La flexibilidad cognitiva importa más que el coeficiente intelectual

La flexibilidad cognitiva importa más que el coeficiente intelectual

La flexibilidad cognitiva es una habilidad que no solo nos permite tomar mejores decisiones, sino que también repercute en el bienestar emocional. Se puede desarrollar y es fundamental para predecir nuestro éxito futuro, más que el CI clásico.

La flexibilidad cognitiva importa más que el coeficiente intelectual

Última actualización: 24 de diciembre de 2021

Para muchos, el CI es sinónimo de éxito o la condición necesaria para obtenerlo. Sin embargo, muchas de las grandes obras y descubrimientos fueron fruto de personas que no se distinguieron por lo que convencionalmente se conoce como inteligencia. Se jactaban de otra habilidad: la flexibilidad cognitiva..



Este término se refiere a rasgos como la imaginación, la creatividad, la empatía y la curiosidad. Estas habilidades le permiten aprender y adaptarse a las dinámicas cambiantes. Estas virtudes, junto con la perseverancia, son la base de muchos avances humanos.

La Universidad de Cambridge y la Universidad Tecnológica de Nanyang están realizando un estudio sobre la flexibilidad cognitiva. Los estudiosos creen que esta cualidad es más decisiva que el coeficiente intelectual, por lo que han estudiado cómo desarrollarlo.

“La flexibilidad cognitiva es esencial para la prosperidad de la sociedad. Puede maximizar la capacidad de producir ideas innovadoras e invenciones creativas. En definitiva, estas son las cualidades que necesitamos para resolver los grandes desafíos de hoy”.

-Beth Daley-

Flexibilidad cognitiva

La flexibilidad cognitiva se puede definir como una habilidad que favorece el cambio de punto de vista y la adaptación a un nuevo entorno. La persona aplica los patrones o conceptos aprendidos a nuevas realidades.

Por poner un ejemplo, muchas personas tienen que resolver conflictos internos para adaptarse a las nuevas circunstancias, lo mismo sucede también en el ámbito empresarial e institucional.



En la mayoría de los casos, en lugar de trabajar para adaptarse a una nueva realidad, desea permanecer en su estado.

Un ejemplo no tan extremo es el de la persona que siempre toma el mismo camino para ir a trabajar. Si un día descubre que hay obras en su ruta habitual, tiene dos opciones.

Tome la misma ruta y quédese hasta tarde o busque una ruta alternativa. Aquí es donde entra en juego la flexibilidad cognitiva.

Racionalidad y creatividad.

La flexibilidad cognitiva está asociada con las áreas cerebrales frontal y nigroestriatal. Los primeros permiten procesos cognitivos superiores, los segundos están asociados con la recompensa y la motivación.

Los estudiosos han demostrado que si dos personas tienen el mismo coeficiente intelectual, aquellos que también tienen flexibilidad cognitiva se desempeñarán mejor.

Aparentemente esta habilidad se traduce en una forma de racionalidad pragmática que deja poco espacio a las emociones. Corresponde al tratamiento directo de datos, sin miedo ni ira, por ejemplo.

Este es el caso de alguien que ve un fuego en la cocina y tira un trapo húmedo para apagarlo. Un enfoque pragmático exige llamar a la brigada de bomberos.

En general, la flexibilidad cognitiva pone más énfasis en el procesamiento de la información que en otros factores. El resultado es una respuesta más racional a las nuevas situaciones.

Asimismo, siempre que prevalezca el proceso y no el aprendizaje previo, las soluciones creativas e innovadoras son más fáciles de alcanzar.

Empatía y resiliencia

El coeficiente intelectual está asociado con la llamada inteligencia cristalizada.: la capacidad de adquirir nuevos conceptos, asimilarlos y aplicarlos. Asimismo, juzgar una situación y sacar las conclusiones necesarias.


Por otra parte, la inteligencia fluida, que corresponde a la flexibilidad cognitiva, implica ante todoo la capacidad de razonar y contrastar datos. Esto, a su vez, tiene repercusiones no solo en la cognición como tal, sino también en las habilidades emocionales y sociales.


Esta capacidad fundamental de adaptación se traduce en una mayor resiliencia, es decir, una mayor capacidad para aceptar y superar situaciones difíciles.

Por otro lado, la flexibilidad cognitiva ayuda a desarrollar más empatía. Genera una mente mucho más abierta para juzgar a los demás, lo que aleja los prejuicios. Tanto la empatía como la resiliencia permiten un mayor bienestar emocional.


Conclusiones sobre la flexibilidad cognitiva

El estudio de Cambridge y Nanyang mostró que El entrenamiento de la flexibilidad cognitiva genera importantes avances en niños con autismo y en los ancianos.

En general, cualquier persona se beneficia cuando fortalece y desarrolla la capacidad de adaptarse y encontrar nuevas formas de salir de una situación difícil.

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