Me encanta la gente que toca el alma, sin pedir permiso

Me encanta la gente que toca el alma, sin pedir permiso

Me encanta la gente que toca el alma, sin pedir permiso

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 15 2021 noviembre

Las personas que realmente admiro se pueden contar con los dedos de una mano. Son las que observo y escucho en silencio, las que me enriquecen y que, casi sin querer, me hacen cada vez mejor.. Pero ellos ni siquiera lo notan, porque tienen un corazón humilde y no pueden imaginar cuán importante es su ejemplo.



Podríamos decir con confianza que cada uno de nosotros necesita a alguien a quien admirar, alguien que sea un referente que los inspire. No se trata de tener un modelo a seguir, de copiar las palabras de un filósofo, un escritor o un gurú que se da a conocer a través de los medios. Más bien, necesitamos un punto de referencia cerca de nosotros.

Hay personas que aparecen en nuestra vida como si el azar hubiera decidido ponerlas en nuestro camino en el momento justo. Son un soplo de aire fresco que nos reconforta la mente y el alma, que encaja a la perfección con nuestros valores y nos atraviesa el corazón casi sin pedir permiso.

Es posible que identifiques estas figuras en un familiar, un amigo o, por qué no, en tu pareja. Si es así, ya tienes una presencia positiva y reconfortante a tu lado, así que no te la pierdas. Hazle caso, cuídala y déjate envolver por sus estímulos positivos.

Se dice que en nuestra vida hay presencias insustituibles, personas que dejan huella. Ya que el viaje de todos nosotros en esta vida es corto, no lo dudes y disfruta cada momento que se te permita pasar en su compañía.



Personas importantes que enriquecen, que suman y no restan

Estamos seguros que en el transcurso de tu vida te habrás encontrado con personas que te han quitado más de lo que te han dado, que te han quitado en vez de enriquecer. Es un problema común, y no tenemos que sentirnos frustrados o renunciar a él.

En la vida siempre habrá personas que, por otro lado, nos calienten en los días oscuros y que siempre sabrán decir la palabra adecuada cuando la necesites. La bondad, como la luz del sol, nunca se extinguirá.

Debemos tener en cuenta que para construir estas relaciones, positivas y sinceras, también debemos poner de nuestra parte.

  • Confía en mí. Es posible que te hayan lastimado a menudo a lo largo de tu vida o que tu familia te haya dado la espalda justo cuando más lo necesitabas. Pero no cometas el error de cerrar tu corazón y llenarte de rencor.
  • Déjate guiar por tus sentidos. La bondad engendra bondad. Si tu existencia es noble, seguramente encontrarás a alguien con las mismas características y valores. Si alguna vez cometiste un error, seguramente aprendiste la lección y sabes a quién quieres en tu vida y a quién no.
  • Aprender. Nunca debemos dejar de aprender cosas nuevas y, para hacerlo, debemos ser humildes. Quizás los libros y la vida ya te hayan enseñado muchas cosas, pero si hay algo verdaderamente genuino y beneficioso es abrir nuestro corazón a personas que puedan enriquecernos, ofrecernos nuevos puntos de vista, transmitir calma y bienestar.

Las personas que tocan nuestra alma dejan en ella un hilo de oro que nos nutre y protege. Esta unión sella un compromiso indestructible basado en la confianza y la reciprocidad.



Las relaciones importantes, las que nos brindan las personas que, sin saberlo, se convierten en nuestros guías y se convierten en huéspedes permanentes de nuestro corazón, son diferentes a las demás, en muchos aspectos. Son pequeños detalles, que podemos intuir desde el primer momento.


Esa amistad, ese cariño, no se miden por la cantidad de veces que nos vemos a la semana y ni siquiera por la cantidad de favores que nos hacemos, las confesiones o los cafés que tomamos juntos. Se mide por la calidad y complicidad de esos momentos vividos juntos.

La confianza va más allá de un "yo te doy y tú me das". Es un “estoy aquí para ti”, y no hace falta añadir nada más. El cariño y la complicidad están implícitos para ambas partes.

En estas relaciones y con este tipo de personas podemos ser verdaderamente nosotros mismos, en profundidad y mostrando todos nuestros matices. La otra persona conoce bien nuestras sombras y nuestros defectos y, sin embargo, casi sin darse cuenta, nos ayuda a ser mejores personas.


Hay personas de esencia pura y sonrisa sincera, que nos enseñan a ser más completos. Todos necesitamos estas reuniones de vez en cuando, porque la vida no se limita al trabajo y la familia.

Vivir es dejarse sorprender y permitir los imprevistos, dejando la puerta abierta a relaciones positivas que nos aporten un soplo de aire fresco y enriquezcan nuestra mente y nuestro cuerpo. Esos que, casi sin pedir permiso, encuentran su lugar en nuestra alma.

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