A veces alimentamos pensamientos negativos inconscientemente. Son pensamientos que pueden doler por eso hoy te daremos la clave para reconocerlos y rechazarlos.
Última actualización: 14 de abril de 2021
Los pensamientos negativos que alimentamos sin darnos cuenta pueden convertirse en nuestros peores enemigos, bloquean el proceso de crecimiento personal e inculcan en nosotros una constante sensación de malestar.
Nuestra opinión sobre nosotros mismos, el mundo o los demás es más importante de lo que creemos. Es lo que determina nuestro día a día y la concepción que tenemos de la vida, influyendo en cómo nos sentimos. Para ello, se vuelve fundamental identificar los pensamientos negativos que alimentamos sin saberlo.
Tener éxito no siempre es fácil, acostumbrados como estamos a seguir patrones de pensamiento inconscientes preestablecidos y casi automáticos. La mayoría de las veces, ni siquiera nos damos cuenta de lo que pensamos o decimos.
“Nuestra mente tiende a recordar cosas malas, difíciles y negativas. Depende de ti recordarle tu grandeza, tu pasión, tu fuerza”.
-Jorge Álvarez Camacho-
La lista de 3 pensamientos negativos que te proponemos hoy puede ayudarte a desenmascarar estos pensamientos, al menos en parte. te ayudará a reflexiona sobre el tema y entiéndete mejor y los otros. ¿Estas listo?
3 pensamientos negativos que alimentamos sin saberlo
1. No estoy a la altura
Una de las inseguridades más comunes es pensar que no estás a la altura. ¿También ha sentido que no es lo suficientemente bueno o capaz en uno o más aspectos?
En la sociedad actual, cada vez más personas se ven afectadas por un complejo de inferioridad que les lleva a creer que no pueden alcanzar las metas propuestas. Sin embargo, la tendencia a subestimarse a uno mismo es solo el resultado de una cadena de pensamientos negativos.
¿Por qué sentimos que no somos lo suficientemente buenos? Según algunos expertos, tiene mucho que ver con la sociedad de la información. Vivimos de una manera que está perpetuamente conectado a Internet, donde es demasiado fácil saber qué están haciendo los demás en un momento dado y qué está pasando en cualquier parte del mundo.
Día tras día somos testigos de los viajes de los demás, nos asomamos a lo que comen, los vemos alcanzar metas y mostrarse felices en sus publicaciones. Este tipo de información, en su mayoría filtrada, nos afecta negativamente al estimular el mal hábito de hacer comparaciones, tanto con nuestros amigos como con los influencers, personas exitosas de nuestra sociedad. La pregunta es: ¿cuál es el punto de todo esto?
Las comparaciones son en su mayoría una práctica tonta, considerando que cada uno de nosotros tenemos nuestra propia trayectoria, una forma de ser y una historia personal. Olvidamos que es imposible hacer comparaciones en igualdad de condiciones, y muchas veces nos dejamos abrumar por el resultado. La mayoría de las veces, en detrimento nuestro.
"Tienes que hacer las cosas que crees que no puedes hacer".
-Eleanor Roosevelt-
2. La mala suerte me persigue
Otro pensamiento negativo al que somos adictos es el que creemos que siempre somos los más desafortunados.
Este pensamiento puede entrar en conflicto con el anterior. Quienes piensan que no están a la altura, probablemente se consideren inferiores, menos válidos; sin embargo, atribuyendo el problema a la mala suerte, ¿No se considera especial en comparación con los demás?
Piénsalo: si realmente crees que las cosas "fallan" porque tienes mala suerte, ¿no te estás colocando en un plano más alto que los demás? Sin embargo, la mayoría de las veces la suerte/mala suerte no tiene nada que ver con el logro de tus objetivos.
Tal vez ese no sea tu caso, pero la mayoría de las veces culpar a la mala suerte es solo una forma de encontrar una excusa rápida y obvia para nuestros problemas.
Al hacerlo, evitamos asumir la responsabilidad de lo que nos sucede en la vida. Para ello, es mucho más sano y funcional olvidarse del destino y trabajar en controlarnos para conseguir aquello a lo que aspiramos.
3. Todo saldrá mal con pensamientos negativos
Para algunas personas es normal creer que todo siempre saldrá mal. Este pensamiento, sin embargo, solo alimenta el miedo y nos ata las manos, impidiéndonos perseguir nuestras metas debido a la inseguridad y la falta de confianza.
¿Cuánto tiempo ha estado pensando en dejar su trabajo y pasar a la vida privada? ¿O comenzar ese viaje soñado a un país tropical? ¿O tal vez te gustaría invitar a cenar a la persona que te gusta pero no puedes dar el primer paso? Y todo esto porque tienes miedo de lo que pueda pasar.
Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, las consecuencias no serán tan nefastas como pensamos. Pensando con frialdad, es muy poco probable que sucedan los escenarios apocalípticos que a veces nos preocupan. Somos demasiado buenos contando cuentos de hadas.
En general, cuando las cosas no salen como se espera, lo peor que puede pasar es sentirse mal por un tiempo… pero luego, con toda probabilidad, lo intentaremos de nuevo.
En conclusión, no dudes en hacer todo lo posible para evitar que el miedo te paralice. Piensa en lo más probable que podría pasar si vas en busca de tu sueño. La mayoría de las veces encontrará que los beneficios superan con creces los posibles riesgos.