Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites

Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites

Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites

Última actualización: 16 2015 noviembre

- Suéltalos, Lucía- dijo la abuela de quién sabe dónde.

- ¿Gastar?

- ¡Las lágrimas! A veces parecen tantos que sentimos que nos ahogamos, pero no es así.

- ¿Crees que dejarán de salir algún día?

- ¡Por supuesto! - respondió la abuela con una dulce sonrisa - Las lágrimas no duran mucho, hacen su trabajo y luego siguen su camino.



- ¿Y cuál es su trabajo?

- ¡Soy agua, Lucía! Se lavan y aclaran... Como la lluvia. Todo se ve diferente después de la lluvia...

La lluvia sabe por qué (La pioggia sa perché) – María Fernanda Heredia

Desafortunadamente, nuestra sociedad no nos permite llorar.. Es como una especie de regla obligatoria que obedecemos cuando queremos que los demás perciban una buena imagen de nosotros.

Sin embargo, darnos permiso para expresar nuestras emociones es una fuente de liberación que debemos aprovechar. Por eso, tenemos que deshacernos de ese yo interior que no deja de decirnos que los adultos fuertes no lloran.

Después de la tormenta siempre vuelve la serenidad

Siempre debes recordar que todo pasa. Esto significa que aunque estés envuelto en tinieblas, poco a poco verás la luz. Esto te permitirá apreciar la paz que proviene de vaciarte por dentro.

Para poder entender un poco mejor nuestras emociones y las diferentes formas en que se manifiestan, solo acércate a ti mismo y la forma en que nos expresamos o no nos expresamos. Esto significa que debemos pararnos a pensar si lo que nos hace sentir mal está realmente fuera o, por el contrario, dentro de nosotros.



Esto quiere decir que sabemos que ocultar nuestra tristeza forma parte de una serie de mecanismos de defensa que utilizamos como coraza, pero cuando tratamos de protegernos “de lo que piensan los demás”, en realidad estamos hundiendo nuestra identidad y boicoteando nuestro autoconocimiento.

Las emociones no se superan

No debemos tratar de superar nuestra tristeza, ni debemos pensar que lo hará. No debemos entrar en conflicto con lo que sentimos. Si lo pensamos bien, no es nada productivo luchar contra nosotros mismos.

 

Necesitamos olvidar lo que la sociedad nos ha enseñado y poder abrazar a nuestros demonios, porque ellos no son los villanos de la historia.

No se trata necesariamente de expresar nuestras emociones, de una forma u otra, porque cada uno de nosotros tiene su propia forma de expresar los sentimientos. Deben ser valorados como mensajeros de lo que es difícil de expresar con palabras.

Ya que nuestras emociones siempre nos acompañan, debemos aceptarlos y tener una relación natural con ellos, sin forzarnos, intentando establecer un vínculo entre ellos y nuestro cuerpo.

No aprisiones tus emociones, vívelas

Probablemente hayas tratado de confinar tus emociones dentro de cuatro paredes mentales en más de una ocasión.. Tal vez lo hiciste y lo sentiste como una pequeña victoria.


En cambio, es probable que al hacerlo estés alimentando una serie de emociones dañinas. Aunque la tristeza te hace bien, la tristeza acumulada puede complicarse mucho y convertirse en depresión.

Esto quiere decir que todo, en exceso, es dañino, y si además contamina tu interior, peor aún.. Por lo tanto, debemos escuchar la ira o la tristeza tanto como la felicidad. De esta forma, podrás evitar que se conviertan en monstruos como la ira, la depresión o el exceso de optimismo que pueden causar problemas.


 

Deja salir tus emociones y escucha lo que tienen que decirte. Si no lo hace, creará una carga que resultará en un arrebato emocional, bloqueando sus reacciones.

Ríete cuando puedas y cuando lo necesites, pero no olvides que tus lágrimas también deben salir de vez en cuando, porque te ayudarán a ver con más claridad la vida y, sobre todo, tu interior.

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