Las buenas personas esconden cicatrices en su alma

Las buenas personas esconden cicatrices en su alma

Las buenas personas esconden cicatrices en su alma

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 15 2021 noviembre

Las buenas personas siempre tienen algo de polvo de estrellas en el bolsillo, para poder hacer lo imposible por los demás, para dar alegría y felicidad. Sin embargo, a veces dar lo mejor de nosotros y no recibir nada a cambio puede doler, y hay muchas cicatrices que tratamos de ocultar.



Seguro que es un sentimiento que conoces bien. Hay personas que no logran captar el límite entre ellos y los demás. Gente que ni siquiera pone ese límite, que no hace diferencia entre lo que es "mío" y lo que es "tuyo". En realidad, personas cuya vida solo tiene sentido cuando hacen felices a los demás.

Hay cicatrices que tratamos de ocultar, porque recordarlos nos duele o incluso nos humilla. Porque nos devuelven a ese momento en que lo dimos todo por alguien y no recibimos nada a cambio o, peor aún, la terrible herida de la traición.

Las buenas personas no son ni débiles ni ingenuas. Simplemente entienden sólo el lenguaje del respeto y el cariño, imbuidos de humildad y altruismo. Quizá por eso mismo a veces se sienten fuera de lugar en un mundo lleno de egoísmo y fugacidad, de emociones que no duran y promesas que se rompen día tras día.

El mundo no siempre es como nos gustaría o como lo percibimos en lo más profundo de nuestro corazón. Hay disonancias, sentimientos que desafinan. Para ello también debemos acostumbrarnos al caos y, sobre todo, debemos saber decir basta cuando sea necesario. Cuando nuestra autoestima está en riesgo.



Las buenas personas pelean batallas que nadie ve

Las buenas personas son mucho más de lo que muestran. Luchan batallas que solo ellos conocen, silencian las palabras no dichas y esconden la amargura detrás de una dulce sonrisa, porque no quieren parecer débiles ni hacer que los demás toleren sus quejas. Son humildes y soportan las decepciones sin rencor.

Las buenas personas escuchan sin juzgar, hablan sin ofender y observan sin desprecio. Tres valores simples, que esperan que los demás también lleven a cabo. Pero no siempre es así.

Quizás a alguien le sorprenda esta forma de categorizarlos: “buenas” personas. ¿Quizás no somos todos? ¿Hay alguien que desee el mal de los demás o que actúe maliciosamente a propósito? Esperemos que no, pero la verdad es que hay personas que destacan por su bondad sin límites, y que a veces se lastiman por ello. Estos son, en general, los rasgos que los caracterizan:

  • Hay personas para las que la felicidad viene de darlo todo por los demás. Se preocupan profundamente por todos en su círculo social y más allá. También son muy sensibles al "dolor del mundo", a las desigualdades y al sufrimiento de los demás.
  • Esta sensibilidad les lleva muchas veces a realizar acciones que los demás no entienden: hacer favores a personas que apenas conocen o ser altruistas en situaciones poco comunes.
  • Las buenas personas rara vez dicen "no" a nada, y no es porque sean demasiado débiles o demasiado débiles. asertivo. Es porque, desde el fondo de su corazón, quieren invertir tiempo y esfuerzo para las personas que lo solicitan.
  • Para las buenas personas, no hay mayor felicidad que dar felicidad a los demás., ver una sonrisa y sentirse útil. Saber que lo que hacen es importante y enriquecedor.

El principal problema de todo esto es que son capaces de darlo todo por los demás, hasta quedarse sin fuerzas, sin aliento y sin energía. Y lo hacen tan a menudo, que el resto de la gente da por sentado que no necesita nada, que siempre está disponible, y que detrás de su sonrisa hay otras sonrisas, pero lamentablemente no siempre es así.



Detrás de sus rostros amables y alertas, hay cicatrices. Los vacíos de los que a veces abusaron de su bondad y se comportaron de forma egoísta, de los que vieron sólo favores, amor sin pedir nada a cambio, cariño sin límites, pero no a la persona que hay detrás de todo eso.


Ser bueno no significa que puedas explotarme para tus propios fines o que puedas romper mi corazón transparente con tus flechas de segundas intenciones. Ser bueno significa darte la oportunidad de crecer conmigo, de intercambiar algo y caminar de la mano por caminos llenos de confianza, donde nadie es mejor que los demás.

En realidad, no es fácil poner límites o decir basta, cuando siempre no hemos hecho más que rendirnos y dar más de lo que nuestra alma nos permitía. Sin embargo, debemos tenerlo muy claro: no somos de hierro y nuestro corazón no es una roca. Estamos hechos de carne y emociones, las mismas que muchas veces salen rotas y desgarradas.

  • Si eres capaz de dar cariño y entrega a los demás, también debes ser capaz de entender quién merece estos esfuerzos y quién no.
  • Entiende que no te volverás egoísta si de vez en cuando te das prioridad a ti mismo, y si le dices que no a aquellos que nunca te toman en consideración y te hacen sentir como una persona que no eres. Porque quien tú manipular usando el egoísmo, no te aprecia ni te respeta.
  • Dar felicidad, atención y alegría a los demás es lo más noble del mundo: es lo que te define. No dejes que nadie te haga arrepentirte de lo que eres y de lo que sientes. Solo tienes que ponerte límites, también cultivar tu felicidad para poder compartirla con los demás.

La vida es demasiado corta para dedicarla a los que no te merecen, a los que solo te hacen sufrir y llorar. Porque la gente buena entiende un solo lenguaje: el de la alegría y el cariño sincero.


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