias, estás dando un regalo y, como todo regalo, para darle el valor justo es bueno envolverlo en un bonito paquete. Así es: un "gracias" se vuelve aún más hermoso si va acompañado de una sonrisa, un momento de pausa y una mirada de bienvenida. Si lo hace, será mucho más fácil para el destinatario de su agradecimiento escuchar y entender lo que significa.



Un mundo lleno de gracias es un mundo lleno de favores y contactos humanos. Es el mundo que todos queremos para las personas que amamos. Esta, después de todo, es la verdadera razón por la que nos esforzamos por enseñar a los niños a dar gracias. Y esta razón tan profunda es probablemente la más importante.


Imagen cortesía de marcosdemadariaga

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