Persuasión: el efecto de la tercera persona

    Persuasión: el efecto de la tercera persona

    ¿Cuánto le influyen los mensajes publicitarios? Probablemente la respuesta sea "muy poco". El hecho es que normalmente pensamos que cada uno de nosotros es menos susceptible a los mensajes publicitarios que las masas.

    Uno de los aspectos más intrigantes de la psicología de la persuasión es verificar el gran número de personas que están convencidas de que los intentos de persuasión tienen poco o ningún efecto sobre ellos. De cualquier manera, la persuasión puede hacer maravillas cuando se trata de otros. ¿Cómo se descubrió este fenómeno? A finales de la década de 80 y principios de la de 90, algunos psicólogos se fijaron el objetivo de estudiar estas creencias. Su principal objetivo era analizar cuántas personas creían que eran susceptibles a mensajes persuasivos y, por tanto, cuántas de estas podrían llegar a cambiar de actitud. El tipo de experimento realizado en ese momento permitió a los participantes observar un anuncio, leer un artículo en un periódico o cualquier otro medio de comunicación a través del cual se transmitiera un mensaje persuasivo. Luego, los investigadores pidieron a los participantes que calificaran cuánto les afectó este material y cuánto podría afectar a otras personas. Como puede imaginar, la mayoría de las personas pensaba que ellos mismos tenían muy poca influencia, pero afirmaron que este contenido podría tener un efecto persuasivo en otras personas. El principal problema de este experimento es que nunca ha sido posible contrastar la influencia percibida con el comportamiento y las actitudes de las personas en la realidad. Sin embargo, una cosa estaba clara: la gente se creía incorruptible ante los mensajes persuasivos mientras consideraba que estos mismos mensajes influirían en las decisiones y comportamientos de los demás. En 1983 el sociólogo Davidson acuñó el término: "el efecto tercera persona", para referirse al fenómeno en el que una persona cree que no es muy vulnerable al resto de individuos. Pero… ¿cómo se explica este fenómeno? Para Davidson, la base del efecto en tercera persona reside en la "ignorancia pluralista". Davidson pensaba que las personas se consideraban menos vulnerables e influenciadas porque cada uno de nosotros piensa que los demás no podrán analizar y evaluar la información con la misma agudeza que nosotros, tanto porque otros no tienen datos suficientes para hacer su propia evaluación como porque no tienen la capacidad intelectual adecuada. Sin embargo, esta no es la única explicación del efecto tercera persona. Otros especialistas afirman que creemos que somos diferentes al resto del mundo inmersos en una especie de falsa singularidad y auto-elevación. Así, cuando explicamos nuestro comportamiento y el de los demás, tendemos a asegurarnos de que el balance sea siempre positivo a nuestro favor. También por esta razón tendríamos la tendencia a atribuirnos todos los éxitos a nosotros mismos pero al mismo tiempo nos negamos a asumir la responsabilidad de nuestros fracasos. Finalmente, otro grupo de psicólogos afirma que el efecto de tercera persona sería causado por una actitud autodefensiva del ego. De esta manera, sufriríamos una especie de "ilusión de invulnerabilidad" en un intento por mantener el precario control que tenemos sobre el entorno circundante. Sería un mecanismo a nivel inconsciente en el que negaríamos que somos susceptibles a efectos tan triviales como la capacidad de persuasión de un comercial. Personalmente creo que no es posible encontrar una única explicación que satisfaga todos los casos y que el efecto de la tercera persona se debe a un conjunto de factores antes mencionados, los cuales ocurrirían en distintas proporciones dependiendo de las características personológicas de cada uno de nosotros. . Sin embargo, la investigación sobre el efecto tercera persona no termina ahí. Estudios recientes han demostrado que tanto en los anuncios políticos, en las noticias difamatorias, en los anuncios de servicio público… etcétera… se destacaría el efecto de la tercera persona. Asimismo, Perloff, en la década de 90, argumentó que cuando las personas no están de acuerdo con el mensaje o cuando consideran que la fuente de donde proviene es negativa, el efecto de la tercera persona se vuelve aún más fuerte. Y este efecto es aún mayor cuando el mensaje no es muy relevante para nosotros. En otras palabras, las personas son más influyentes en aquellos campos en los que no tienen interés, como los anuncios publicitarios.



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