¿Por qué estamos ansiosos?

¿Por qué estamos ansiosos?

La ansiedad es un estado de malestar y preocupación, implica esperar a que suceda algo negativo. Ciertamente no es un estado agradable, pero es importante comprender por qué surge. De hecho, es un mecanismo defensivo, como el miedo.

La ansiedad es un sentimiento que actúa como mecanismo de alerta ante situaciones que consideramos peligrosas o amenazantes. Esta es una reacción normal que experimentan todos y sería preocupante si no se activara en determinadas situaciones. Por lo tanto, es importante comprender que la ansiedad generalizada en sí misma no es mala.



Las funciones de la ansiedad

- Proteccion. Una de las funciones de la ansiedad es protegernos de los posibles peligros que nos amenazan. Si algo nos preocupa, nuestro nivel de atención aumenta inmediatamente y nuestros sentidos se agudizan para permitirnos monitorear mejor el entorno. El problema es cuando nos volvemos hipervigilantes y temerosos, aislándonos del mundo para evitar el peligro. En esos casos, la función protectora de la ansiedad fue mucho más allá.

- Motivación. La ansiedad es una poderosa fuerza impulsora detrás del comportamiento. Cuando queremos hacer algo bueno y dar lo mejor de nosotros, se activa la ansiedad, dándonos una dosis extra de energía para seguir adelante con nuestros proyectos y sacarle el máximo partido. Nuevamente, el problema surge cuando el nivel de ansiedad es demasiado alto y nos hace cuestionar nuestras habilidades o nos empuja al perfeccionismo.

- Crecimiento y desarrollo. Algún grado de ansiedad puede estimular el crecimiento personal. De hecho, sentir un poco de ansiedad generalizada por lo que está pasando en nuestra vida y preocuparnos un poco por el futuro puede alentarnos a salir de nuestra zona de confort. La ansiedad nos empuja a descubrir qué queremos cambiar y luego nos empuja a hacerlo. Pero a veces la ansiedad echa raíces y nos encontramos atrapados en un mecanismo de rumia que, en lugar de empujarnos al crecimiento, nos bloquea.



¿Cuáles son las causas de la ansiedad?

La ansiedad, como mecanismo adaptativo, es positiva y funcional, y no es un problema. Sin embargo, en algunos casos no funciona correctamente y se produce un trastorno de ansiedad, que puede volverse muy incapacitante y provocar un enorme malestar, tanto psicológico como físico.

Factores predisponentes

- Factores biológicos. Se ha descubierto que tener familiares directos que padecen un trastorno de ansiedad aumenta el riesgo de padecer este problema. En la ansiedad generalizada, por ejemplo, se estima que un tercio del riesgo de padecer este trastorno tiene un componente genético.

- Factores temperamentales y personalidad. Las personas que a menudo inhiben constantemente sus conductas y las que tienen tendencia a la neurosis manteniendo el afecto negativo tienen un mayor riesgo de padecer un trastorno de ansiedad.

- Factores medioambientales. La ansiedad también puede establecerse como un modelo de afrontamiento aprendido en la infancia. Algunos estilos de vida marcados por el estrés hacen que aparezca la ansiedad.

Factores desencadenantes

- Situaciones que superan nuestros recursos psicológicos de afrontamiento (afrontamiento / estrategias de afrontamiento), como la pérdida de un trabajo o de un ser querido.

- Eventos de vital importancia que requieran un importante esfuerzo de adaptación, como el divorcio o el diagnóstico de una enfermedad grave.

- Obstáculos que limitan nuestra capacidad para lograr nuestras metas o mantener lo que ya hemos logrado.

Factores de mantenimiento

- Miedo a la ansiedad. Cuando sufres de ansiedad, sobre todo cuando sufres de ataques de ansiedad o ataques de pánico, normalmente tienes miedo de volver a sufrir estos ataques. Este miedo a la ansiedad solo lo agrava.


- Pérdida de facultad por la propia ansiedad, lo que hace que tengamos aún menos recursos para afrontar los problemas o incluso que aparezcan nuevos problemas en áreas que no eran conflictivas.


- Estrategias de afrontamiento inadecuadas que acentúan el problema y la sensación de incapacidad para resolverlo, y esto genera una enorme desesperación.

Normalmente, no existe un factor único que pueda explicar por qué la ansiedad se presenta y perdura en el tiempo, generalmente depende de una confluencia de situaciones y formas de afrontarla.

El mecanismo por el cual se genera la ansiedad.

Cada día, nuestro cerebro evalúa constantemente todos los estímulos provenientes del entorno, para analizar si algunos pueden ser peligrosos. En este mecanismo están involucradas tanto las áreas relacionadas con las emociones básicas, como la amígdala y el tálamo, como la corteza cerebral, que se encarga de dar un sentido lógico a lo que estamos viviendo.

Básicamente, esto es lo que sucede en el cerebro:

Fase uno: evaluación inicial de amenazas. Hay un reconocimiento automático y muy rápido de los estímulos. De esta forma podemos clasificarlos como amenazantes o no.

Segunda fase: primera activación ante la amenaza. Se ponen en marcha las reacciones cognitivas, emocionales, fisiológicas y conductuales típicas de la ansiedad. En esta fase actuamos básicamente por instinto, por lo que podemos sentir la necesidad de escapar del lugar o escondernos. También aparecen pensamientos automáticos de ansiedad sobre la situación que nos llevan a sobreestimar el daño y la probabilidad de que ocurra, así como a experimentar una fuerte intolerancia a la incertidumbre.


Tercera etapa - Pensamiento reflexivo. En esta etapa ya somos capaces de pensar con más o menos claridad sobre estas ideas automáticas y lo que estamos sintiendo. La corteza prefrontal se activa y evalúa el verdadero tamaño de la amenaza, así como los recursos disponibles para enfrentarla. Obviamente, procesar la información es un poco más complejo y lleva más tiempo.

Un problema en una de estas etapas puede explicar por qué ocurre la ansiedad. Por ejemplo, nuestro sistema de reconocimiento de riesgos puede tener una gran capacidad de respuesta, lo que significa que también reaccionará ante situaciones que no supongan un riesgo real. De hecho, es un problema común en nuestra sociedad y especialmente en el caso de la ansiedad social, en la que valoramos muchas situaciones sociales como peligros que en cambio son completamente inofensivos.


También puede suceder que nos quedemos atrapados en la segunda fase, en este caso los pensamientos rumiadores se apoderan de nuestra mente y solo podemos pensar en las peores consecuencias, y esto nos mantiene estancados en la ansiedad.

Finalmente, puede ser que no tengamos las habilidades cognitivas necesarias para afrontar la situación de forma precisa y combatir la ansiedad, en cuyo caso se mantienen aquellas preocupaciones que generan el estado de ansiedad.

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