La mejor respuesta a la maldad es una lección de bondad

La mejor respuesta a la maldad es una lección de bondad

La mejor respuesta a la maldad es una lección de bondad

Última actualización: 05 de diciembre de 2016

Hay personas que, por diversas razones, afrontan la vida convencidas de que el dolor ajeno es una ventaja para ellas, alegrándose y convirtiéndose ellas mismas en causa. La mejor respuesta que podemos dar a este tipo de personas es una lección de bondad. De hecho, esta es la mejor manera de mostrar respeto.

Los conceptos del bien y del mal han sido temas de conversación a lo largo de siglos de historia, relacionados principalmente con la forma en que el alma humana se relaciona con ellos. En última instancia, es en gran medida una cuestión de cultura, sociedad y otras variables que se pueden introducir en el debate.



Más que soporte técnico y científico sobre el tema, en este artículo exploramos la reflexión individual. El punto de partida es una situación concreta en la que una persona se porta mal y nos hace daño. ¿Cómo respondemos a esta situación?

Porque la bondad es una lección

Hay varias razones por las que la bondad puede considerarse una gran lección, incluso cuando no entendemos la motivación que llevó a alguien a lastimarnos. Básicamente, al usar la bondad como respuesta, no estamos liberando a la otra persona de lo que nos hizo, sino nos deshacemos de las emociones negativas.

En muchas ocasiones es realmente difícil perdonar al otro y ser comprensivo. Sin embargo, es importante recordar que se puede perdonar sin olvidar y sin perder la confianza. De este modo, el perdón no nos hace más ingenuos ni menos vulnerables, sino que nos libera de un lastre que mantiene abierta la herida del daño sufrido.


"A cada nuevo acto de crueldad tendremos que oponer un nuevo pedazo de amor y bondad, conquistados en nosotros mismos".


-Etty Hillesum- 

La bondad se convierte en lección porque es gratificante, fomenta la solidaridad, es buena para la autoestima y abre la puerta al dolor y al aprendizaje. Un acto de bondad busca el bien propio y el de los demás. La crueldad, por otro lado, mira solo a sí misma y busca perseguir solo sus propios intereses.

La bondad viene del corazón.

Una de las opiniones más extendidas es que no nacemos ni buenos ni malos, sino que cultivamos la bondad o la maldad en función de cómo crecemos emocionalmente. Por eso podemos decir que la bondad nace del corazón y se nutre de él. Si durante nuestra vida no queremos hacer daño a nadie, ¿cómo podemos reaccionar con venganza hacia aquellos que intentan hacernos daño?

Responder con una mala acción no cambia nada, no repara el daño y solo da una satisfacción momentánea. El rencor destruye, transforma y no trae ningún resultado positivo. La otra persona se sentirá con derecho a insistir, ya que tú te comportas de la misma manera; así que no sólo no habrás ganado nada, sino que también lo habrás perdido todo.

"Estaba en posesión de un arte mayor, un arte que no se puede aprender: el del bien"

-Úrsula K. Le Gin-

Como dijo M. Gandhi, cada uno de nosotros debería ser parte del cambio que quiere ver en el mundo. Desde las situaciones más complicadas y difíciles de superar hasta las más pequeñas. También podemos apoyarnos en la ética de Kant, quien sostenía que la virtud consistía en "hacer de nuestro trabajo un trabajo universal".


No permitas la maldad a tu alrededor

Estamos rodeados de odio, violencia y miedo, por lo que es necesario educar con valores que contribuyan al bienestar social e individual, valores que impidan el desarrollo de todas aquellas actitudes censurables que nos rodean. De hecho, quienes lo han vivido han descubierto que el famoso “ojo por ojo” en realidad no sirve de nada, porque, al final, todos acabamos siendo ciegos.



No podemos permitir que la maldad se desarrolle a nuestro alrededor, y mucho menos debe haber una disposición de nuestra parte para usarla como castigo. La bondad enseña con el ejemplo, sin dar lugar a todos aquellos sentimientos que tienen como único fin la intención de envenenar.. La bondad te permite mantener situaciones positivas en tu memoria al eliminar los sentimientos negativos.

Ante un mal gesto, trata de responder con una buena acción. Y si el dolor es lo suficientemente intenso como para dejarte ciego, date suficiente tiempo para sanar. No olvidar, pero tener sus movimientos controlados por la racionalidad en lugar de la ira o la rabia. En última instancia, si no puede remediar esto y no puede hacer un análisis pedagógico de la situación, más bien, aléjese, sin lastimarse, porque de todos modos no es la forma correcta de comportarse.


"El mundo es un lugar peligroso, no por los que hacen el mal sino por los que observan sin hacer nada"

-Albert Einstein-

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