Las personas que hemos perdido nos acompañan

Las personas que hemos perdido nos acompañan

Las personas que se han ido nos acompañan de infinitas maneras si las llevamos dentro de nuestro corazón.

Las personas que hemos perdido nos acompañan

Última actualización: 15 de mayo de 2022

Enfrentar la muerte de un ser querido es como navegar un océano por un rato entre enormes icebergs. Poco a poco nos despertamos, volvemos a la vida y al calor de su ruido para comprender que las personas que hemos perdido nos acompañan de infinitas maneras.



La escritora Daphne Du Maurier dijo una vez que el la muerte debería ser como decir adiós a la estación de tren. Debe regalarnos un saludo, un momento para disolvernos en un largo abrazo en el que no dejemos nada sin terminar, y finalmente desearle un buen viaje a la persona amada.

“Toda la vida es un dejar ir, pero lo que más duele es no tener la oportunidad de decir adiós”.

Todos sabemos que las despedidas idílicas no siempre suceden en la vida real. los el destino a veces es cruel y le encanta arrebatarnos los tesoros más preciados: nuestros seres queridos. Es por eso que enfrentamos la mayoría de nuestras pérdidas con una mezcla de ira, dolor e incredulidad indefinible.

Suele decirse que tras la muerte de un ser querido sobrevivimos más que vivir, nos limitamos a ir contra corriente como si fuéramos los protagonistas de un extraño desenlace vital. Esta forma de entender el duelo no es la mejor.

Estamos obligados a reconstruir nuestra vida, una haz de nuestros días un hermoso homenaje a los que aún viven en nuestros corazones, a la persona que nos ha dejado preciosas enseñanzas y que nos sigue acompañando de diferentes maneras.


Los que siguen con nosotros no merecen perderse

A veces no dudamos en mirar hacia arriba y recordar a quién hemos perdido. Sin embargo, no están tan lejos; no nos separa ni un cielo entero ni un muro grueso. Viven en un precioso rincón de nuestro cerebro emocional, fusionados con el palacio de nuestras almas. y en esa mitad de nuestro corazón que impulsa cada latido.


El ser humano está formado por recuerdos, vivencias y legados emocionales que lo moldean y lo empujan a avanzar a pesar de las pérdidas. En su libro Levels of Life, Julian Barnes escribió que después de la muerte de su esposa se dio cuenta de varios elementos. La primera es que el mundo está dividido entre quienes han experimentado el dolor de la muerte de un ser querido y quienes no.

Descubrió este ejemplo a través de un amigo, quien con mucho tacto le dijo que uno de los beneficios de perder a su esposa es que ahora puede hacer lo que quiera. Esto hizo sentir muy mal a Barnes, quien entiende la vida como un lugar compartido con su esposa.

La segunda lección que Julian Barnes ha aprendido sobre la muerte es que vale la pena vivir a pesar del maldito vacío, a pesar de que la mitad de la cama está vacía.

Quedarse quieto es como perder a tu ser querido otra vez, que aún vive dentro de nosotros y pide ser honrada a través de la alegría, los recuerdos y nuevas sonrisas.


Las personas que hemos perdido siempre estarán con nosotros.

No se trata de dejar atrás a los seres queridos, sino de reconstruir nuestro presente para permitirnos un futuro más completo en el que los recuerdos y las nuevas experiencias forman un todo.


"El mar se viste de terciopelo, y el mar profundo se pinta de luto"

-Ruben Dario-

El Dr. Jamie Turndorf propone una estrategia muy útil no solo para lidiar con el dolor, sino también para notar las formas en que nuestros seres queridos nos acompañan todos los días, aquellos que nos hemos visto obligados a dejar ir.

Conecta emocionalmente con la memoria para reducir el dolor día tras día

La estrategia que propone el Dr. Turndorf es simple y catártica. esta basado en un adecuado diálogo interno en el que cerrar posibles asuntos pendientes, curar heridas y beneficiarnos del legado emocional que nos ha dejado tu ser querido.


  • Evita que la mente recuerde solo los últimos momentos, procura que la memoria sea sabia y selectiva y se alimente cada día de momentos felices, de sonrisas, de complicidad. La alegría de ayer nos motivará en el presente.
  • Habla con las personas que hemos perdido, diles que las extrañamos, pero acepta su lejanía. Explique que a veces es extremadamente difícil, pero luego sus enseñanzas ofrecen la fuerza necesaria..

Este diálogo interior puede ser de gran ayuda, es como crear rincones privados en los que sanar día tras día y enavanzar sabiendo que el amor nunca muere. Una emoción eterna que da consuelo y una luz imperecedera. Dejamos que nos rodee, que nos dé calor mientras volvemos a sonreír.


Imágenes cortesía de Catrin Welz-Stein

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