Las excusas perfectas: Los 3 ingredientes que no pueden faltar

Las excusas perfectas: Los 3 ingredientes que no pueden faltarTodos cometemos errores, es parte de la vida y del aprendizaje. Pero cuando nuestros errores perjudican a otros, debemos intentar reparar el daño causado, o al menos minimizar las consecuencias. Entonces es cuando entran en juego las excusas. De hecho, disculparse a tiempo puede evitar males mayores, o al menos puede servir para indicarle a la persona que realmente lamentamos lo que hemos hecho. Para que una disculpa sea verdaderamente eficaz, debe provenir de un arrepentimiento sincero. Desafortunadamente, este tipo de disculpas es menos común.

Una empresa donde las disculpas están automatizadas

De niños nos enseñaron, o más bien nos obligaron, a disculparnos por nuestros errores. Si nos equivocábamos, nuestros padres nos pedirían disculpas de inmediato. Entonces, a menudo sucedía que nos disculpamos sin saber qué habíamos hecho mal. Por tanto, eran excusas vacías en las que no había un arrepentimiento sincero, porque no reconocíamos el error cometido. Como resultado, pedir disculpas se ha convertido en un mecanismo automático, muchos han llegado al punto en que, sin saber por qué, se disculpan todo el tiempo. Desde temprana edad han aprendido a reconocer los signos de disgusto en los demás, gestos muy sutiles que denotan molestia y reaccionan ante ellos pidiendo disculpas de forma automática, sin asumir responsabilidades y sin siquiera ser conscientes del alcance de lo que han hecho. “Pido disculpas si algo que dije o hice te lastimó”. Pero esta oración solo denota que todavía nos estamos comportando como niños. De hecho, sería muy útil y como persona madura preguntar: “¿Te molestó algo de lo que dije o hice?” De esta manera podríamos entender dónde nos equivocamos. para evitar tal comportamiento en el futuro y, en última instancia, si lo consideramos oportuno, ofrecer una disculpa genuina para mostrar nuestro sincero arrepentimiento.

Las excusas no son tan efectivas como pensamos

Un estudio realizado por psicólogos de la London Business School ha demostrado que las excusas no son tan efectivas como pensamos. Estos investigadores organizaron un juego en el que a cada participante se le ofreció diez euros y luego se le pidió que trabajara en parejas. Si la persona decidiera darle al socio el dinero, se triplicaría, por lo que el socio podría decidir cuánto dinero devolver. Sin embargo, todo se organizó de tal forma que el socio solo devolvió 5 euros para que la persona se sintiera robada. Posteriormente, a la mitad de las personas se les ofreció una disculpa mientras que a la otra mitad solo se les pidió que imaginaran que estaban recibiendo una disculpa. De modo que cada persona tuvo que evaluar qué tan efectivas habían sido las excusas, tanto reales como imaginarias. Curiosamente, los que imaginaron la disculpa dieron una puntuación de 5,3 puntos, mientras que los que recibieron la disculpa real ofrecieron solo 3,5 puntos, un experimento simple que confirmó que tendemos a sobrestimar el valor de la disculpa. Esto no significa que las disculpas sean ineficaces, pero debemos ser conscientes de que en una sociedad donde las disculpas son automáticas, son solo el primer paso para obtener el perdón. De hecho, si la disculpa es verdaderamente honesta, puede devolver la dignidad a la víctima y salvar al malhechor, pero la mayoría de las personas son mejores para inventar justificaciones o negar el error que cometieron que disculparse y asumir la responsabilidad. Por tanto, no es de extrañar que los estudios psicológicos indiquen que algunas excusas pueden llegar a irritar a las personas.

¿Cómo disculparse de forma eficaz?

Khalil Gibran dijo: "Un hombre debe tener la edad suficiente para admitir sus errores, lo suficientemente inteligente para aprovecharlos y lo suficientemente fuerte para corregirlos". Un estudio reciente realizado en la Universidad Estatal de Ohio reveló que el poeta libanés tenía razón. Los ingredientes clave de una disculpa eficaz son: - Expresar arrepentimiento - Explicar qué salió mal - Reconocer la responsabilidad - Declarar el arrepentimiento - Ofrecer reparar el daño - Pedir olvidar la responsabilidad. Básicamente se trata de reconocer que nos equivocamos. Obviamente, para hacer esto primero debemos ser conscientes de lo que hemos hecho mal, por lo que no vale la pena ofrecer una disculpa genérica. El segundo factor más importante es tratar de reparar el daño hecho, porque de esta manera la persona entiende que nosotros realmente estamos dispuestos a hacer algo para corregir nuestro error. Este aspecto es una declaración de buena voluntad, el tercero es la expresión de arrepentimiento, que se entiende como una confirmación de que realmente nos hemos sentido mal. Y es el detalle más difícil de fingir porque no solo incluye nuestras palabras y acciones, sino que también incluye nuestras expresiones faciales y postura, que deben indicar que realmente lo sentimos.
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