¿Perder una amistad es tan malo como perder un amor?

¿Perder una amistad es tan malo como perder un amor?

Perder una amistad importante duele tanto como perder un amor. Es un apoyo emocional, una fuente de alegría, un pedazo de nosotros que se va para siempre. Pasar la página no es fácil.

¿Perder una amistad es tan malo como perder un amor?

Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.

Última actualización: 15 2022 noviembre

Perder una amistad es la causa de un dolor a veces insoportable. Tan clara como todos es la diferencia entre pareja y amigo, en realidad perder el apoyo diario, la confianza, las risas y las experiencias compartidas que solo puede dar una amistad, puede ser comparable al final de una relación.



Todos nosotros, nos guste o no, tenemos que afrontar una serie de sufrimientos físicos y emocionales a lo largo de nuestra vida. Estos últimos, los más frecuentes y quizás los más dolorosos, pueden suponer la ruptura tanto de una relación amorosa como de una amistad.

En conclusión, el ser humano es profundamente sociable y empático, por lo que es natural buscar, más allá de la pareja, otros vínculos y amistades. Un amigo representa un valor inestimable, una relación que enriquece y da salud psicológica gracias a su poder para quitar preocupaciones y estrés, generando situaciones positivas y recíprocas.

Sin embargo, muchas relaciones están destinadas a terminar tarde o temprano. No siempre se produce un episodio desencadenante, a veces el distanciamiento y la frialdad aparecen casi de forma natural. Esto sucede especialmente al alcanzar la madurez, cuando las personas comienzan a ser más selectivas en sus relaciones.

Algunos estudios como el realizado por la Universidad de Oxford en Inglaterra, nos muestran que a partir de los 30 años empezamos a preferir la calidad de una amistad a la cantidad. Sin embargo, Sin embargo, perder a un amigo es la mayoría de las veces un dolor, muchas veces con mayores repercusiones que en el caso de una relación de pareja.



“La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por esta razón debe mantenerse como está".
-Alberto Moravia-

 

Perder una amistad, una ruptura inesperada

Vale la pena reflexionar sobre un dato interesante que nos llega de la Universidad de Tel Aviv. Un estudio realizado por la Dra. Laura Radaelli indica cómo las personas no tienen suficientes datos para determinar si una persona resultará ser un verdadero amigo o no.

En muchos casos, somos reacios a aceptar la incertidumbre de la amistad y la idea de que puede fracasar. Es más, muchas veces el valor que le damos a una amistad no lo paga de la misma manera la otra persona.

Porque perder una amistad causa un gran dolor

El dolor de romper una amistad es proporcional a la importancia que esa amistad tuvo para nosotros. No importa si es un amigo de la infancia o si la relación es reciente. Perder una amistad es doloroso por las siguientes razones:

  • Perdemos apoyo emocional. Nos desatamos de una persona que nos ofreció un apoyo que otros cercanos a nosotros no pudieron darnos
  • Una complicidad se desvanece de un momento a otro, un refugio donde aliviamos dolores y compartimos sonrisas.
  • Vemos rotas nuestras expectativas. Solíamos dar por sentada esa relación. En ocasiones, atribuimos la misma importancia a cierta amistad que a nuestra relación sentimental, convencidos de que siempre representará un punto de apoyo para nosotros.

Por último, pero no menos importante, perder una amistad puede ser traumático ya que socava el concepto de lealtad de una persona. Esto es a menudo un verdadero ataque a la confianza, causando quizás la herida más dolorosa. Descubrir que ha sido traicionado, engañado o que se ha revelado información privada a otras personas puede provocar un profundo trauma.



¿Cómo afrontar la ruptura de una amistad?

Aceptar la ruptura de una amistad, si fue muy significativa para nosotros, implica sentir dolor. Por mucho que nos acostumbremos a que los amigos vayan y vengan, hay relaciones que dejan huellas más profundas que otras. Para lidiar con el dolor, el consejo es enfocarse en los buenos momentos vividos y en lo que hemos aprendido de esa amistad, dando prioridad a todo lo que hemos compartido.

Si enfocamos nuestra mirada en la decepción, el esfuerzo que tendremos que hacer para seguir adelante será mayor. Los rencores son malos compañeros de viaje, que ponen límites, siembran desconfianza y levantan muros frente a la posibilidad de volver a socializar.


Como dijo Robert Louis Stevenson, un amigo es un regalo que nos damos a nosotros mismos. Encontró este tesoro en su colega escritor Henry James. Aunque solo se vieron dos o tres veces en toda su vida, lograron construir una amistad por correspondencia muy fuerte de la que sacaron apoyo en los momentos difíciles.

No es fácil encontrar de nuevo a una persona que pueda representar un tesoro o un verdadero faro de nuestra vida. Sin embargo, esa persona está allí, a menudo más cerca de nosotros de lo que pensamos.

Añade un comentario de ¿Perder una amistad es tan malo como perder un amor?
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.