¿No estás cansado de fingir que todo está bien?

¿No estás cansado de fingir que todo está bien?

¿No estás cansado de fingir que todo está bien?

Última actualización: 18 de febrero de 2022

ya no quiero tolerar ciertas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en el que ya no tengo ganas de perder el tiempo en cosas que me molestan o lastiman.

Ya no tengo paciencia para el cinismo, la crítica excesiva y las necesidades de los demás. Ya no quiero intentar complacer a quien no me quiere, ya no quiero querer a quien no me quiere y sonreírle a quien no quiere sonreírme.



No dedicaré un solo minuto extra a las personas que me mienten o que quieren manipularme.. He decidido que ya no viviré más con la intimidación, la hipocresía, la deshonestidad y los falsos cumplidos. No soporto la erudición selectiva y la arrogancia académica.

Ya no acompañaré a cierta escoria. No soporto los conflictos y las comparaciones. Creo en un mundo diferente y, por eso, evito a las personas de carácter rígido e inflexible.

En la amistad, odio la falta de lealtad y el engaño. No me llevo bien con los que no saben animar y sonreír. Las exageraciones me aburren y me cuesta aceptar a las personas a las que no les gustan los animales. Pero, sobre todo, ya no tengo paciencia para los que no la merecen.

(Meryl Streep, texto adaptado de genial.guru)

Hay un momento en la vida en que pretender ser socialmente bienvenido ya no tiene sentido. Sonreír cuando no tenemos ganas, tratar de ser amables con todos y tratar de ser perfectos es desconcertante y desesperante.

Las cosas no siempre salen bien y no siempre estamos cómodos, pero parece que tenemos que estar alegres, contentos y tolerantes con todos en todo momento. Fingir duele, hay que darse cuenta.



Ya no pretendas sonreír

A menudo, pretendemos que las cosas están bien cuando no lo están; no hay razón para estar siempre feliz y contento: hay circunstancias complicadas que requieren emociones negativas como la tristeza o la ira.

El hecho de que sean negativos no significa que no sean saludables. ¿No es normal estar triste cuando nos han roto el corazón o cuando un familiar está enfermo?

No hay nada más doloroso que verse feliz cuando algo nos está lastimando. Esta actitud nos resulta contraproducente, porque acabamos en un círculo vicioso que absorbe nuestras energías y nos aplasta el alma.

¿Sabías que 8 de cada 10 personas tristes fingen estar bien?

De esta manera, nuestras emociones terminan volcadas, por lo que están maltratadas y llenas de prejuicios. No nos damos cuenta de que nos estamos embriagando y debilitando: no solo engañamos a los demás, sino que también mentimos cuando nos miramos en el espejo.

Es necesario deshacerse de la obligación mental de estar siempre perfecto y disponible; tenemos que mostrarnos por lo que somos. Tal vez sea posible engañar a los demás, pero no podremos engañar a nuestra conciencia.


Aparentar ser lo que no somos nos provoca malestar, lo que puede derivar en problemas como depresión, ansiedad, fatiga, lentitud, desesperación, insomnio, irritabilidad, etc.

Debes tratar de ser auténtico y mostrarte siempre como eres; además, es importante que te permitas cometer errores y que no te avergüences de tu pasado.

Si haces frente a todo esto, podrás tratarte mejor y podrás reinventar tu vida. No requiere que seas perfecto, sino que seas feliz; para hacer esto, debes aceptar tus luces y sombras.


La enseñanza más importante que te puede dar la vida es conocerte a ti mismo, aceptarte y amarte a ti mismo, aunque para hacerlo tendrás que desligarte de muchas creencias a las que has estado sujeto durante años y años.

¡Abre los ojos y atrévete a mirar tu vida sin filtros!

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