Última actualización: 09 de diciembre de 2016
Le pasó a todo el mundo. De repente se nos ocurre una idea que nos parece buena o encontramos la solución a un tema laboral, por ejemplo, pero alguien nos la roba. Es demasiado tarde para reclamar la paternidad: nos la han robado y nos sentimos frustrados.
Para ser realistas, en cambio, es posible que hayamos hecho lo mismo con otra persona. Esto es completamente normal, incluso si no parece justificado o correcto. Pero ya está, las ideas vuelan, son libres una vez que se pronuncian en voz alta y alguna mente las intercepta. De hecho, no somos buenos recordando fuentes, somos mejores recordando ideas..
Sin embargo, si te pasa algo asÃ, recuerda una cosa: te pueden robar la idea, pero nunca tu talento o ingenio.
El talento es personal
El talento es único, personal e intransferible. Es un arma poderosa que habla de nosotros mismos y de cómo entramos en el mundo. No es algo que se pueda tomar prestado o copiar. El talento es natural y solo pide empoderarse para dar mejores resultados.
Si crees que no tienes talento, te equivocas: seguro que hay algo que te permite explotar tus capacidades internas. Solo necesita encontrarlo con entusiasmo y luego trabajar en él.. Asà surgirán nuevas ideas, creaciones personales o interesantes reflexiones que otros te podrán robar, pero nunca concebir como tú lo hiciste.
Dedica mucho tiempo a tu talento y encontrarás que encontrarás el lugar donde puedes demostrar lo que vales. Nunca es demasiado tarde, nunca es demasiado difÃcil y no es una meta imposible de alcanzar. Solo necesitas creer en ti mismo y tener fe en tus propias posibilidades y aptitudes.
Es bueno alimentarse de las ideas de los demás.
Al contrario de lo que parece cuando nos roban una idea, compartirla no es tan malo. Claro, plagiar o copiar duele, pero la transmisión de conceptos de una mente a otra nos alimenta como personas.. En definitiva, es una forma de difundir el conocimiento.
Las ideas son como los seres vivos. Nacen, crecen, proliferan, se encuentran con otras ideas y finalmente mueren.
bernardo werber
¿De qué nos sirve tener ideas si no podemos verlas crecer? Para ver cómo surgen, hay que alimentarlos y darles vida hasta que se conviertan en otra cosa, de lo contrario mueren. Si estas son nuestras ideas, es justo que esto venga de nosotros, aunque el propósito sea proliferar entre otros. No tiene nada de malo si nacen en nosotros y crecen en los demás..
A lo largo de la historia, de hecho, las generaciones pasadas siempre se han beneficiado de los conocimientos y las ideas de las generaciones anteriores. Las comodidades que hoy disfrutamos se deben a lo que compartieron con sabidurÃa y talento. Por eso es bueno respetar la idea de un colega y al mismo tiempo ayudarlo a desarrollarla sin quitarle el mérito que se merece.
El talento requiere esfuerzo
Como ya hemos comentado al principio del artÃculo, el talento es natural, pero hay que entrenarlo. De hecho, si quieres potenciarlo de alguna manera, necesitas saber gestionarlo correctamente: centrarte en el lugar donde puedes desarrollarlo y tener la actitud adecuada para hacerlo.
Nadie puede robar nuestro talento una vez que lo encontramos. Si tenemos talento, encontraremos la forma de demostrarlo incluso en el trabajo, aunque alguien nos robe las ideas, reflexiones o proyectos. El talento es algo que se nota cuando se explota al máximo.