¿Qué es una persona resiliente?

¿Qué es una persona resiliente?

La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad sin colapsar e incluso salir fortalecidos, con una confianza renovada en nuestro potencial para afrontar el futuro. Sin duda, es una habilidad imprescindible porque no solo nos permite afrontar problemas y conflictos con menos estrés, sino que también reduce el nivel de angustia y malestar permitiéndonos mantener un nivel mínimo de funcionamiento.

Los psicólogos han pasado años analizando los comportamientos de las personas resilientes para encontrar puntos en común. Descubrieron una serie de características de las personas resilientes que les permiten afrontar mejor la adversidad. Es una combinación de habilidades sociales y de resolución de problemas, así como de autogestión emocional y proyección hacia el futuro que les permite abordar los problemas con mayor integridad y encontrar fuerzas en medio de la tormenta.



¿Qué caracteriza a una persona resiliente?

1. Sensación de autoeficacia. La resiliencia proviene, en gran medida, de la seguridad y la confianza en nuestra capacidad para resolver problemas. De hecho, las personas que han sufrido un trauma importante y han podido superarlo por sí mismas tienen más probabilidades de afrontar con éxito problemas futuros y encontrar las herramientas para solucionarlos porque tienen más confianza en sus habilidades para afrontarlos.

2. Conocimiento profundo de uno mismo. Una persona resiliente no es un optimista ingenuo, sino que tiene una autoimagen bastante objetiva. Conoce sus fortalezas y potenciales, así como sus debilidades y defectos. Esto le permite compensar sus debilidades para afrontar mejor la adversidad.

3. Locus de control interno. Es la tendencia a interpretar los resultados como consecuencia directa de nuestras acciones, de modo que estén bajo nuestro control, en lugar de pensar que se deben a fuerzas externas. El locus de control interno ayuda a la persona resiliente a hacerse cargo de su vida incluso en los peores momentos y a asumir la responsabilidad de sus decisiones.



4. Creatividad e intuición. Las personas resilientes también usan la creatividad para resolver problemas y conflictos. Son capaces de adoptar diferentes puntos de vista y proponer nuevas ideas que conduzcan a soluciones originales. A menudo, esto también significa seguir las instrucciones de la intuición y tener imaginación, especialmente en situaciones estresantes.

5. Flexibilidad. Es la capacidad de adaptarnos a diferentes contextos e interlocutores sin perder nuestra identidad. Las personas resilientes son flexibles como la prisa, en lugar de mostrar la fuerza del hierro del roble, lo que les permite fluir mejor cuando las cosas van mal. Son capaces de adaptarse a las circunstancias, pero sin perder su esencia.

6. Sentido del humor. Es la capacidad de mantener una sonrisa incluso en medio de la adversidad y de poner buena cara a la mala suerte. Una persona resiliente será capaz de afrontar los problemas con sentido del humor y, sobre todo, reírse de sí misma, habilidad que le ayudará a restar importancia e incluso a tomar un distanciamiento psicológico de la situación.

7. Proyección optimista hacia el futuro. La resiliencia no significa ver todo rosa. Reconocemos los problemas y entendemos su complejidad e impacto, pero aun así podemos ser capaces de marcarnos nuevos objetivos de futuro y, sobre todo, encontrar las estrategias más adecuadas para conseguirlos. Una persona resiliente sabe que no importa cuán oscuro sea su presente, el sol puede volver a brillar en su futuro.

8. Habilidades de comunicación. Una de las características de las personas resilientes es que pueden conectarse con otras personas y pedir ayuda. No generan lástima, pero saben expresar sus sentimientos y emociones, para que los demás perciban esa vulnerabilidad y estén más dispuestos a ayudarlos. Esto les permite construir una sólida red de apoyo para hacer frente a los momentos más difíciles.



9. Expectativas realistas. Las personas resilientes son realistas. No piden peras de olmo. Son capaces de evaluar objetivamente la posibilidad de que ocurran ciertos eventos, de modo que puedan establecer planes sólidos para el futuro y minimizar las posibilidades de experimentar frustración.

10. Motivación interna. La resiliencia pasa en gran medida por ser capaz de encontrar los estímulos adecuados para actuar y avanzar cuando todo parece ir en nuestra contra. Las personas resilientes encuentran la fuerza y ​​las razones para luchar dentro de sí mismas, por lo que dependen menos de los cambios externos.

11. Perseverancia. Una de las características de las personas resilientes es que son capaces de perseverar en la consecución de sus objetivos, a pesar de los contratiempos. Los obstáculos, de hecho, se convierten en un desafío que los empuja a continuar. Estas personas no ven los problemas como obstáculos en el camino, sino más bien como desafíos a resolver.

12. Deseo de sobresalir. Otra característica de las personas resilientes es el deseo de mejorar, crecer y perfeccionar constantemente las habilidades que adquieren. No son personas que se satisfagan fácilmente, sino que siempre intentan dar un paso más para ampliar sus límites y salir de su zona de confort. Esta actitud los predispone positivamente a afrontar problemas.


13. Objetivos claros. “No hay viento favorable para el barco que no sabe hacia dónde se dirige”, dijo Séneca hace muchos siglos. Tener un destino claro es especialmente importante en tiempos de tormenta porque nos permite enfocarnos en la meta. Es por eso que las personas resilientes siempre tienen en mente sus sueños y metas. Son conscientes de que el camino puede modificarse o ampliarse, pero no la meta que desean alcanzar. Esto les da una fuerza enorme para evitar obstáculos.

14. Coherencia. Las personas resilientes también son consistentes. Saben lo que quieren y toman decisiones para que esto suceda. Tienen un sentido claro en su vida y, en lugar de dejarse llevar, mantienen el rumbo alineándose con sus valores y sueños. Son personas independientes que actúan según sus propios códigos, sin estar excesivamente condicionados por los demás.


15. Realización de cambios. La resiliencia no es solo una actitud, también es un comportamiento. Las personas resilientes son capaces de reconocer sus propios comportamientos funcionales y disfuncionales para aplicar los cambios necesarios y encontrar soluciones efectivas. Mientras que otros lloran por la leche derramada o caen en el victimismo, una persona resistente se apresurará a juntar los pedazos rotos.

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