Si esto siempre se ha hecho, ¡debe haber una razón!

Si esto siempre se ha hecho, ¡debe haber una razón!“Sesto Martínez hizo su servicio militar en un cuartel de Sevilla. En el patio del cuartel había un taburete. Al lado del taburete, un soldado montaba guardia. Nadie sabía por qué había que vigilar el taburete. La guardia se hizo porque siempre se había hecho, todas las noches, todos los días, generación tras generación el oficial transmitía la orden y los soldados obedecían. Nadie cuestionó el hecho, nadie pidió nada. Si esto siempre se ha hecho también habrá una razón ... Y así continuó hasta que un día, no se sabe si un general o un coronel, quiso saber el orden original. Tuvimos que retroceder, analizar todos los archivos. Y después de tanto esfuerzo, se descubrió la verdad. Precisamente 31 años, dos meses y cuatro días antes, un oficial había ordenado custodiar el taburete recién pintado, para que nadie quisiera sentarse sobre la pintura fresca y arruinarlo ".

Esta historia original se encuentra en: "Libro de abrazos”De Eduardo Galeano (se lo recomiendo a todos aquellos que no lo hayan leído, entre otras cosas) y es perfecto para entender cómo nacen y cómo se transmiten las tradiciones y, junto con ellas, los estereotipos y hábitos.



Víctimas de nuestras tradiciones

Frases como "Si esto siempre se ha hecho también habrá una razón ...", "es una tradición" o "nosotros en la familia siempre hemos hecho esto" son muy comunes y también es probable que al menos en en una ocasión todos los hemos utilizado para intentar justificar un comportamiento del que fuimos acusados. Sin embargo, estas frases contienen un error conocido como "Argumentum ad antiquitatem".

La referencia a la tradición es un error lógico, implica que si algo siempre se ha hecho de cierta manera durante un largo período de tiempo, entonces necesariamente debe ser correcto o verdadero. Se piensa que el mero hecho de que siempre se haya hecho así es motivo más que suficiente para seguir perpetuando el hábito de forma indefinida, aunque desconozcamos los motivos iniciales, y si siguen siendo ciertos en las circunstancias actuales.



Según este error, las mujeres deben quedarse en casa, cuidar la casa, el marido y los hijos, porque siempre ha sido así en el pasado. O una nueva idea puede estar equivocada simplemente porque nadie la ha probado antes. O que la tauromaquia es una tradición respetable porque corresponde a un rito ancestral.

Las personas que caen en esta falacia no se dan cuenta de que los tiempos han cambiado y probablemente las razones que llevaron a ciertos hábitos y estereotipos ya no existen. Por tanto, la tradición deja de tener sentido. El hecho de que algo sea antiguo no significa que sea bueno y, sobre todo, no significa que haya que repetirlo una y otra vez.

¿Por qué nos aferramos a las tradiciones?

A medida que crecemos, las tradiciones se integran en nuestra identidad, ayudan a formar hábitos que nos dan estabilidad y nos hacen sentir seguros, nos ayudan a construir nuestra zona de confort. Dado que la mayoría de las personas carecen de los recursos psicológicos para lidiar con la incertidumbre y a menudo se resisten al cambio, tienden a aferrarse a lo que saben, a las tradiciones.

Es interesante notar que cuanto más cambia la sociedad y el mundo que nos rodea, más nos aferramos a las tradiciones, y estas se transforman en verdaderos botes salvavidas en los que subir al mar tormentoso, ofreciéndonos la certeza que necesitamos. Incluso cuando percibimos una amenaza externa, recurrimos a las tradiciones, porque estas son como el pegamento que da sentido y une a determinadas comunidades o grupos sociales.


Las tradiciones, aunque no sepamos de dónde proceden, es porque las seguimos, inmediatamente dan orden a nuestro mundo y nos hacen sentir seguros. Por eso se perpetúan.


Lo curioso es que podemos definir las tradiciones de otros pueblos como "salvajes y bárbaras", pero somos incapaces de analizar objetivamente nuestras propias tradiciones. Desde que nacimos con estos los aceptamos sin dudarlo.


¿Significa esto que tenemos que deshacernos de las tradiciones?

No.

Simplemente significa que debemos reflexionar sobre la relevancia de "ciertas" tradiciones.

Significa que no debemos escondernos detrás de la frase: "Si esto se ha hecho siempre, también habrá una razón ...".

Significa que debemos estar abiertos a otras opciones y la capacidad de cambiar para adaptarnos a las nuevas circunstancias.

La alarma debe activarse cuando, en lugar de ofrecer argumentos lógicos y coherentes, nos escondemos detrás de nuestra posición y no queremos escuchar razones, cuando asumimos ciertos hábitos sin hacernos preguntas y sin saber de dónde vienen.


Nunca olvides que dejar de pensar es muy peligroso porque siempre acechan aquellos que están dispuestos a pensar por nosotros.

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