Sabiduría sexual - ¿Por qué desarrollarla?

Sabiduría sexual - ¿Por qué desarrollarla?

La sabiduría sexual no tiene nada que ver con nuestra capacidad como amantes. Está ligado a la generosidad, la honestidad y la inteligencia que rompen prejuicios, miedos y estereotipos.

Sabiduría sexual - ¿Por qué desarrollarla?

Última actualización: 21 de marzo de 2022

Vivimos en una sociedad aparentemente moderna que, sin embargo, trata el sexo de forma distorsionada. Solo piense en el poder de la industria del porno, que casi sirve como la principal y única fuente de educación en esta industria para nuestros jóvenes. Lo mismo ocurre con los tabúes eternos que existen en muchas mentes. El mundo necesita desarrollar una sabiduría sexual adecuada.



Nos referimos a ese tipo de inteligencia que parte del respeto al otro, de la honestidad y del conocimiento. Porque en un terreno que etiquetamos como “natural” y que cada uno descubre a su manera, todavía sobran prejuicios, falsos mitos y conceptos peligrosos.

Olvidamos que el órgano más importante en cualquier encuentro sexual es el cerebro. Pasamos por alto el hecho de que los prejuicios y las inseguridades limitan la oportunidad de tener una vida sexual plena. Y también que sin respeto por el otro este acto no puede tener lugar ni sentido.

Ser sexualmente sabio requiere tiempo y fuerza de voluntad. Sobre todo, nos empuja a ir más allá de los estereotipos, de algunas creencias religiosas e incluso de las páginas online para adultos.

En una sociedad que nos envía mensajes tan contradictorios sobre este tema, estamos obligados a desarrollar habilidades adecuadas.

Los grandes amantes se hacen, no nacen.

Según la ciencia, las personas mayores a menudo disfrutan de una vida sexual más satisfactoria.

Sabiduría sexual

Según un estudio de la Universidad de Minnesota, gran parte de la población entre 60 y 80 años muestra lo que los expertos llaman sabiduría sexual. Esta habilidad va más allá de las habilidades de amante; tiene más que ver con la generosidad y la buena comunicación.


Esto nos ayuda a tomar conciencia de dos aspectos fundamentales. La primera es que la sexualidad en la vejez es tan satisfactoria y gratificante como en la juventud.

El segundo se refiere a la importancia de desmantelar otro mito: no se nace buenos amantes, se llega a serlo con los años gracias a la experiencia.

La sabiduría sexual está relacionada con tres áreas específicas: ser conocedores objetivos y sensibles de la sexualidad, tener un buen conocimiento de uno mismo y, finalmente, estar en sintonía con la pareja.

Encontrar una verdadera satisfacción en esta área, por lo tanto, requiere un enfoque holístico. Se trata de aprender, trabajar en ti mismo y crear una buena intimidad con tu pareja sexual.

La sabiduría sexual va más allá de la educación sexual. No se trata solo de saber evitar las enfermedades de transmisión sexual, es comprender qué elementos favorecen las experiencias placenteras en pareja, saber comunicarse, desmitificar las falsas ideas y abandonar el egoísmo.

Conocimiento objetivo y desmitificado sobre la sexualidad.

Está perfectamente bien que a los adolescentes se les enseñe en la escuela qué son las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y cómo prevenirlas. También es bueno brindarles información sobre cómo evitar un embarazo no deseado.

Estas nociones, aunque decisivas, tienen poco que ver con la sabiduría sexual. El verdadero conocimiento en esta área depende de lo siguiente:

  • Saber que tenemos derecho a disfrutar libremente de nuestra propia sexualidad, cualquiera que sea. Sin que nadie se someta ni obligue. Somos dueños de nuestro cuerpo y cada uno de nosotros decide lo que quiere o no en un momento dado.
  • Tenemos derecho a conocer nuestro cuerpo sin vergüenza. También a vivir las relaciones sin miedo, sin sentirnos limitados por las inseguridades.
  • Sabiduría sexual también significa adquirir conocimientos sobre las prácticas sexuales para disipar mitos y prejuicios. No está mal indagar al respecto siempre y cuando lo hagas de forma respetuosa.

Sabiduría sexual y autoconciencia

Cada uno de nosotros tiene una impronta sexual, por así decirlo.. Descubrirlo, saber lo que te gusta, lo que estimula tus propias fantasías y necesidades facilita la relación con los demás.


A la luz de esto, es importante "descubrirse a sí mismo" para poder disfrutar de una vida sexual más placentera; asimismo, es importante establecer sus propias banderas rojas. Nos referimos a lo que no te gusta, lo que te molesta y lo que no está en sintonía con tus deseos.

Muchas veces entran en juego experiencias pasadas, que pueden ser gratificantes o, por el contrario, traumáticas. Aprende de lo que vivieron e entender lo que quieres es esencial para lograr la sabiduría sexual adecuada.

La comunicación en la pareja es el elemento crucial para lograr una vida sexual plena.

Conexión, el juego de la intimidad

Podríamos decir que el ingrediente más poderoso de la sabiduría sexual es la intimidad. Es el vínculo que nos acerca al otro de manera cómplice, libre y curiosa a la vez. Es el tejido que parte del respeto genuino, más el deseo expresado de conectar con esa persona en todas las formas posibles.

Es fomentar un acercamiento emocional, mental y sexual, sabiendo lo que la otra persona quiere, lo que necesita y lo que le gusta. Ser sexualmente sabio implica también dejar de lado el egoísmo, cuidar el placer de la otra persona.


Asimismo, y no menos importante, un pilar que sustenta la inteligencia sexual es la comunicación. Saber comunicar sin vergüenza y sin miedo, abrirse emocionalmente, revelar deseos y pensamientos, nutre el juego de la sexualidad, pero también del amor.

Todos deberíamos especializarnos en este preciado arte. que no se aprende en la escuela, que casi siempre está velada en nuestra sociedad y que sólo puede adquirirse con experiencia, responsabilidad y una adecuada madurez emocional.

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