Si las palabras te están sofocando, es hora de sacarlas

Si las palabras te están sofocando, es hora de sacarlas

Si las palabras te están sofocando, es hora de sacarlas

Última actualización: 23 de marzo de 2016

Ni el más taciturno de los hombres puede callar todos sus sentimientos, ya que el ser humano necesita de vez en cuando desahogarse y dar voz a lo que parece asfixiarlo por dentro. De hecho, hay momentos en los que probablemente sentirás que tienes un nudo en la garganta que te duele y no encontrarás la manera de disolverlo con palabras. Como si te hubieran salido mal y no pudieras llegar al corazón con el aire.



En estos casos, puedes incluso creer que no hay palabras lo suficientemente precisas para describir con exactitud lo que te está pasando. Todo esto es normal, intenta respirar hondo. Todos nos hemos enfrentado a una situación así, y estamos seguros de que superarás el momento: aunque te cueste creerlo, tu burbuja de dolor se romperá y encontrarás la manera de levantarte y sentirte mejor.

No expresar tus emociones puede enfermarte

Son muchas las emociones que podemos llegar a sentir y éstas, sean positivas o no, deben expresarse para permitirnos canalizarlas al máximo. De lo contrario, permanecerían dentro de nosotros, creando confusión y privándonos de parte de nuestra energía.

 "No acumules silencios, de vez en cuando grita".

-Anónimo-

lo que es cierto es que el cuerpo y la mente requieren una cierta continuidad en la recopilación de experiencias, sin las cuales corren el riesgo de enfermarse. La alexitimia, por ejemplo, es un trastorno que ocurre cuando la incapacidad para expresar emociones se lleva al límite.

Si sientes que estás atascado y te sientes incapaz de continuar, tal vez sea el momento de dejar que las palabras hablen por ti., y quizás también sea el caso de pedir ayuda. Y no que alguien te diga qué hacer y qué no hacer, sino encontrar esa sensación de comprensión que todos necesitamos.



Corre tras las palabras que quieren escapar

Es curioso que justo cuando llegamos al punto álgido de esa sensación abrumadora ligada a la necesidad de decir algo, no podamos hacerlo porque las palabras parecen escaparse de nosotros, impidiéndonos hablar. Sin embargo, buscando dentro de nosotros mismos la fuerza para perseguirlos, seremos capaces de hacerlos nuestros.

 "Cada suspiro es como un sorbo de la vida que se deja llevar".

-Juan Rulfo–

Probablemente, cuando llegue el momento de hablar, tartamudearás, tus frases se superpondrán y sentirás la boca seca o quizás, en lugar de hablar, prefieras escribir y en ese caso serás incapaz de encontrar el hilo de tus pensamientos y se sorprenderá de lo que aparecerá en el papel.

A pesar de esto, las palabras que asfixian deben salir: hay que aprender a escucharlas y aceptarlas. Hasta que no las expresemos, no podremos hacernos cargo de ellas ni saber cómo comportarnos con ellas.

Algunos consejos para desahogarse

El acto de desahogarse es uno de los procesos más complicados a los que se tiene que enfrentar el hombre. Equivale a destapar el corazón palpitante y doliente, para poder ver de cerca lo que lo aqueja. Sin embargo, Existen algunas técnicas que pueden simplificar el momento de la liberación para ayudarte a encontrar tu paz interior:

  • Sé tu propio asesor: Si crees que tienes buenas habilidades objetivas y analíticas, examinar los pros y los contras de lo que te está pasando puede ser un gran ejercicio de catarsis para ti.
  • Llorar: son bien conocidas las propiedades beneficiosas del llanto, pero es bueno precisar que el llanto sólo es útil cuando se es consciente del dolor que se está aliviando. Aprovecha para llorar hasta cansarte si es lo que necesitas, pero inmediatamente después trata de sacar conclusiones desde el respeto.
  • Buscas tranquilidad y calma: la mejor manera de enfocarse en los problemas es estar en un ambiente de paz y tranquilidad. Si estás pasando por un mal momento, intenta dedicarte a algo que te relaje, como escuchar música. Después de eso, busque las palabras que sienta la necesidad de decir.
  • Rodéate de personas que te quieran: es evidente la importancia de tener a tu lado a alguien que se regocije en tus metas y muestre empatía ante tus fracasos, tus miedos o indecisiones. Ciertamente hay alguien a tu lado dispuesto a no juzgarte, con quien te sientas libre para poder hablar y ser escuchado.


 "Pareces una de esas personas que pueden escuchar con los oídos, los ojos y el corazón, todo al unísono"


-Kate Morton-

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