¿Por qué no te das otra oportunidad?

¿Por qué no te das otra oportunidad?

¿Por qué no te das otra oportunidad?

Última actualización: 05 de abril de 2015

A quien no le ha pasado nunca sufrir uno angustia? Todos tenemos heridas emocionales que nos llevan a tener miedo de exponernos a situaciones similares a las que nos hicieron sentir mal. Uno de los riesgos que nos da miedo correr es precisamente el del amor.

Y así, especialmente en las primeras etapas de la curación de heridas emocionales, muchas personas se encierran en sí mismas y luchan por comenzar de nuevo. Otros, en cambio, hacen exactamente lo contrario y buscan inmediatamente a alguien que sustituya a la persona que han perdido, pensando que, como dicen, “clavo saca clavo”.



3 formas incorrectas de reaccionar ante una decepción amorosa

1. Volverse demasiado exigente. Esta reacción es desarrollar necesidades excesivas antes de iniciar una relación con otra persona. A veces son condiciones realistas y justas, pero otras veces son exageradas y las alimentamos a propósito, sin darnos cuenta, con el objetivo de no sufrir más, como si fuera un mecanismo de defensa.

Muchas personas afirman ser muy exigentes y que les cuesta enamorarse, pero detrás de esta actitud suele estar el miedo a sufrir; para ello siempre buscan defectos en los demás, para cerrar de inmediato posibles nuevas relaciones.

2. Vivir en el pasado. Consiste en no poder dejar atrás una historia de amor que ya terminó. Seguimos recordando a la persona que nos hizo sufrir, pensando que nunca encontraremos a nadie como él. El problema de esta forma de reaccionar es que nos convencemos de que nunca nos enamoraremos de la misma manera, y caemos en la inactividad.

Al final, puede ocurrir que no nos enamoremos de nadie más, pero probablemente se deba a que nunca tomaremos la iniciativa y no conoceremos gente nueva. Hay muchas personas en el mundo, y seguro que siempre habrá alguien adecuado para ti: pero para conocerlo, debes tener una vida social activa.



3. Autosabotaje. Significa ser muy negativos y autocríticos, no creer en nosotros mismos, no valorarnos, seguir buscando excusas para no lanzarnos a nuevas aventuras, etc. Consiste en poner uno mismo un palo en la rueda cuando nos marcamos un objetivo.

Después de una experiencia negativa, aquellos que tienen unabaja autoestima a menudo experimenta culpa y sentimientos de derrota. Son precisamente estos sentimientos y pensamientos negativos los que hacen más complicada la receptividad de las personas ante una situación similar. Esto sucede porque, si sentimos que valemos muy poco, será difícil abrirnos y tener el coraje de iniciar una nueva etapa en nuestra vida.

Recuperar la capacidad de amar

Los pensamientos y los sentimientos están íntimamente relacionados. Así, los sentimientos pueden cambiar según nuestra forma de pensar, y podemos generar nuevos sentimientos a través de nuestros pensamientos. El final de una historia puede generar en nosotros miedo, ira o tristeza, pero (¡y aquí viene lo bonito!) podemos generar alegría a través de nuestros recuerdos, nuestra atención o nuestra actitud frente a las emociones negativas. Avanzar no es una obligación, sino una gran oportunidad para lograr algo mejor. De hecho, si esa historia ha terminado, probablemente significa que realmente no valió la pena.

Saber que podemos ejercer cierto control sobre nuestras emociones, tomar conciencia de ellas, es el primer paso para poder explotar una de las armas más poderosas que tenemos a nuestro alcance. Permitirnos usarlo es un paso difícil, y depende de nosotros decidir si hacerlo o no. A veces, comprender el grado de control que podemos tener puede ser aterrador, porque implica una gran responsabilidad.


Después de todo, la mente funciona como un eco de las emociones. Así, por ejemplo, salimos a dar un paseo por la montaña un día de lluvia y, si nos centramos en el suelo embarrado y el frío, nuestras emociones serán negativas; si, por el contrario, conseguimos hacer la vista gorda ante los aspectos negativos y detenernos a contemplar el maravilloso paisaje, experimentaremos una sensación de bienestar y satisfacción.


Después de todo, nada en esta vida dura para siempre, ni siquiera nuestra propia existencia. Teniendo éxito en aceptar que algo que tenia que terminar ya termino y entender que esto no le resta valor sino que nos da la oportunidad de descubrir y emprender nuevos proyectos, es una forma de pensar y actuar que ayuda a no desperdiciar el preciado tiempo de nuestra vida.


Imagen cortesía de Brandon Warren

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