Reducir la ira cultivando la empatía

Reducir la ira cultivando la empatía

Reducir la ira cultivando la empatía

Última actualización: 26 2015 noviembre

La ira es un problema generalizado que todos hemos experimentado al menos una vez en la vida. Manejarlo es una habilidad muy compleja que es bueno trabajar en ella. Sin embargo, hoy no hablaremos de cómo gestionar la ira, sino de cómo reducirla, mediante el desarrollo de otra habilidad fundamental: la empatía. Este último es fundamental para reducir la intensidad y frecuencia de los ataques de ira.


A las personas con problemas severos de ira les cuesta concebir la empatía y el perdón. No obstante, la empatía es una habilidad que se puede desarrollar y cultivar con el tiempo. En parte, es inconsciente y automático, pero también puede ser una elección consciente desarrollada con la práctica.


empatía consciente

La capacidad de sentir empatía comienza en el nivel inconsciente. Sin embargo, es posible desarrollarla como una habilidad consciente cuando una persona es capaz comprender los sentimientos e intenciones de otro individuo. El cerebro se puede entrenar y sé más empático con un poco de esfuerzo y práctica conscientes.

Para el desarrollo de la empatía, las experiencias pasadas de la persona que tienes delante son una ayuda importante que fomenta el conocimiento profundo, la comprensión del mundo interior del otro y su estado emocional.

Cuando alguien llora, puede pensar en su situación y en las cosas que lo entristecen. Cuando sientes su dolor, tú también te sientes triste. La experiencia de cada persona es única, por lo que tratar de asimilarla a la propia no es suficiente: el otro puede estar triste por diversas razones que no comprendes o no conoces.

Libérate para sentir empatía

Ser empático, es necesario ventilar nuestros prejuicios. Para evaluar el dolor de la otra persona, es necesario conocer su vida, escuchar lo que tiene que decir, percibir sus sentimientos y mantener toda la atención durante la conversación.



Una vez que la persona se abre, es posible que puedas saber exactamente qué le causa dolor. Este tipo de empatía requiere una conexión especial., un canal que, a veces, es difícil de abrir, pero que se vuelve más fácil con la práctica.

En ese contexto, es importante entender que la empatía también implica comprender pensamientos y acciones, no solo emociones. Para ser empático, es necesario ir más allá de los sentimientos y comprender la forma de pensar, las intenciones y la percepción del mundo de la otra persona.

Esto es lo que se llama "preocupación empática"; las personas empáticas también tienden a mostrar una mayor preocupación empática por los demás.

Si estás enfadado con alguien y quieres reducir la intensidad del enfado, es necesario que desarrollar ambas habilidades: empatía y preocupación empática.

La empatía reduce la ira, ya que elimina los juicios negativos. La preocupación empática también reduce la ira, porque, en respuesta a ella, se consideran las necesidades del otro, lo que ayuda a reducir las reacciones viscerales que caracterizan los ataques de ira.

Entendiendo al otro

La empatía es una habilidad que se puede desarrollar y mejorar. Cuando tengas éxito, obtienes una mejor comprensión del mundo interior del otro. Gracias a la empatía es posible reducir la ira, porque aumenta la sensibilidad hacia las dificultades, problemas y circunstancias de los demás.

También existe una correlación negativa entre la ira y la empatía: la ira tiende a reducir la capacidad de empatía. Sin embargo, si muestras empatía hacia el otro, es muy probable que no te enfades con él/ella. De esta forma, la empatía tiende a inhibir la ira y la agresión y facilita la comprensión, encontrando coherencia en el comportamiento de los demás.


¿Consistencia? Así es. No tiene nada que ver con la justificación, sino con la comprensión de las razones de un comportamiento particular.. Por ejemplo, comprender los estímulos que motivan una agresión puede ayudar a evitar que vuelva a ocurrir.


La capacidad de calmarse

Hay que tener en cuenta que la ira dificulta la capacidad de calma de las personas; la calma es crucial para la empatía, para comprender verdaderamente los pensamientos, sentimientos e intenciones del otro. De esta forma, al mostrar empatía hacia los demás, se pueden reducir las reacciones violentas.

Cuando una persona está enojada y con el corazón acelerado, es difícil considerar los pensamientos, sentimientos y emociones de los demás. Esto, a su vez, intensifica la ira y facilita los prejuicios, de tal manera que todas las acciones del otro son mal entendidas y vistas negativamente. Por eso es importante trabajar también estas “etiquetas abrochadas” y la objetividad para cultivar la empatía y la preocupación empática.

Las personas furiosas tienden a aumentar su hostilidad, porque sienten el deseo de castigar a quienes los han enojado. En lugar de tratar de consolarse mutuamente, muestran ira y agresión y quieren venganza, lo que interfiere con la preocupación empática. recordamos que hay personas que utilizan la manifestación de la ira como una herramienta para evitar sentirse triste por el dolor de otra persona.


Diferencias en las reacciones

Hay diferencias en la forma en que se manejan las provocaciones de ira. Algunas personas tener una mayor capacidad para manejar la ira de los demás, porque perciben mejor su dolor, vergüenza, culpa, tristeza, soledad y miedos.

Son capaces de ponerse en su lugar, de entender su perspectiva, de controlar sus reacciones y de ser empáticos con las personas enfadadas. Saben relacionarse mejor con ellos y saben llevarse bien con ellos.

Sin embargo, hay otras personas que interiorizan más la ira, que tienden a distanciarse de lo que les desagrada, que inhiben la expresión de los sentimientos y, por tanto, evitan la comunicación asertiva.


Una solución para reducir la ira

Una vez desarrollado la capacidad de comprender el dolor y la dinámica de la ira de los demás, es más fácil lidiar con la reacción de ira y aceptarla.

Estar a la defensiva y justificar el enojo puede ser contraproducente y no te convierte en una persona empática. Intenta escuchar los sentimientos de los demás y muestra sensibilidad hacia ellos para desarrollar empatía y preocupación empática.

La vida es demasiado corta para desperdiciarla estando constantemente enojado o irritado. La venganza y el orgullo no llevan a ninguna parte. Para poder controlar la ira en tales circunstancias, debes desarrollar las habilidades necesarias para tratar a los demás como es correcto.

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