Los abuelos, "magos" que crean maravillosos recuerdos para sus nietos.

Los abuelos,

“A veces, el amor perfecto no llega hasta el primer nieto”, dice un proverbio galés. Y lo cierto es que cuando un abuelo o una abuela ven por primera vez a su nieto, sienten una serie de emociones indescriptibles.

El amor tiene muchas facetas y es fantástico descubrir en esta etapa de la vida que aún puedes experimentar nuevas emociones con gran intensidad. Este descubrimiento les da nueva energía. Y pronto el niño descubrirá que su abuelo es su mejor amigo y maestro de vida. Entonces es cuando se crea una relación muy especial que deja huellas que marcan para siempre.



Entusiasmo, gratitud y una pizca de preocupación.

Cuando los abuelos recogen a su nieto por primera vez, lo primero que sienten suele ser una profunda gratitud. Agradecimiento porque todo salió bien y pueden abrazar a esa pequeña criatura que ya saben que revolucionará su mundo.

Con la sabiduría que les dio la vida, saben que deben permanecer en un segundo plano porque la llegada del bebé es un momento muy especial para los padres también. Pero aún así logran estar disponibles en caso de necesidad, para ofrecer apoyo en caso de necesidad y dar consejos cuando se les solicite.

Pero con la alegría y la emoción también viene una pizca de preocupación. Los abuelos son conscientes del desafío de criar a un hijo, por lo que es común que se preocupen por todos los desafíos que enfrentarán los nuevos padres. Sin embargo, también les tranquiliza saber que sus hijos pueden contar con su apoyo, orientación y sabiduría.

De hecho, se ha visto que la relación madre-hija mejora cuando nace un niño, porque la abuela deja de lado su rol de madre para asumir uno nuevo, el de amiga y mentora de su hija, elevando así la relación a un nivel más alto nivel de intimidad. De repente, la hija comienza a darse cuenta de todos los sacrificios que ha hecho su madre, y comprende el enorme amor que siente, por lo que normalmente su relación mejora, se vuelve más sólida.



Tendrán que reinventar su identidad

La nueva generación de abuelos se aleja bastante de la imagen clásica de la abuela que se queda en la cocina y del abuelo que recoge a los nietos después de la escuela. Los abuelos de hoy son mucho más activos, pero aun así, este nuevo rol les obliga a reconstruir su identidad.

La llegada del primer nieto significa que a partir de ese momento también serán abuelos, y eso conlleva una reestructuración de su "yo". Algunas personas pueden sentirse repentinamente "mayores" y pueden tener dificultades para asumir el nuevo rol.

Pero aquellos que asumen el cambio de una manera positiva reconstruyen una identidad más rica, por lo que experimentan una mayor sensación de bienestar, desarrollan un nuevo propósito en la vida y comienzan a sentirse más realizados. También hay muchos abuelos que se sienten renovados con la llegada de su nieto, sienten que tienen más fuerza y ​​energía.

De hecho, hoy en día la mayoría de las personas se convierten en abuelos a los cincuenta, una época en la vida en la que muchos han dejado atrás la "tiranía del deber" descrita por Karen Horney para seguir sus deseos. En esta etapa se suele dejar atrás el impulso de impresionar a los demás y se empieza a vivir más plenamente, por eso muchos abuelos asumen el nuevo rol de forma agradable, con una actitud mucho más relajada, sabia y una mente más abierta que cuando eran padres.

Los nietos, una segunda oportunidad para disfrutar con tranquilidad y conciencia

La magia de los abuelos es que no necesitan asumir el papel de padres. Saben lo que significa criar a un niño, pero también son conscientes de que su papel es acompañar a los niños en su crecimiento, transmitirles su sabiduría y apoyarlos en los momentos difíciles.



Los abuelos escuchan y dan buenos consejos, tienen tiempo para escuchar los problemas de sus nietos, les permiten ser ellos mismos sin castigarlos, cultivan la ilusión y nutren la complicidad. Su trabajo es construir un vínculo emocional que sirva de ancla para los nietos, por eso muchas veces interceden incluso ante sus padres, sabiendo que no hay nada tan grave que no se pueda resolver con amor y comprensión.

Los abuelos saben que cada momento cuenta, son conscientes de que el tiempo que pasan con sus nietos es limitado, por eso tratan de que sea lo más agradable posible. Los abuelos saben, como todo el mundo, aprovechar el aquí y el ahora. Y los niños lo sienten, así que ellos también disfrutan de esta presencia plena.

Abuelos y nietos: una relación beneficiosa para ambos

El contacto de abuelos con nietos es muy beneficioso para las personas mayores, porque no solo reduce el riesgo de caer en depresión, sino también de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como la demencia. Un estudio realizado por la Universidad de Cowan, en el que se analizaron 500 adultos mayores, encontró que los abuelos que habían estado involucrados activamente en el cuidado de sus nietos vivían, en promedio, cinco años más que aquellos que no tenían nietos.


Esto se debe a que los nietos no solo mantienen a sus abuelos activos físicamente, sino también mentalmente. Además, tener que "cuidar" de los nietos en determinados momentos también les anima a cuidarse a sí mismos.

Por supuesto, los nietos también se benefician de esta relación especial. Un estudio realizado en la Universidad de Oxford encontró que, de los 1.515 niños y adolescentes encuestados, aquellos que tenían una relación cercana con sus abuelos reportaron una mayor sensación de bienestar.

Los psicólogos descubrieron que la clave era que los abuelos a menudo amortiguaban el impacto de los eventos negativos en la vida de sus nietos, ayudándolos a calmarlos y haciéndoles ver los problemas desde una perspectiva diferente. Esto indica que los abuelos son una fuente de estabilidad y resiliencia que los niños y adolescentes no siempre encuentran en sus padres.


 

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