Los hombres tienen miedo, las mujeres idealizan

Los hombres tienen miedo, las mujeres idealizan

Los hombres tienen miedo, las mujeres idealizan

Última actualización: 27 2016 noviembre

El amor no siempre ha sido tan complicado. Antes de que se estableciera la idea del amor romántico en occidente, hombres y mujeres tenían relaciones más estables. Hoy en día, sin embargo, las personas se mueven hacia dos realidades paradójicas: por un lado, una buena parte de los individuos desea conocer a esa persona maravillosa que marque el antes y el después en su vida amorosa; por otro lado, un gran número de personas quieren separar la idea de “gran amor” de la frustración y el sufrimiento.



En otras palabras, muchos buscan los beneficios del amor pero no quieren pagar los costos. Estos imaginarios están presentes en la mente de hombres y mujeres. Sin embargo, los hombres las interpretan y experimentan de una manera, mientras que las mujeres de otra.

“Amar no es sólo desear, sino que es sobre todo comprender”.

(Françoise Sagan)

La mayoría de los hombres no son conscientes de su miedo al amor. Casi todos optan por desinteresarse del tema, pasar de una relación a otra sin tener tiempo de decir “qué ojos tan bonitos tienes”, ser cínicos ante las expresiones de cariño. Las mujeres, por otro lado, tienden a ser expertas en la idealización, seguida pronto por el menosprecio, de esos hombres con los que no han podido construir una historia de amor.

Los hombres y sus miedos

El gran temor de la mayoría de los hombres es "comprometerse". Aunque esta palabra suena muy clara, en realidad tiene varios significados. Todo el mundo lo entiende y lo entiende de una manera distinta.

Algunos piensan que comprometerse significa despertar demasiadas expectativas en una mujer. Para ello presta atención y sopesa cuidadosamente cada paso que da en la relación. Otros sienten que el compromiso está ahí cuando abren su corazón y lo muestran por dentro. Aún otros creen que están comprometidos cuando la relación excede una cierta duración. En resumen, cada uno da el miedo que percibe de la forma que quiere.



Según el Dr. Juan David Nasio, un célebre psicoanalista argentino residente en París, todos estos miedos surgen de una sola fuente: el miedo a defraudar o "traicionar" a sus madres. En el fondo, en la zona del inconsciente, los hombres se entregan de por vida a la idea de que sólo su madre merece el amor completo y se sienten incapaces de sentir este mismo sentimiento con otras mujeres.

Esta es la raíz de este sentimiento, expresado por muchos como "algo anda mal con ella", refiriéndose a muchas de las mujeres que conocen. Estos hombres van de una relación fallida a otra. Si se dieran cuenta, notarían que son los primeros en sabotear la oportunidad de construir una verdadera historia de amor por medio de su descuido, falta de sensibilidad o manía de control. Después de eso, se quejan de que ninguna mujer cumple con los requisitos.

La mujer y su idealización

Muchas mujeres construyen castillos en el aire, en los que fingen ser princesas. Por lo tanto, crean historias de amor inverosímiles, en el que el "príncipe" debe hacerse cargo de todas sus neurosis e inseguridades. Debe ser una especie de padre magnánimo capaz de generar en ellos el sentimiento de seguridad que les falta y protegerlos de las vicisitudes de la vida.

La mayoría de las mujeres dirán que no es verdad. Se ven a sí mismas como mujeres modernas, autónomas e independientes. Sin embargo, se pasan la vida haciendo y rompiendo relaciones.

Cada vez que terminan una, en su interior dicen “los hombres no merecen nada”, se declaran decepcionadas por alguien que no era lo que parecía al principio. Quieren un hombre que actúe como una mujer; no logran comprender que el sexo opuesto es así: opuesto.


Profundizando en el tema, descubrimos que la decepción y el desprecio de los hombres deriva del sentimiento de “traición de las fantasías”, es decir, del hecho de que los hombres no tratan a las mujeres como princesas o reinas.


Pero en última instancia, incluso los machos pueden hartarse de los caprichos de las hembras. Las mujeres se quejan de que los hombres no les dejaban a sus esposas, porque no las protegían como si fueran niños mimados, porque no se comportaban como caballeros. Porque se equivocan, porque son hombres de carne y hueso y no príncipes.

Fantasía y realidad

Amar no es fácil y no dejarse amar. Pero se vuelve absolutamente imposible cuando ambos están atados a sus fantasías infantiles. y no tienen intención de renunciar a ella. Cuando hacen del amor una hazaña imposible.


Se vuelven incapaces de apreciar y valorar todas las contradicciones que nos hacen humanos y que son precisamente las que, si es amor verdadero, el otro debe aceptar, sin intentar remediarlas.

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