Moralistas por la mañana y mentirosos por la noche

    Moralistas por la mañana y mentirosos por la noche

    Hace unos años, un estudio de la Universidad de Massachusetts salió a la luz de que, si se dan las condiciones adecuadas, la mayoría de las personas pueden acostarse al menos tres veces en menos de diez minutos frente a un completo extraño.

    Sin embargo, es importante no detenernos en las estadísticas, que al fin y al cabo son sólo un número, y preguntarnos por qué mentimos. En este sentido, un curioso experimento realizado por algunos investigadores de las universidades de Harvard y Utah, indica que uno de los factores determinantes de la mentira es el autocontrol. Por esta razón, tendemos a acostarnos más por la noche que por la mañana.



    Estos investigadores estudiaron el comportamiento ético y se dieron cuenta de que las personas eran más propensas a mentir en los experimentos que se desarrollaban por la tarde y así, sin pensarlo dos veces, decidieron averiguar por qué.

    En este sentido, reclutaron a un grupo de estudiantes que fueron invitados a ver una serie de imágenes que contenían patrones de puntos. Cada vez, los alumnos debían indicar si había más puntos en la parte superior izquierda de la imagen o en la de la derecha.

    Curiosamente, a los participantes no se les pagó por las respuestas correctas, sino que recibieron dinero por cada 10 respuestas que indicaban el área superior derecha. De esta forma, los investigadores se aseguraron de que los voluntarios tuvieran una motivación económica para mentir y elegir la derecha en lugar de la izquierda. ¿Qué sucedió?

    Las personas que participaron en el experimento matutino mintieron menos, pero las que participaron en la noche tendieron a mentir más para ganar dinero. Los investigadores llamaron a esto el "efecto moral matutino".


    Pero no se detiene ahí. Los investigadores también pidieron a las personas que completaran una serie de palabras, como: _ _ RAL. Curiosamente, en las mañanas los alumnos tendieron a rellenar los espacios en blanco con palabras como “moral” mientras que en la tarde hubo un mayor uso de palabras como “coral”.


    Los investigadores creían que este fenómeno se debe a la fatiga que nos hace perder el autocontrol. De hecho, no es la primera vez que un estudio demuestra que cuando estamos cansados ​​nuestro autocontrol se resiente y adoptamos actitudes más autoindulgentes y permisivas.


    Por tanto, no sería descabellado pensar que la fatiga es un factor que debemos tener en cuenta a la hora de analizar por qué las personas mienten. La lección que debemos aprender es que si buscamos la verdad, la encontraremos más fácilmente por la mañana.


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