¿Quiénes son las PAS?

¿Quiénes son las PAS?

¿Le molestan a menudo los ruidos, los olores y las luces brillantes? ¿Prefieres actividades solitarias como leer o trotar? ¿Te sientes a veces incomprendido y observas detalles que pasan desapercibidos a los ojos de los demás? De ser así, es probable que te encuentres entre las personas altamente sensibles (PAS), grupo formado por el 20% de la población, cabe recordar que no se trata de una enfermedad, estas personas simplemente se caracterizan por la intensa reacción a las agresiones ambientales. estímulos, ya que son hipersensibles. No es un regalo ni un defecto, es solo una forma de ser.



8 características de las personas altamente sensibles

1. Reaccionan exageradamente a los estímulos ambientales.

Las personas altamente sensibles se sienten molestas por los estímulos ambientales, por aquellas situaciones que para otros suelen pasar casi desapercibidas, como luces brillantes, desorden, un tono de voz algo más alto, un olor desagradable. Por ejemplo, pueden rechazar algunas prendas porque se sienten particularmente desagradables cuando se tocan la piel, o pueden sentirse mareados en una habitación desordenada. Estos sentimientos son tan intensos que provocan irritación, depresión y ganas de escapar.

2. Suelen sentirse incomprendidos.

Dado que estas personas son muy sensibles, no comprenden por qué otras personas no reaccionan de la misma manera, sino que muestran una actitud "superficial" o "indiferente". Por ejemplo, pueden estar junto a un grupo de amigos y sentirse muy incómodos por un olor que los demás apenas perciben o sentirse incómodos debido a la decoración del ambiente que no cumple con los criterios estéticos básicos para ellos. Estas diferencias de sensibilidad les llevan a pensar que son personas "raras", haciéndoles sentirse incomprendidos, sobre todo si se encuentran en entornos donde se agradece mucho la extroversión, la contención de las emociones y la firmeza.



3. Son muy empáticos.

Las personas muy sensibles también son muy sensibles a los sentimientos de los demás, de tal manera que a menudo son particularmente empáticos con los problemas de un amigo o incluso con personas que no conocen. En ocasiones esta especial sensibilidad y empatía les lleva a sufrir y preocuparse mucho más de lo habitual por problemas que no les conciernen directamente, es como si llevaran sobre sus hombros el peso del sufrimiento del mundo. De hecho, estas personas pueden reaccionar muy emocionalmente al dolor y las injusticias de otras personas al experimentarlos en su propia piel.

4. Viven a un ritmo más lento.

Las personas muy sensibles a veces sienten que el mundo gira demasiado rápido a su alrededor. Tienen su propio ritmo y, por lo general, no se dejan llevar por el ritmo frenético que sigue la sociedad. Correr no es para ellos, los hace sentir mal, mareados y fuera de control.

5. Luchan por tomar decisiones.

Las personas altamente sensibles a menudo capturan detalles que pasan desapercibidos para los demás, por lo que terminan teniendo más información que el resto. En algunos casos, esta sensibilidad extrema puede ser una ventaja, pero en ocasiones puede ocasionarles dificultades a la hora de tomar decisiones, pues suelen sopesar con mucho cuidado todos los pros y contras, incluso en situaciones en las que no hay ni buenos ni malos, como cuando se trata de elegir un plato en el restaurante. Entonces, en el grupo de amigos, la persona altamente sensible es la que cada vez toma más tiempo para decidir, quién tiene que pensar más que los demás.


6. Tienen una gran intuición.

Existe una teoría según la cual la intuición no es más que la capacidad a nivel inconsciente de captar una mayor cantidad de detalles, darle un orden y, a partir de ahí, llegar a una conclusión probable. Esta idea explica perfectamente por qué las personas muy sensibles son también las más intuitivas. Al ser capaces de detectar incluso los detalles más pequeños, inconscientemente pueden desarrollar una imagen más detallada de la situación y determinar con confianza lo que podría suceder.


7. Disfrutan de la soledad.

Estas personas a menudo prefieren participar en actividades solitarias que les permitan disfrutar del mundo desde su perspectiva. Por lo general, se sienten más cómodos en grupos pequeños y evitan las multitudes y el caos. Algunos son tímidos y odian ser el centro de atención, pero alrededor del 30% de las personas muy sensibles son extrovertidas, debido a la formación que recibieron cuando eran pequeños.

8. Son más sensibles a las críticas..

Las personas muy sensibles reaccionan con más intensidad a las críticas, ya que las toman en serio, como algo personal, especialmente porque tienden a ser perfeccionistas. Su deseo de evitar las críticas y la empatía extrema a menudo los lleva a ser muy amables y educados. Estas personas nunca dejan el carrito de compras en el estacionamiento del supermercado y no intentan pasar frente a otros en una fila, porque respetan las reglas de la educación y tratan de complacer a los demás. Además, generalmente son los primeros en notar que alguien se está comportando de manera inapropiada, pero probablemente no se lo señalarán.


Relativo a personas muy sensibles

Tratar con personas muy sensibles suele ser una experiencia muy intensa que puede transmitir energía positiva y reconfortante, pero también una profunda decepción. Por ejemplo, en el amor, las personas muy sensibles son capaces de apreciar todos los matices de su pareja, porque lo conocen como nadie y pueden transmitirle una energía muy positiva. Sin embargo, poco a poco se irán volviendo cada vez más exigentes hasta el punto de que la pareja ya no podrá cubrir estas necesidades porque no tienen el mismo nivel de sensibilidad. En otros casos, el problema surge de pequeñas decepciones diarias que van en aumento dejando espacio para la decepción y la frustración.

Es importante que la persona altamente sensible sea consciente de sus características y sepa aprovechar lo mejor de ellas. Esto significa que debe trabajar para aprender a concentrarse en las características positivas de los demás, en lugar de señalar continuamente sus errores. Además, también es importante reducir expectativas, tener menos necesidades y, sobre todo, darle a todo el valor justo sin exagerar la repercusión de cada evento.


Finalmente, quienes interactúan con estas personas deben intentar ponerse en su lugar y respetar su forma de ver y afrontar la vida. El hecho de que no te importen determinados estímulos o comportamientos no significa que otros puedan aceptarlos o gestionarlos con facilidad.

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