El silencio, quedarse quieto en la calma, es fundamental para encontrarse a uno mismo. Hemos olvidado que tener la mente y el corazón en paz es la única forma de alcanzar el equilibrio y el bienestar.
Última actualización: 23 de diciembre de 2020
El silencio es la forma más sencilla y natural de calmar la mente y calmar las emociones. Una simple verdad con profundas implicaciones: a veces basta permanecer inmóvil para alcanzar metas inesperadas. No se trata de contener o reprimir el ímpetu, sino de afrontar con serenidad e inteligencia todo tipo de situaciones. La importancia del silencio radica precisamente en esto.
No es exagerado decir que hacer del silencio una parte central de la vida puede cambiar radicalmente la propia existencia. Evitar conflictos, eliminar culpas, encontrar el equilibrio son algunas de las agradables consecuencias. Muchos pensadores definen el zen simplemente como la capacidad de permanecer en silencio y en paz.
"Los ríos más profundos son siempre los más tranquilos"
-Correo-
Hoy la vida parece contraponerse a la tranquilidad, el silencio y la sencillez de las cosas. Estamos rodeados de estímulos, la avalancha de nuevas experiencias y mucho ruido. Estamos inmersos en un vórtice de acumulación que provoca inquietud.
Es fácil sentirse insatisfecho a pesar de todas las experiencias, amores, dinero o éxitos acumulados. La razón es una sola: nos hemos olvidado de lo esencial.
El caos de los estímulos
Aunque el progreso científico y tecnológico viene a resolver problemas y hacernos la vida más fácil, no siempre es así. La sencillez es un concepto que solo se puede alcanzar a través de la mente y el corazón, no con un dispositivo electrónico.
Muchos de los nuevos inventos están diseñados para ahorrarnos tiempo al permitir que los dispositivos mecánicos hagan cosas por nosotros que no contribuyen a nuestro crecimiento. El tiempo es vida y el objetivo es no desperdiciarlo. Sin embargo, en lugar de aprovechar esta maravillosa oportunidad, acabamos ocupando inútilmente nuestro tiempo libre, dando lugar a caprichos, banalidades y automatismos.
Nos obsesiona la idea de tener que llenar cada momento, no dejar momentos vacíos. Todo esto ha hecho intolerable el silencio para muchas personas que creen que es más importante reaccionar, decir algo, hacer ruido.
Solo mira ahíuna reacción de terror de algunos cuando se quedan sin celulares por unas horas. Cuando por una u otra razón se ven obligados a interrumpir el flujo infinito de comunicación virtual al que todos estamos acostumbrados.
Una Vida sencilla
Nos complicamos la vida sin razón. Nos rodeamos de objetos, deseos y acciones absolutamente superfluos. Y a veces, cuando todo esto nos pesa, adquirimos otro objeto u otra experiencia para calmar nuestro malestar. Hemos olvidado que la solución no es tener más, sino deshacerse de lo que no es necesario.
Una vida sencilla se compone exclusivamente de lo que necesitamos. Comer cuando tengamos hambre, dormir cuando tengamos sueño, permanecer despierto cuando sea necesario. Trabajar, amar, disfrutar de los momentos de ocio, aplicarse en los laborales, etc.
La sencillez se trata de recuperar nuestra esencia. Para hacer esto, necesitamos entender la importancia del silencio, de un ritmo tranquilo. Este es el único camino que conduce al corazón ya la mente al conocimiento de nosotros mismos.
La importancia y riqueza del silencio
El silencio en sí mismo es capaz de cambiar nuestra vida ya que nos permite redescubrir nuestra esencia. El maestro zen Jorge Bustamante nos recuerda que el silencio y la quietud van de la mano. ¿Cómo encontrar la calma interior? Simplemente deteniéndose para moverse.
Nuestro problema no son las cosas que no tenemos, ni los amores que nos dejan, ni las experiencias que no somos capaces de vivir. Nuestro problema es el deseo frenético de alcanzar algo extremo para calmar nuestra alma. Pero es un pozo sin fondo por el cual nunca llegará el sentimiento de plenitud.
Solo el silencio y la quietud pueden calmar el caótico e insaciable torbellino de los deseos. favoreciendo así el estado de paz interior tan ansiado. Estas dimensiones nos enseñan la diferencia entre lo esencial y lo necesario. Es así como se puede encontrar mayor claridad interior, lucidez y, en consecuencia, tomar mejores acciones y decisiones. El silencio habla, nos habla. ¿Por qué no escucharlo?