Los cambios positivos también duelen en la vida

Los cambios positivos también duelen en la vida

Tendemos a pensar que solo los cambios negativos duelen. Asociamos el dolor con la pérdida, el rechazo y el fracaso. Sin embargo, hay cambios positivos en la vida que traen consigo una dosis de sufrimiento. Como dijo el escritor francés Anatole France: “todos los cambios, incluso los más deseados, traen cierta melancolía”.

A menudo se trata de cambios elegidos, que probablemente nos harán sentir mejor a largo plazo, pero no están exentos de un malestar que a veces nos invade en forma de tristeza, melancolía o incluso ansiedad.



Si no estamos preparados para afrontar esa incomodidad, es probable que el cambio inicialmente positivo nos abrume y la experiencia que inicialmente parecía un camino fácil se convierta en un viacrucis en toda regla.

Cada cambio es un salto al vacío

En la vida se eligen algunos cambios, otros los imponen las circunstancias. Pero ambos nos sacan de la zona de confort, donde nos sentimos relativamente seguros y cómodos. Los cambios nos empujan a abandonar el mecanismo de seguridad que habíamos establecido. Y esto nos puede asustar.

Nuestro cerebro prefiere la permanencia y estabilidad que brindan lo familiar y lo conocido. Entonces, ante un cambio, aunque sea positivo, puede activar un mecanismo de resistencia. La resistencia al cambio generalmente ocurre cuando el futuro que tenemos por delante nos asusta, generalmente porque el entorno es demasiado exigente o demasiado incierto.

No podemos olvidar que aunque un cambio sea positivo, como un ascenso en el trabajo, mudarse a otra ciudad o romper una relación tóxica, siempre es un ejercicio de valentía por el grado de incertidumbre que implica. Cada cambio es, a su manera, una especie de salto al vacío.

A algunas personas, más que a otras, les resultará difícil superar esa incertidumbre. Por tanto, algunos cambios positivos en la vida pueden generar mucha ansiedad y estrés.



El dolor de decir adiós al pasado

Se asume que si el cambio es positivo, deberíamos sentirnos emocionados, motivados y felices. Pero ese no es siempre el caso. La mente humana es mucho más compleja. Las cosas rara vez son totalmente positivas o totalmente negativas.

Los cambios implican seguir avanzando, por lo que tendremos que dejar atrás experiencias, hábitos o incluso personas. Cambiar es decir adiós a algunas de las cosas que formaban parte de nuestra vida o incluso de nuestra identidad. Y esto puede resultar particularmente doloroso.

La renuncia es el precio a pagar cuando queremos entrar en una nueva etapa de nuestra vida. En ese caso podemos asumir el cambio desde una postura ambivalente porque sabemos lo que ganaremos, pero también somos conscientes de lo que perderemos.

Si no afrontamos bien el dolor que puede generar este adiós, el apego al pasado puede acabar frenando el camino de transformación que habíamos emprendido. Se convertirá en un obstáculo que nos impedirá seguir adelante.

Por eso es importante ser consciente de que incluso si un cambio es positivo, puede generar estados emocionales negativos inesperados. Para superar con éxito esa etapa, debemos aceptar ese dolor. Debemos asumir que cualquier transformación es siempre un intercambio de ganancias y pérdidas entre nuestro yo pasado y nuestro yo futuro.

También debemos estar preparados para los días difíciles, que inevitablemente vendrán y nos darán ganas de tirar la toalla. De hecho, el Modelo de modificación del comportamiento transteórico explica que el proceso de cambio no se produce de forma lineal. Pasamos por varias etapas en las que vamos y vienen, volviendo a pasar por ellas hasta que la transformación se consolida por completo.


Para no derrumbarnos mientras recorremos este camino marcado por emociones y sentimientos ambivalentes, debemos enfocarnos en las nuevas oportunidades que se abren ante nosotros. Recuerde lo que nos motivó a dar ese paso. Enfóquese en lo que queremos lograr. Y tratar de actualizar nuestro "yo" actual a las nuevas circunstancias.


Los cambios, aunque sean positivos, no siempre son fáciles. Pero si crecemos a través de ellos, valdrá la pena.

Añade un comentario de Los cambios positivos también duelen en la vida
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.