Lo mejor no siempre ha terminado, a menudo aún está por venir

Lo mejor no siempre ha terminado, a menudo aún está por venir

Lo mejor no siempre ha terminado, a menudo aún está por venir

Última actualización: 22 marzo, 2016

No es difícil imaginar por qué frases como “antes era mejor” se hicieron famosas y por qué autores como el argentino Ernesto Sábato la convirtieron en la base de sus obras. Se opone a "lo mejor está por venir" y deriva de una visión nostálgica de alguien que ya ha vivido muchos años de su vida, por lo que tiene muchas experiencias a sus espaldas.



Sin embargo, seguir deseando lo perdido es perder lo que queda por vivir.. Por eso, no es cierto que lo mejor ya haya pasado, sino que, como diría Mafalda, “lo mejor está por venir”.

Tenemos la maravillosa capacidad de sorprendernos continuamente y debemos aprovecharla cada vez que conocemos, aprendemos y experimentamos. en nuestra piel cose nuove.

Lo que quiero hacer bien es la vida.

Queremos ser felices a toda costa, lo que muchas veces nos lleva a cometer el error de olvidar que la felicidad requiere un poco de llanto, es decir, el arcoíris necesita lluvia antes de aparecer en el cielo. Así es, el llanto y la alegría son parte de la naturaleza humana, se complementan y son reales y necesarios..

Queremos que la vida “lo haga bien”, pero no nos damos cuenta de que eso implica momentos de todo tipo: buenos y malos, caer de la montaña y llegar a la cima.

No aceptamos que esta “vida” es la que realmente nos permite vivir plenamente para potenciar todo lo bello que nos ofrece, que es lo que nos mueve, nos estremece y nos empuja a crecer.. Por eso “lo mejor está por venir”, porque las montañas, como las emociones, son infinitas hasta que dejamos de vivir.



La vida comienza a los 40

Tenía razón Mafalda cuando decía que la vida empieza a los 40. A esta altura de la vida hemos vivido lo suficiente como para empezar a admitir que el pasado enseña y, por momentos, despierta nostalgia.

Y es precisamente en esta fase que comprendemos que el futuro es ilusorio porque depende del presente y que este presente es el único que configura lo que está por venir.: tenemos la oportunidad de mejorar continuamente y no retroceder.

A los 40 empezamos a darnos cuenta de que la felicidad no depende de nadie más que de nosotros mismos y entonces también empezamos a esperar de la vida lo que realmente nos merecemos: nos amamos un poco más, somos más humildes y nos mostramos más coherentes. Es decir, entendemos cuáles son nuestros límites y nos hemos caído las suficientes veces para saber que siempre hay algo mejor..

Solo piensa en los recuerdos, ¡tienes que crearlos! Lo mejor está por venir

Cuando pasamos la etapa de la adolescencia y la juventud, desarrollamos lo que podría considerarse una “manía”, o revivir continuamente los momentos del pasado. Recordar se vuelve un hábito más frecuente a medida que pasan los años, pero no está mal. Lo malo es quedarse atrás, recordar malos momentos y olvidarse del presente.


Nunca podemos dar por sentado el presente porque, como hemos dicho, sólo a través del momento presente podemos establecer los principios del mañana. Así como recordar no es malo, tampoco lo es soñar: debemos construir sueños que alimenten nuestras esperanzas y nos llenen de vida. Sin embargo, no podemos permitir que nuestros sueños nos roben nuestra realidad.

No seas prisionero de tu pasado, se el arquitecto de tu futuro.


Robin Sharma

Lo mejor está por venir y lo entendemos cuando aceptamos todo esto: un pasado que es la base del presente y un futuro que conserva nuestra curiosidad, pero también nos permite mantener los pies en la tierra.

Lo mejor está por venir, así como no todo mal conocido es mejor que un bien desconocido: siempre habrá un atisbo de positividad que nos ayudará a crecer y no parar.

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