Unos más, otros menos, todos tenemos miedo a la muerte. Este fenómeno es todavÃa hoy un misterio que genera angustia cuando pensamos que aún tenemos asuntos pendientes en esta vida o cuando los enfrentamos en soledad.
Última actualización: 30 de junio de 2021
Si bien la muerte se produce en cualquier etapa de la vida, adquiere especial relevancia durante la vejez. Esto se debe principalmente a que esta fase se caracteriza por un deterioro fÃsico y mental gradual que termina en acentuar el miedo a la muerte como persona mayor.
La cultura occidental le da a la vejez una connotación negativa y muchos adultos mayores comparten estas ideas aunque no correspondan a la verdad. Generalmente, de hecho, tendemos a asociar esta fase de la vida con la enfermedad, la depresión, el aislamiento y la pasividad.
Sin embargo, hay muchos adultos mayores que viven los últimos años de vida en paz y que aceptan la muerte como un hecho natural. Otros en cambio, no se sienten en paz consigo mismos y muy a menudo esto acentúa el miedo a la muerte.
Todos tenemos miedo, incluso los que se consideran valientes. Nacemos con miedo a la vida y morimos con miedo a la muerte.
-Javier Reverté-
Miedo a la muerte en la vejez
El envejecimiento es gradual, progresivo, irreversible e involucra todas las etapas de la vida, pero en general tendemos a asociarlo exclusivamente con la tercera edad. Lo mismo ocurre con la muerte, concebida como un fenómeno Ãntimamente relacionado con esta fase de la existencia.
Todo ello puede desencadenar emociones disruptivas asociadas al miedo a la muerte. No sabemos cuándo o cómo morirá una persona. En nuestra cultura este tema es tabú, lo que implica que surge el rechazo individual y colectivo ante el miedo, el dolor y el sufrimiento.
El no saber qué hay después de la vida despierta un miedo a la muerte que puede generar angustia, sobre todo porque no se sabe si la muerte será larga y dolorosa. Enfrentar el miedo a la muerte dificulta la transición a esta etapa y la hace aún más dolorosa.
Es cierto que muchas veces se tiende a disminuir la capacidad de los mayores para hacer frente a este miedo y, en muchos casos, son ellos mismos los que creen que no pueden. Sin embargo, en estas situaciones surgen recursos que no sabÃamos que tenÃamos.
Otras miradas sobre el miedo a la muerte en la tercera edad
Para muchas personas mayores, la muerte es un proceso natural que empiezan a afrontar con una actitud proactiva. No están de acuerdo en ignorarlo y, de hecho, hacen varias suposiciones al respecto.
Las personas mayores han vivido una serie de duelos y han aprendido a manejar la enfermedad hasta el punto de que, sin saberlo, han comenzado a prepararse para su propia muerte desde el nacimiento. Algunos, pues, fantasean con este pasaje inevitable y en algunos momentos hacen gala de humor negro.
Muchos investigadores coinciden en que las personas mayores están más acostumbradas a lidiar con funerales, cementerios y la muerte de gente de otra época. También establecen objetivos a corto plazo y están más centrados en la vida cotidiana.
Reflexiones sobre la muerte
A la muerte se le atribuyen caracterÃsticas macabras y fuera de lo común, pero esta transición va mucho más allá de nuestras fantasÃas humanas. Al respecto, Freud decÃa que tanto para el hombre primitivo como para el hombre moderno la muerte es inimaginable e irreal, por lo que no somos más que espectadores.
La angustia que provoca el miedo a la muerte, en un contexto social adverso, puede convertirse en una expresión muda, que queda atrapada en nuestro cuerpo y que podrÃa promover una forma de somatización caracterizada por dolor y enfermedad inespecÃficos.
Asimismo, es importante tener en cuenta el papel que juegan las redes sociales, que es dar apoyo emocional y social en estas circunstancias. Poder contar con este tipo de ayuda es ciertamente útil sin poder gestionar y superar el duelo y el miedo a la muerte, para seguir viviendo.
La mayorÃa de las personas mayores tienen miedo de convertirse en una carga para cónyuge o familia. En general, una persona mayor tiende a asumir una actitud de indiferencia, miedo y sufrimiento o un estado de serenidad ante la muerte.
Sus seres queridos deben ser comprensivos y darle la oportunidad de hablar sobre este tema tantas veces como él sienta la necesidad.
