Psicología Positiva: la ciencia del bienestar

Psicología Positiva: la ciencia del bienestar

La psicología positiva (PP) representó una revolución en cuanto al enfoque y libertad de acción de esta disciplina. Hoy hablamos de sus orígenes y algunos de sus fundamentos.

Psicología Positiva: la ciencia del bienestar

Última actualización: 21 de mayo de 2020

En 2000, Martin Seligman de la Universidad de Pensilvania y Mihaly Csikszentmihalyi de la Universidad de Clarenot publicaron un número monográfico titulado Psicología positiva: una introducción en la revista American Psychologist. Representaba el anuncio formal de la nacimiento de un nuevo movimiento psicológico conocido como Psicología Positiva (PP).



Según los autores, la Psicología Positiva es una ciencia de la experiencia subjetiva. Propone estudiar los fenómenos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser humano con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas (Seligman & Csikszentmihalyi, 2000).

Además, la Psicología Positiva tendría mucho que decir como ciencia del bienestar. Como tal, estudia aquellos fenómenos que contribuyen al funcionamiento óptimo de un individuo, un grupo y una institución (Gable y Haidt, 2005).

En términos de compromiso e inspiración, buscaría promover el funcionamiento óptimo de experiencias subjetivas (felicidad, esperanza), rasgos positivos (perdón, sabiduría) y virtudes cívicas (responsabilidad, desinterés), (Linley y Joseph, 2004). También se centraría en la prevención de psicopatologías a través del desarrollo de rasgos y cualidades positivas.

En su investigación, la psicología positiva, como ciencia del bienestar, trata de no traspasar los límites de la metodología científica, considerado el mejor método para comprender los fenómenos mencionados.

Precisamente para intentar encajar en este marco, que delimita una forma clara de actuar, intenta estrategias metodológicas válidas y fiables, que incluyen proyectos experimentales, cuasi-experimentales y correlacionales. Decimos "probar", porque no siempre tiene éxito, a menudo trabajando con mediciones demasiado subjetivas e influenciadas por variables no controladas.



“Los hábitos de pensamiento no tienen que persistir para siempre. Uno de los descubrimientos más significativos de la psicología en los últimos veinte años es que los individuos eligen su forma de pensar.

-Martin Seligman-

Le strategie della psicologia positiva (PP)

Sentir gratitud, no compararse demasiado con los demás y aceptar circunstancias que no se pueden cambiar. son las estrategias de bienestar personal según PP. Científicos de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.) analizaron la actividad cerebral como parte de un estudio de 12 años sobre meditación y compasión.

Mediante herramientas de neuroimagen se pudo comprobar que las zonas asociadas a la felicidad se activan con mayor intensidad y frecuencia en las tres circunstancias descritas. En otras palabras, cuando la persona no se compara con los demás, siente gratitud y acepta las situaciones en las que se encuentra. En esta investigación se estudió el funcionamiento del cerebro con diferentes técnicas y herramientas, como la resonancia magnética nuclear (RMN).

Este estudio, publicado en 2004 por la Academia Nacional de Ciencias de EE. constituye la quinta referencia científica más consultada de la historia.

Optimismo ante la adversidad: un pilar de la ciencia del bienestar

La característica común de los pesimistas es que tienden a pensar que los hechos negativos perdurarán en el tiempo y que, a su vez, tendrán consecuencias trágicas sin que puedan hacer nada para evitarlo.

La convicción de poder contar conacceso directo a la felicidad, la alegría, el bienestar y la dicha -en vez de trabajar estos sentimientos con el ejercicio de las fortalezas y virtudes personales- lidera legiones de personas. Los mismos que, mientras viven en la riqueza material, de hecho se encuentran hambrientos espiritualmente.


Los pesimistas suelen ignorar la existencia de un gran número de circunstancias internas que están bajo nuestro control. Una capacidad de actuar, con el fin de obtener determinados efectos, que está íntimamente ligada al concepto de autoeficacia, los estilos de afrontamiento o la tolerancia a la incertidumbre.


Cuando se trata de salud personal, podemos centrarnos en cuatro pilares fundamentales. Estos son elegir no fumar, hacer ejercicio, comer saludablemente y aumentar los niveles de optimismo personal. En este sentido, los estudios confirman que el optimismo no tiene menos peso que las otras tres variables.


Hablamos, en efecto, de un optimismo basado en datos, en estrecho contacto con la realidad. Con el apoyo de nuestras habilidades y recursos, inspirados por la confianza que conlleva tener una libertad considerable, junto con la capacidad de ser creativos, poner en movimiento y fluir nuestra inteligencia. Encontrar las causas universales y perennes de la mala suerte es la práctica de la desesperación.

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