Pasta, un alimento básico de la dieta mediterránea

Pasta, un alimento básico de la dieta mediterránea

Por ley, en el país, el pastas común es el producto obtenido de la elaboración de sémola o sémola de trigo duro y agua; en países extranjeros, la pasta común también se puede obtener a partir de harina de trigo blando, que está permitida en el país solo para el envasado de pasta fresca.


La pasta de mejor calidad, que se cuece mejor y es más sabrosa, se obtiene de trigo duro, que contiene almidón y un mayor porcentaje de gluten que el trigo blando.


Il gluten es una proteína de trigo que, después de la molienda, se encuentra sobre todo en la sémola. Durante la cocción, el gluten forma una especie de red que atrapa las moléculas de almidón hinchadas por el agua, dejando inalterada la apariencia, textura y forma de la pasta. La pasta de trigo blando no tiene estas características y adquiere un aspecto pegajoso.

la pasta comune cruda contiene agua (% 12,5), almidones (% 75), proteínas vegetales (11%, gluten), pocos azúcares simples, grassi (0,3%), pequeñas cantidades de vitamina, sales minerales e fibra.

Algunos de estos contenidos varían según el tipo de pasta utilizada: la pasta fresca tiene un mayor contenido de proteínas (13%) y grasas (2,5%); allí pasta integral, envasado con harina de trigo duro y salvado, es más rico en fibra, con un mayor efecto saciante, en sales minerales y vitaminas, en particular grupo B; La pasta sin gluten, un tipo de pasta especial a la que se le añade un 20-30% de gluten, aporta un importante contenido en proteínas.


Las almidones de pasta son una de las mejores fuentes de energia utilizado por el organismo y, por ello, teniendo que elegir, en la comida del mediodía es mejor consumir un primer plato a base de pasta.


La integración de la pasta con otros alimentos condimentados, como aceite o mantequilla, queso, carne, verduras, huevo, completa cualquier deficiencia, potenciando su valor nutricional. En este sentido, cabe señalar que la proteínas vegetales alguna pasta, que tienen un valor nutricional inferior a los contenidos en los alimentos de origen animal, encuentran el complemento adecuado en las proteínas contenidas en las legumbres: la composición de platos a base de pastas y legumbres, como guisantes, judías, lentejas, etc., permite obtener platos únicos comparable, desde el punto de vista proteico, a un plato de carne o pescado, con la ventaja de aportar una menor cantidad de grasa.

La pasta debe ser cocido al dente, porque requiere así una mayor masticación lo que facilita una primera digestión en la boca por las enzimas salivales, y un paso más prolongado en el estómago, lo que prolonga la sensación de saciedad.


La creencia de que la pasta engorda es un error muy común: la pasta es unexcelente fuente de energia (unas 350 kcal por 100 g) necesarias para el organismo y tiene una buen efecto saciante. Lo importante es no exagerar las raciones y el uso del condimento, del que depende sobre todo el valor nutricional y calórico del plato.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el cuerpo los asimila lentamente almidones (azúcares complejos) de la pasta, sin crear una acumulación excesiva de azúcar en la sangre.


Por tanto, la pasta, debidamente dosificada y equilibrada con otros alimentos, también puede ser consumida por diabéticos y por quienes siguen una dieta adelgazante, permitiendo distribuir correctamente la ingesta energética durante el día.

 

Puedes conocer más sobre los beneficios y contraindicaciones de la dieta mediterránea

 

Añade un comentario de Pasta, un alimento básico de la dieta mediterránea
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.