Los enigmas del silencio

Los enigmas del silencio

Los enigmas del silencio

Última actualización: 28 de febrero de 2015

Casi nadie puede tolerar el silencio por mucho tiempo. La ausencia de sonido es una especie de ayuno, una privación incómoda, para la que hay poco lugar en el mundo contemporáneo.. También ha hecho que cada vez más personas se acostumbren a tener la televisión o la radio encendidas, solo para asegurarse de que siempre haya un ruido de fondo que cubra cualquier silencio.



A veces el silencio se vive como una soledad monstruosa, como un abandono insoportable. Otros encuentran en el silencio sólo una inquietud, más o menos molesta. Algunos lo ven más como un aliado, siempre y cuando no persista por más de un par de horas. Necesitamos escuchar al menos el ruido del tráfico en la ciudad o el zumbido de algo vivo en el campo. Debe haber algún sonido. El silencio evoca la muerte.

Los silencios

Es romántico el silencio entre dos amantes que se miran a los ojos y no necesitan palabras para entenderse, como hemos oído repetir mil veces. Es relajante el silencio de aquellos que están constantemente rodeados de ruidos y finalmente encuentran un oasis de paz en medio de esa jungla acústica. El silencio de la exultación que sigue a un momento de felicidad.

Pero hay otros silencios menos agradables. Esas que nos recuerdan que estamos solos o que extrañamos a alguien en especial. El silencio de una respuesta que no llega. Las palabras que nunca escucharemos de aquellos que nos dejaron. Yo “te amo”, “te entiendo”, “te necesito”, “te respeto”, “te admiro” que no tenemos o nunca nos han dicho. El silencio de los que se han encerrado en sí mismos impidiéndonos entrar. La ausencia de palabras que acompañen una mirada dura o un gesto cruel.



Los silencios impusieron: "¡Cállate!". El silencio se llena de espera antes de que se anuncie el ganador de la lotería. La tensión silenciosa de quienes esperan un veredicto. El silencio del universo con sus planetas, estrellas y cuerpos celestes en ausencia total de sonido.

Hay algo misterioso en este mundo silencioso que de alguna manera nos fascina, pero que, en algunos casos, nos aterroriza.

El poder del silencio

Mientras que en Occidente decir poco puede interpretarse como no tener mucho que decir, en Oriente ocurre lo contrario: aquellos que hablan demasiado son considerados perturbadores y sospechosos de charlatanería. En estas culturas, el silencio tiene un profundo significado espiritual y está asociado con el mundo ético. El silencio místico nos invita a descubrir las raíces de nuestra vida.

El silencio oriental es un silencio activo. Indica encuentro, investigación, introspección, diálogo con nuestra voz interior. Quien calla, tiene el poder. Los que hablan demasiado están irremediablemente encadenados a lo que dicen.

En Occidente, sin embargo, el poder del silencio se expresó en las películas clásicas de Chaplin. En la hábil mímica de Marcel Marceau, quien dijo: "Debes entender qué es el silencio, cuál es el peso del silencio, cuál es el poder del silencio". Sin duda es algo difícil de entender en una época que nos sumerge en la hipercomunicación, cuando a veces realmente no tenemos nada que decir. Muchas veces nuestras conversaciones no son más que una repetición continua de las mismas fórmulas abusadas, los mismos clichés, los mismos cánticos sociales, políticos o comerciales.


En psicoanálisis, el silencio actúa como un pilar que soporta todo el andamiaje. El analista ofrece su silencio como una invitación para hacer oír nuestra voz y desarrollar nuestra capacidad de escucha y nuestro habla. El silencio de quien se analiza habla de la resistencia o la irrupción de lo que late en su interior para salir.



Incluso dentro del psicoanálisis, el silencio emerge como un medio insuperable. Después de todo, el inconsciente es un discurso sin palabras. De esos silencios provocados por lo indecible nace un nuevo lenguaje que no se compone tanto de palabras que explican, sino de intuiciones, sugerencias, paradojas, pretextos para contar de uno mismo... queremos concluir este complejo tema:


Las tres palabras más extrañas

Cuando digo la palabra Futuro,
la primera sílaba ya va en pasado.

Cuando digo la palabra Silencio,
lo destruyo

Cuando digo la palabra Nada,
Creo algo que no entra en nada.

-Wislawa Szymborska-

 

Imagen por concesión gentil de Victor Nuño – Via Flickr.

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