Nuestros escalofríos cuentan nuestra historia

Nuestros escalofríos cuentan nuestra historia

Nuestros escalofríos cuentan nuestra historia

Última actualización: 30 de mayo de 2016

Pertenecemos a quien nos hizo temblar, aunque haya sido una sola vez en la vida. Elegimos quién nos provoca una vibración en el cuerpo y, sobre todo, en el alma. Pertenecemos a esas emociones que nunca olvidaremos, esas que nos hacen sentir vivos.

En este sentido, siempre se dice que estamos hechos de pequeñas historias cotidianas, que, todas juntas, forman la nuestra. Sin embargo, también estamos hechos de escalofríos: lo que nos hace sentir en este mundo, justamente, es lo que nos une a él y lo que nos mueve, lo que nos permite soñar y realizar.



Quien entra en nuestra historia permanecerá allí para siempre.

Eso sí, si miramos un momento dentro de nosotros mismos, descubriremos todo aquello de lo que hablamos: veremos personas y sonrisas, sentiremos caricias, volveremos a secar las lágrimas y evocaremos pequeños detalles que nos hacen un poco más grande.

“¿Cuándo terminaron tantos detalles en el cajón?

Pero quisiste convertirte en un recuerdo

y justo aquí estás

espolvoreado

dejar de lado

y con una vieja sonrisa en una hoja agria...

Sucede que cuando uno sacude el cajón de los recuerdos

son los recuerdos los que terminan estremeciéndolo..."

-Andrés Castuera Micher-

Si sigues perdiéndote, descubrirás todo un mundo de recuerdos que te volverán a volcar, como si retrocedieras en el tiempo. Allí encontrarás todo lo que en la vida ha llegado y se ha detenido para siempre, en forma de tacto, olores, sentidos.

Todo eso quedará ahí hasta el día de tu muerte: te acompañará como pequeños signos especiales, como esos escalofríos que te han hecho sentir parte del tiempo.



La emoción es nuestra memoria selectiva

Todos sabemos que, en materia de olvido y memoria, nuestra mente decide, por ciertas razones, quedarnos con una visión bastante fragmentaria de lo que hemos vivido. Es como si no hubiera suficiente espacio para el tiempo que podemos llegar a vivir, por lo que tenemos que seleccionar solo lo que queremos conservar.

Sin embargo, nuestra memoria selectiva hace todo el trabajo por sí sola. ¿Cuántas veces has tratado de recordar el nombre de alguien, número de teléfono o cualquier otra cosa todos los días? Es normal que nos olvidemos de algo, pero siempre puedes recordar esas primeras veces que te hicieron reaccionar ante el mundo como nunca antes lo habías hecho.

Somos nuestra memoria, somos ese museo quimérico de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.

-Jorge Luis Borges-

Todos son escalofríos. Segundos, minutos, horas, días, semanas y meses que no volverán a manifestarse o que pueden repetirse cada vez que cerramos los ojos y volvemos a ellos... Son recuerdos de sensaciones y sentimientos.

No te detengas, busca nuevas emociones que te sigan diciendo quién eres

Es cierto que vivimos de nuestros recuerdos, pero también vivimos de lo que somos capaces de volver a obtener, para luego convertirlo en memoria. Nuestro presente debe ser una búsqueda constante de cosas que nos hagan vibrar.


“Nadie tiene la verdad absoluta. Busca tu propia verdad: la que te hace vibrar, la que te conecta con tu 'interior'; la que te hace crecer como individuo y, al mismo tiempo, como parte del todo”.

-Anónimo-

De los recuerdos pasados, podemos cansarnos: no se trata de separarnos de ellos, es crear nuevos que complementen los que ya tenemos. No podemos dejar que el libro termine antes de lo esperado, más bien debemos saber aprovechar cada página y escribir todo lo que podamos.


Si tienes escalofríos, entonces déjate impregnar y llenar. Si te han hecho feliz, no te lo preguntes: vives para sentir. Nunca contradigas una emoción, no la ignores. No quieres huir de eso, esa nunca es la respuesta.

Imágenes cortesía de Lucy Campbell

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