La incautación de la amígdala

    La incautación de la amígdala

    La incautación de la amígdala

    Última actualización: 13 de febrero de 2017

    ¿Alguna vez te has sentido irremediablemente llevado por una emoción muy poderosa que te hizo perder el control? ¿Alguna vez te has dejado llevar y has dicho cosas de las que luego te arrepientes? ¿Alguna vez has tenido la sensación de que una emoción dirigía tu cerebro? Si respondió afirmativamente a alguna de estas preguntas, significa que en ocasiones ha sido secuestrado por su amígdala.



    Secuestro emocional, o "Amygdala Hijack", es un término acuñado por el psicólogo Daniel Goleman para explicar estas reacciones emocionales descontroladas. Goleman, como experto en inteligencia emocional, nos dice que la razón por la que perdemos el razonamiento tiene que ver con la falta momentánea e inmediata de control emocional, porque la amígdala toma el mando de nuestro cerebro.

    La amígdala es una estructura subcortical ubicada en la parte interna del lóbulo temporal medial; suele reconocerse fácilmente, ya que tiene forma de almendra. Junto con el hipocampo, el hipotálamo y la corteza orbitofrontal, forma parte del complejo conocido como cerebro emocional o sistema límbico.

    El sistema límbico regula las respuestas fisiológicas ante determinados estímulos, es decir, todas sus estructuras son fundamentales para el control emocional de la conducta del ser humano. Sin embargo, lo que destaca a la amígdala dentro del sistema límbico es que es básica para la supervivencia, ya que su principal función es integrar las emociones con los correspondientes patrones de respuesta a las mismas, a nivel fisiológico o conductual.

    Para comprender su capacidad de secuestro emocional, por lo tanto, es necesario comprender que la amígdala no solo produce una reacción emocional, sino que, siguiendo su enlace con el lóbulo frontal, también permite la inhibición de ciertos conductos.



    En consecuencia, si empiezas a contar cuando surge una emoción intensa provocada por el estrés, puedes distanciarte de ella, darte espacio y entender qué está pasando en ese preciso momento. Podrá recuperar la parte lógica del cerebro para evitar las respuestas impulsivas producidas durante la convulsión por la amígdala.

    Otra estrategia que suele funcionar es centrarse conscientemente en la respiración, la típica respiración Mindfulness. Cuando nuestra atención está enfocada en la respiración, cada vez que inhalamos, nos transportamos al momento presente y mantenemos la calma. Así, se activa el sistema nervioso parasimpático, que inhibe el sistema nervioso simpático, que está activo durante la experiencia de la convulsión por parte de la amígdala.


    En última instancia, para escapar del secuestro emocional desencadenado por una fuerte fuente de estrés, es necesario distanciar lo sucedido del momento presente. Es muy recomendable realizar actividades que activen la parte lógica del cerebro y otras, como el Mindfulness, que nos permitan centrarnos en el presente y enseñarnos nuevas formas de vivir la emoción que estamos experimentando.


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