Negligencia pasiva: sentirse invisible

Negligencia pasiva: sentirse invisible

Haber crecido como si fueras invisible, como si tus emociones, deseos y eventos personales no fueran importantes. Al llegar a la edad adulta, muchas personas descubren que han sido víctimas de negligencia emocional pasiva por parte de sus padres.

Negligencia pasiva: sentirse invisible

Última actualización: 18 de marzo de 2022

¿Es peor ser ignorado o criticado todo el tiempo? No es fácil responder a esta pregunta porque ambas realidades constituyen una forma clara de abuso. Un ejemplo de esto es negligencia emocional pasiva, una forma de abuso psicológico en la que el niño crece pensando que sus sentimientos, pensamientos y necesidades no son importantes.



Esta experiencia tiene un efecto devastador en el desarrollo psicosocial, ya que significa ser invisible para los padres. La crianza está marcada por la negligencia, que se traduce en abandono, que sume al niño en el vacío emocional, la mala comunicación y la ausencia de un amor que nutra y eduque.

Niños que están rotos por dentro y se sienten muy solos. El mero hecho de no tener presencia en el tejido emocional de los padres los invalida. Pocas ideas son tan dañinas para una persona como la que afirma que haga lo que haga no le importará a nadie.

El abandono emocional puede ser activo o pasivo. La primera se caracteriza por diferentes formas de violencia psicológica, como la crítica, la desvalorización o la manipulación. La segunda se manifiesta por simple indiferencia.

La negligencia emocional pasiva se basa en ignorar todas las necesidades emocionales del niño.

Características de la negligencia emocional pasiva

La negligencia emocional pasiva se refiere a la indiferencia total hacia las necesidades emocionales y psicosociales del niño. Como resultado, el niño crece sintiéndose invisible, creyendo que cualquier sentimiento y necesidad que sienta es irrelevante para los padres. Todo lo que siente, hace o expresa pasa desapercibido, no se valida ni se le da importancia.



Es importante distinguir la negligencia pasiva de la activa. La primera se da al criticar al niño, invalidando sus sentimientos diciendo, por ejemplo, que está débil porque está llorando.

También es común menospreciar o ridiculizar al niño por sus miedos o preocupaciones, calificándolos de meras tonterías. En este último caso, el menor es disminuido directa y reiteradamente.

En el caso del descuido emocional pasivo, la interacción está casi completamente ausente y hay un gran descuido; los adultos están físicamente presentes pero emocionalmente ausentes. No dan cariño, no critican ni apoyan ni menosprecian.

Los niños que se han criado bajo el paraguas de la negligencia emocional pasiva terminan desarrollando una baja autoestima y un autoconcepto muy crítico. Se sienten culpables, como si algo estuviera mal con ellos porque no han recibido la atención y la validación de los padres.

Tristeza, lágrimas, miedos y frustraciones inesperadas

La negligencia emocional pasiva es una forma de negligencia psicológica.. De nada sirve la presencia de los padres si no consuela el llanto del bebé.

El niño pronto aprenderá que sus sentimientos son irrelevantes para sus padres, al igual que sus problemas. No son conscientes de las emociones que suelen captar la atención de los demás, no le dan importancia al sentimiento de frustración ni investigan sus pasiones.

Tal dinámica deja un residuo en el sustrato mental que altera el desarrollo de la identidad y la autoestima.

Los padres que aplican el abandono emocional pasivo se sienten incómodos cuando el niño se echa a llorar o tiene una rabieta. Ante estas reacciones, prefieren ignorarlas.


Una casa donde la comunicación es pobre.

Una característica del abandono emocional pasivo es la comunicación particular que se establece en la dinámica familiar: las conversaciones son superficiales, apresuradas y desprovistas de contenido y sentimientos.


Nunca hay un interés genuino en conocer a los niños, en saber qué piensan, qué sienten ante determinados problemas o cuáles son sus sueños.

Los problemas se resuelven solos (sí se puede)

El abandono emocional de los padres tiene claros efectos perjudiciales en el desarrollo psicosocial del niño, quien aprende desde la primera infancia que nadie lo ayudará a resolver las dificultades. La falta de apoyo emocional durante la infancia y la adolescencia conduce a la persona a una profunda soledad.

Asume que todas las dificultades y problemas, grandes o pequeños, deben ser resueltos por sí mismos. Del mismo modo, se tiende a desarrollar cierta desconfianza social, ya que se cree que nadie se preocupa por él o ella y que es mejor afrontar las dificultades de la vida solo.


Muchas personas llegan a la edad adulta dándose cuenta de que son víctimas de un abandono emocional pasivo.

¿Cuáles son los efectos de la negligencia emocional pasiva a largo plazo?

La Universidad de Illinois y la Universidad de Ohio han realizado algunas investigaciones interesantes sobre el abandono físico y emocional, tanto activo como pasivo. A largo plazo, existe un claro riesgo de desarrollar más de un trastorno psicológico.

Depresión, trastorno de estrés postraumático, tendencia a la adicción o conductas de riesgo… El impacto de estas dinámicas vividas durante la infancia y la adolescencia es severo y persistente.

Altera la forma en que la persona se ve a sí misma. Ante esto, es común ocultar sentimientos y reprimir emociones creyendo que no son importantes.

No podemos olvidar que pocas realidades son más dañinas para el ser humano que crecer en condiciones de abandono emocional y desapego de los padres. Es entonces cuando desaparecen aquellos apoyos psicológicos que permiten construir una imagen positiva y válida de uno mismo.


Recién en la edad adulta nos damos cuenta del problema, de ser víctimas de una educación distorsionada en la que nadie ha validado necesidades y emociones; esto tiene claras consecuencias.

Heridas emocionales que necesitan ser tratadas con la ayuda de un profesional capacitado. No dudamos en pedir ayuda para reparar el tejido de nuestro ego y hacerlo brillar.

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