Saudade: un estado emocional profundo

Saudade: un estado emocional profundo

Saudade: un estado emocional profundo

Última actualización: 16 septiembre, 2017

Saudade es sentir el vacío que deja la distancia del ser amado, esa llama que arde dentro de nosotros y que jamás se apagará... el viento profundo que reaviva el recuerdo de nuestra patria o la melancolía que se genera al saber que algo o alguien tal vez nunca vuelva a nuestro lado.

Saudade es la presencia de la ausencia. El deseo por alguien o algo que recordamos con cariño, pero que sabemos que difícilmente volveremos a tener en nuestra vida. Un estado emocional profundo que mezcla la tristeza con el cariño, dejándonos con un sentimiento agridulce, aunque aún conservamos la esperanza.



“Saudade de un hermano que vive lejos.
Saudade de una cascada de la infancia.
Saudade con el sabor de una fruta ahora inalcanzable.
Saudade del padre que murió y del amigo imaginario que nunca existió...

Saudade de una ciudad.
Saudade de nosotros mismos, cuando vemos que el tiempo no nos perdona.
Todas estas saudadas duelen.

Pero la saudade que más duele es la de alguien a quien amas"

-Miguel Falabella-

Saudade - una palabra poderosa

Ninguna palabra en italiano es capaz de encerrar el sentimiento generado por el recuerdo lleno de cariño, pero que a la vez duele. En lengua portuguesa esta sensación está representada, de hecho, por la palabra saudade.

Una palabra misteriosa, cargada de un significado ampliamente estudiado por filólogos y lingüistas en un intento de establecer su origen, sin llegar sin embargo a una respuesta compartida. Por eso también es tan complejo definir su significado.

Más que un objeto concreto, esta palabra representa un conjunto de emociones y sensaciones que se extienden al pasado y también al presente. Una esencia que Manuel Melo, escritor portugués, describe como "bem que se padece y mal que se disfruta".



Saudade es una palabra profundamente emocional que ciertamente es difícil de entender en un solo significado.

Por otro lado, desde una perspectiva filosófica, Ramón Piñeiro, intelectual y político español, describió este término como un estado de ánimo resultante de un sentimiento de soledad. De este modo, las distintas formas de soledad derivan de otros tantos modelos de saudade: la que deriva de las circunstancias (objetiva) y la que está ligada a nuestra vida más íntima (subjetiva).

Otras explicaciones lo vinculan al intento de volver a la seguridad básica, a través de la pulsión de muerte, o con las sensaciones ligadas al lugar de origen. Como podemos ver, hay muchas definiciones diferentes que fluyen todas hacia el aspecto psicológico.

Mira el anhelo 

Si bien la saudade se identifica como nostalgia o melancolía, su esencia más profunda va más allá de estos significados. Percibirlo no sólo nos hace sufrir, sino que nos permite adquirir conciencia de la importancia que han tenido para nosotros determinadas personas o momentos concretos de nuestra vida. Ser conscientes de que nada volverá a ser igual que antes y las situaciones que ya hemos vivido y compartido.

Como hemos dicho, esta palabra alude al rompimiento de las olas en la orilla de nuestra conciencia. Un latido del mar que permite que la ausencia se haga presencia, inundando nuestro espíritu. Es entonces cuando evocamos los ojos con los que nunca volveremos a conectarnos, a la piel que nunca más volveremos a acariciar y al olor característico del lugar donde crecimos, el teatro de nuestra infancia, mientras asistimos a un tímido pero inexorable caída del sol hacia el horizonte, que crea sombras. La saudade es el punto de encuentro entre la alegría del recuerdo y la tristeza de la ausencia.


Los románticos lo entendieron muy bien. Porque como dice el escritor Miguel Falabella, la saudade que mas duele esta ligada al recuerdo de una persona que aun amamos. Corresponde al sentimiento de vacío que precede a la conciencia de la imposibilidad de volver a estar juntos, pero al mismo tiempo aceptando el destino, recordando lo felices que éramos juntos mientras una brisa de tristeza acaricia nuestras cabezas. Una manera hermosa, pero dolorosa, de amar.



“La saudade que más duele es la del amado. De la piel, del olor, de los besos. De su presencia y de su ausencia"

-Miguel Falabella- 

Aliviar el sabor agridulce de la memoria

La saudade duele, pero también está conectada a la felicidad a través de sus aristas, porque al percibirlo, contagiamos lo que sentimos. Vamos más allá al recordar la alegría y sentir la tristeza, sabiendo que es imposible recuperar las sensaciones agradables de los días que fueron. Es como aprender a saborear el lado agridulce de la memoria. Esa que integra sus polos opuestos y encuentra un equilibrio que a veces nos consuela...


"Saudade es el sentimiento que percibí al escribir estos versos y que probablemente tú, leyéndolos, estés experimentando..."

-Miguel Falabella-

En definitiva, saudade significa sentir la vida con todos los poros de nuestra piel y aprender a dar el valor justo a todo lo que nos rodea. Cada momento, cada detalle, cada persona puede dar lugar a este estado emocional que nos sitúa entre el dolor y la felicidad.

Y a ti… ¿cuándo te pilla la saudade?

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