Querida timidez: carta a la emoción

Querida timidez: carta a la emoción

A ti, timidez, que siempre has estado a mi lado, te dedico estos párrafos para que entiendas por qué eres tan importante en mi vida.

Querida timidez: carta a la emoción

Última actualización: 16 de junio de 2021

Querida timidez, caminaste a mi lado enfrentándote a mil aventuras conmigo. Después de cada viaje por el camino de la culpa, la angustia, la vergüenza, el dolor, la ansiedad y el estrés, quiero que finalmente sepas lo que siento y pienso por ti.



Hace ya varios años que vives conmigo, y aunque los momentos compartidos han sido inigualables y no tengo intención de separarme por completo de ti, ha llegado el momento de tomar las riendas del asunto.

Después de reflexionar, me di cuenta que cada vez que camino a tu lado puedo aprender algo. Por eso te escribo esta carta, querida timidez, para contarles las conclusiones a las que llegué.

Timidez, eres parte de mi

A menudo te he visto como una fuerza alienígena que se apodera de mí. justo cuando necesitaba un poco de tranquilidad. Pero luego, paso a paso, aprendí que no eres tan extraño.

Creí que aparecías para apoderarte de mi voz, de mi cabeza, de todo mi cuerpo. Pero hoy sé que tu presencia no es casual. Por fin entendí que eres parte de mí; que no eres omnipotente, sino que te estoy dando el poder.

Por eso, querida timidez, hoy quería dedicarte estas líneas. Para que sepas que por fin he entendido que somos uno, y que al hacer las paces contigo, nuestra relación puede tomar nuevas direcciones. Hay un mundo por descubrir y experimentar juntos que va más allá de la ansiedad y la vergüenza.



Como ahora sé que eres parte de mí, tengo una nueva tarea: conocerme mejor para identificar qué es lo que me asusta tanto; para poder manejarte mejor. ¿Te imaginas cómo sería tomar decisiones asertivas juntos, ser creativos, sin quedar atrapados en sentimientos de vergüenza y culpa?

También elijo ser más resiliente para poder enfrentar la adversidad y salir victorioso. Aprenderemos a vivir juntos aún más en armonía. Pero te advierto, timidez, no será fácil. Un poco a la vez.

Sé que eres bueno, timidez

No creas que las cosas van mal entre nosotros. ¡Todo lo contrario! finalmente me di cuenta cuánto te necesitaba y pude apreciar tu enorme valor. Había llegado a odiarte porque estaba demasiado concentrado en el pasado o en predicciones futuras, no disfrutaba el presente. Te aseguro, timidez, que viviendo el aquí y el ahora, nos sentiremos más libres.

A mí tampoco me sirvió de nada ser tan pesimista. Pensar solo en las cosas negativas me sumía en un estado negativo, impidiéndome ver la luz al final del túnel. Ahora entiendo que se puede aprender de los momentos oscuros, ahora puedo navegar en las aguas más oscuras sin miedo.

Tímido, sé que eres bueno. Gracias a ti he desarrollado muchas habilidades, por ejemplo mi espíritu de observación y análisis. Ver todo en silencio me ayudó a conocer a los demás, a comprender su lenguaje no verbal. Gracias a tu prudencia, tu timidez, me ayudaste a sobrevivir.

También te puedo decir, timidez, que gracias a ti tengo tiempo para reflexionar sobre mis ideas, ejercitando mi memoria y mi capacidad de reflexión. Sé que no siempre es bueno, especialmente cuando los pensamientos son obsesivos, pero la conciencia adquirida con el tiempo me ayudó a reaccionar. Además de estimular mis funciones ejecutivas.



Me gustaría hacerte una pregunta ahora. ¿Sabías que cualquier persona puede pensar, sentir, comportarse como nosotros dos, en un momento de su vida? Desafortunadamente, tendemos a etiquetarnos, a considerarnos equivocados.

Sin embargo, los momentos de timidez pueden afectar a cualquiera. Por ejemplo cuando nos ponemos nerviosos frente a la persona que nos gusta, o cuando tenemos que hablar en público. Dejemos de vernos con ojos negativos; es un hábito que es perjudicial para nuestro bienestar.

Muchos te confunden con fobia social; Es cierto que las personas tímidas pueden experimentarlo, pero no es una prerrogativa de la timidez. Son dos condiciones diferentes y con diferencias precisas.

La fobia social es un trastorno mental descrito en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Es un trastorno de ansiedad donde persiste el miedo a una o más situaciones sociales. Se distingue de la timidez, sobre todo, por volverse debilitante para el sujeto aquejado.

Querida timidez, me quitaré la coraza para hacerte más débil

Sé que eres parte de mí y no puedo escapar por completo. Lo que puedo hacer es quitarme la armadura que llevo puesta para debilitarte. Será bueno para ambos: las sensaciones más desagradables desaparecerán. Pero para llegar a este punto, primero debo explorar y conocerme a mí mismo, para poder tomar decisiones que no me causen malestar. Así que seré más auténtico. Además, te ayudaré así:


  • Evitaré los juicios. Porque estos inducen al pesimismo y te empujan a no querer afrontar las situaciones.
  • Pensando más allá de mí mismo. Se trata de cambiar el enfoque de mí a los demás. Sin saberlo, solo veo lo que creo que otros están pensando, no lo que realmente están comunicando.
  • Prepararse. Para sentirme más seguro prepararé las cosas a decir, la forma de decirlas y los recursos a mi disposición.
  • Destinos reales. Establecer metas inalcanzables alivia la frustración.
  • Me ocuparé del lenguaje no verbal. Así que transmitiré los mensajes apropiados.

Recuerda, querida timidez, que aunque quieras pasar desapercibida, los demás te conocen y pueden interpretar tu lenguaje. Si permaneces absorto en ti mismo, aislado, en silencio, serás mucho más visible de lo que crees.


Esto te facilitará aprovechar todas tus posibilidades. No se trata de pretender ser otra cosa. Simplemente identifica cuáles son los aspectos que más te valoran en la interacción con los demás y utilízalos a tu favor.

Concluyo saludándote con gratitud, porque me has enseñado tanto. Sin vosotros no sabría quién soy, no habría mejorado mi espíritu de observación y no habría afrontado muchas situaciones de la mejor manera posible; Puede que no lo sepas, pero en ocasiones has sido mi mejor aliado. Hagamos la vida más fácil. Seguimos estando juntos, pero nos volvemos más asertivos y sensatos a la hora de actuar. Puedes quedarte conmigo, pero yo tengo el control.

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