Última actualización: 15 octubre, 2017
¿Vemos el mundo tal como es o cómo lo percibimos? Esta pregunta es muy importante, pero al mismo tiempo es muy difÃcil para nosotros responder. Cuando estamos bien, en efecto, todo parece ir bien para nosotros, mientras que si un dÃa estamos tristes, parece que todo el mundo está en nuestra contra. En este último caso, la realidad nos desafÃa a hacer un esfuerzo. Si las cosas van mal no debemos dejarnos abrumar por situaciones negativas.
Sabemos que al final todo pasa, que hasta la situación más complicada llega a su fin, que aún detrás de las nubes de las peores tormentas se esconde el sol. Sin embargo, cuando nos dejamos llevar por situaciones negativas, parece que todo se nos cae encima.
Sin querer, nos convertimos en personas muy negativas, pensamos que no hay salida y que todo se acabó. No somos capaces de ver más allá y, en consecuencia, nos dejamos arrollar por nuestros sentimientos, abandonándonos y dejando que el viento en contra nos haga perder mucho más de lo que habrÃamos perdido si nos hubiéramos resistido.
No nos dejemos llevar por las emociones negativas que generan situaciones terribles. Si lo hacemos, no veremos ni tomaremos la salida.
No nos dejemos abrumar por situaciones negativas
Sentir emociones negativas es inevitable, asà como es inevitable tener que enfrentar eventos y circunstancias que se oponen a nuestros deseos. Estas emociones tienen el papel de hacernos centrar en lo que está pasando, de hacer que nos detengamos a reflexionar sobre las circunstancias para encontrar una solución. Sin embargo, su función adaptativa puede acabar sepultada cuando las emociones se apoderan de nuestras acciones y pensamientos.
Ahà es cuando eso nuestros pensamientos se vuelven derrotistas, haciéndonos tirar la toalla y abandonar aquellas conductas que sirven para gestionar los vientos adversos para minimizar la pérdida. En estos casos, en lugar de tomar la información que la emoción intenta comunicarnos, dejamos que se transforme en una caja de resonancia que resuena de forma insidiosa, tumbando nuestro estado de ánimo… y con él nuestras fuerzas.
Cuando nos encontramos en una situación de este tipo, por tanto, no nos dejamos llevar por nuestras emociones negativas. Y ni siquiera tenemos que luchar contra ellos porque nunca serán nuestros enemigos si los tratamos bien. Simplemente tenemos que extraer información y energÃa de él. Acepta que en ese momento son parte de nosotros y no los conviertas en virus que infecten todos nuestros pensamientos y comportamientos.
Por difÃcil que sea la situación, siempre hay una salida. Asà que no nos dejemos llevar por lo que estamos sintiendo, de lo contrario nuestra perspectiva se verá nublada por una espesa niebla.
SÃ, en estos momentos se siente terrible. La pareja nos dejó y pensamos que no volveremos a encontrarnos con nadie. Nos han despedido y esto parece ser la gota que colma el vaso. Nos defraudaron y pensamos que ya no debemos confiar en nadie. Todo esto no nos sirve de nada, nos limita y prolonga un sufrimiento y un dolor que nosotros mismos hemos abrazado.
La importancia de tomar una distancia emocional
Aunque las nubes negras que se acumulan en nuestra mente nos den la sensación de asfixia y nos hagan pensar que no hay esperanza, es necesario hacer un esfuerzo por distanciarnos emocionalmente de la situación que estamos viviendo. No vemos las cosas con claridad, asà que ¿por qué no alejarnos un poco?
Hacerlo nos ayudará a ver la situación con más claridad. Ganaremos una nueva perspectiva que nos dará información útil para salir de la situación en la que estamos atrapados.
Pero, ¿cómo podemos tomar una distancia emocional? Podemos empezar pensar en situaciones que hemos vivido en el pasado en las que hemos experimentado sentimientos similares. Podemos hacerlo, ¿verdad? Además, con el paso del tiempo, relativizamos la importancia que le habÃamos dado a las adversidades que hemos tenido que enfrentar.
"La vida sigue su camino, no te dejes llevar por su destino"
-Gabriela Mistral-
Esto nos permitirá entender que la situación actual es la misma. Solo ha cambiado el contenido, pero saldremos de nuevo. También puede ayudar hablar con otra persona y ver cómo reacciona ante lo que estamos pasando. Ponernos en los zapatos de otra persona nos ayudará a ver nuestras situaciones negativas desde otra perspectiva.
Debemos pensar que aunque estemos convencidos de que no tenemos poder para cambiar lo que nos está pasando, esto no significa que debamos dejarnos abrumar. A veces es necesario nadar contra corriente, sobre todo cuando las emociones ocupan nuestra vista al punto que podemos caer en una profunda depresión. No.No nos dejemos abrumar por acontecimientos que sabemos que podremos ver en el futuro desde una perspectiva mucho menos dramática.