Poder personal: reglas según las filosofías orientales

Poder personal: reglas según las filosofías orientales

Para algunas filosofías orientales, existen dos reglas básicas de poder personal. Si se aplican, la vida de quienes los siguen y de quienes los rodean estará llena de experiencias positivas.

Poder personal: reglas según las filosofías orientales

Última actualización: 13 de mayo de 2020

Los orientales tienen una visión muy particular sobre los acontecimientos de la vida, sus causas y sus consecuencias. Argumentan que nuestra forma de pensar subyace en el mundo que creamos a nuestro alrededor y que las reglas del poder personal deciden lo que tiene que suceder o no.



Las reglas del poder personal son fórmulas o esquemas que determinarían y condicionarían en gran medida los acontecimientos. Surgen del ejercicio mental constante y nos llevan a atraer ciertas situaciones y alejar otras. Todo gracias al trabajo de una balanza universal. Los orientales argumentan que existe un equilibrio en el universo que simplemente debemos seguir y mantener.

En este contexto, el poder personal es aquella fuerza que surge (o no surge) de nuestros pensamientos Hay dos reglas de poder personal y se refieren al tipo de pensamientos que debemos cultivar para que las cosas sucedan de manera constructiva y positiva para nosotros.

"Más que cualquier otra cosa, creo que son nuestras decisiones, no las condiciones de nuestra vida, las que determinan nuestro destino".

-Tony Robbins-

poder personal

Según algunas filosofías orientales, el pensamiento tiene un poder ilimitado. Lo que pensamos sucede. Siguiendo esta lógica, si dejamos que el miedo se apodere de nuestra vida, es casi seguro que nos enfrentemos a experiencias desagradables. Si, por el contrario, afrontamos con valentía nuestros miedos, los problemas se irán resolviendo poco a poco y alcanzaremos nuestra meta.



No se trata de magia o esoterismo. La mente se ocupa de aquello a lo que ha decidido dar importancia. Si tenemos miedo, no haremos más que multiplicar los pensamientos negativos y aumentar los posibles riesgos en los que hemos concentrado nuestros pensamientos. Por ejemplo, si un perro agresivo percibe que tenemos miedo, lo más probable es que nos ladre o nos ataque. El miedo transmite la existencia de un peligro a los demás.

Allo stesso modo, una mente tranquila y dispuesta a encontrar soluciones, transformará las experiencias potencialmente negativas en positivas y constructivas. Un incendio puede llevarnos a salvar la vida de alguien. Todo depende de nuestra forma de pensar y actuar.

Las reglas del poder personal

Perseverar en ser positivo

Tomando como referencia los criterios citados, los orientales argumentan que la primera regla del poder personal es persevera en ser positivo sin importar en qué situación te encuentres. Algunas filosofías orientales dicen que para prevenir desgracias o malas experiencias, basta con que una persona decida ser positiva.

El maestro Jan Anguita argumenta que dos personas con pensamientos incompatibles nunca se encontrarán ni tendrán experiencias comunes. Es un concepto similar al de sincronicidad de Carl Gustav Jung. La realidad se organiza de tal manera que une lo análogo y separa lo desemejante.

Cuando alguien decide ser positivo en todas las circunstancias, encontrará personas que tienen la misma forma de pensar, las mismas metas y la misma forma de afrontar la vida. Según los orientales, por tanto, el poder personal depende precisamente de esta idea: todo sucede en función del objetivo que nos hemos propuesto y de la constancia que te dedicaremos para conseguirlo.


Convéncete de que el amor siempre gana

La segunda regla del poder personal dice que no importa cuál sea la situación, el amor siempre gana. Los orientales argumentan que la ausencia de amor tiene un poder muy débil. Al ser una fuerza negativa, no logra tener un poder real sobre el mundo. El amor, por su parte, tiene una gran influencia en todo lo que existe.


El maestro Jan Anguita expresa este concepto con una hermosa metáfora. Cien personas están reunidas en una habitación oscura. Sin embargo, basta que una persona encienda un fósforo para que haya luz para todos. El amor es ese partido. Una persona llena de amor brilla con luz propia y también ilumina a los que le rodean.


Según los orientales, las reglas del poder personal tienen tal influencia que, si solo una persona decide ser positiva y amorosa, lo peor se puede evitar bajo cualquier circunstancia. No importa si otros se oponen. Como en la metáfora, cuando la habitación está iluminada por alguien, está iluminada por todos. Si quieres permanecer en la oscuridad, tendrás que ir a otro lugar.

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