No importa si el vaso está medio lleno o medio vacío, lo importante es seguir llenándolo

No importa si el vaso está medio lleno o medio vacío, lo importante es seguir llenándolo

El ejemplo del vaso medio lleno se ha utilizado durante mucho tiempo para distinguir a las personas optimistas de las pesimistas. Si ves el vaso medio vacío es porque tiendes a centrarte en las cosas negativas de la vida, porque te pones unas gafas grises para ver el mundo. Si ves el vaso medio lleno prefieres centrarte en los aspectos positivos y, si eres de los pocos que dicen que el vaso está medio lleno, entonces eres una persona objetiva, que puede ver las dos caras de la moneda.



Sin embargo, lo cierto es que esta percepción del vidrio es típica de la mentalidad occidental. A los occidentales nos encanta analizar los hechos, descomponer las cosas para ver cómo se hacen por dentro y diseccionar la realidad para llegar a conclusiones "científicas". No es culpa nuestra, nos han enseñado a ver lo que sucede a nuestro alrededor como si se tratara de una serie de fotografías congeladas en el tiempo.

Evidentemente, la realidad no es así, la realidad cambia constantemente. Todo lo que nos rodea está cambiando y moviéndose. De hecho, el apego a nuestra visión estática de las cosas es una de las principales causas de nuestros miedos, preocupaciones y desequilibrios emocionales. No poder aceptar el cambio y la incertidumbre nos inyecta una gran dosis de inseguridad y ansiedad, que no podemos afrontar.

El experimento que expuso nuestro pensamiento categórico

Un experimento muy interesante realizado por psicólogos de la Universidad de Michigan y la Universidad de Hokkaido reveló que los occidentales tendemos a agrupar objetos en "categorías", mientras que los orientales tienden a agrupar objetos en términos de "relaciones".

El estudio se desarrolló con las aportaciones de algunos estudiantes universitarios asiáticos y estadounidenses. A todos se les entregó una serie de fotografías a partir de las cuales debían elegir qué objetos podían corresponder entre sí, como en este ejemplo.



¿Qué figura va mejor con el toro? Tómate un minuto para responder.

No importa si el vaso está medio lleno o medio vacío, lo importante es seguir llenándolo

La mayoría de los estadounidenses eligieron la "gallina" porque los incluyeron a ambos en la categoría de "animales", como haría la mayoría de nosotros. Sin embargo, la mayoría de los asiáticos eligieron "pasto" porque se enfocaron en la relación entre los dos: "el toro come pasto".

Este experimento, que forma parte de una serie de estudios muy interesantes, muestra cómo la cultura influye en nuestro pensamiento, revela que tendemos a centrarnos en los objetos, sus propiedades y categorías, como si fueran cosas inmutables. Por el contrario, la cultura oriental prioriza las relaciones, el contexto y el entorno.

Abrazar el movimiento nos ayudará a tomar mejores decisiones.

Por supuesto, tanto el pensamiento categórico como el relacional son importantes, no se puede decir que uno sea mejor que el otro. Pero simplemente decir que el vaso está medio lleno o medio vacío sólo significa afirmar un hecho. Nada mas. Te permite tener una imagen de la situación actual, pero no ayuda a proyectarte hacia el futuro.

Sin darnos cuenta, nos comportamos así todos los días. Simplemente averiguamos los hechos, sin percibir el movimiento. Así, solo vemos una parte de la realidad y, lo que es peor, descuidamos precisamente la parte que nos permitiría tomar buenas decisiones para el futuro.

¿Cuándo aplicamos el pensamiento categórico?

- Siempre que lleguemos a conclusiones absolutas sobre personas o situaciones.

- Siempre que nos limitamos a constatar un hecho, sin buscar sus causas y sin imaginar qué podría pasar a continuación.


- Siempre que somos víctimas de estereotipos, atribuimos etiquetas y nos comportamos como si fueran la verdad absoluta


- Siempre que critiquemos y juzguemos, sin ofrecer solución ni salida


- Siempre que pensemos que un problema tiene una sola causa y una solución

Para mejorar realmente nuestra vida, debemos dar un paso más. No debemos limitarnos solo a ver si el vaso está medio lleno o medio vacío, sino que también debemos preguntarnos si, tal como están las cosas, es más probable que se llene o se vacíe. Solo entonces tendremos una imagen más completa.

En la vida diaria, tendemos a permitir que el pensamiento categórico y las cosas que han sucedido determinen nuestras decisiones. Dejamos que un error del pasado determine toda nuestra vida. Pero lo que debemos hacer es enfocarnos en el futuro e intentar imaginar qué pasará y qué podemos hacer para mejorar las cosas. Mirar hacia atrás y ver episodios aislados limita nuestra visión, es como si nos pasáramos toda la vida mirando una foto. Cuando miramos hacia el futuro y somos capaces de ver las cosas como un todo y en movimiento, las posibilidades que se abren ante nosotros son infinitas.


 

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